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“Mis compañeros me ven como un traidor”

Un agente explica por qué quiere dejar la policía catalana y pasarse a otro cuerpo

Óscar López-Fonseca
Un mosso d'esquadra en la Plaza Nova de Barcelona.
Un mosso d'esquadra en la Plaza Nova de Barcelona.PACO PUENTES (EL PAIS)

Josep es mosso d’Esquadra, pero quiere dejar de serlo. Desde el 1 de octubre tiene claro que esa no es la policía en la que él ingresó hace más de 10 años. Por eso, en los últimos días se ha puesto en contacto con un sindicato de la Policía Nacional para preguntar si existe la posibilidad de cruzar la “pasarela” que una ley de 2015 abrió a los agentes de los cuerpos autonómicos. Josep —nombre supuesto, ya que no quiere que se le identifique por temor a represalias— asegura que su condición de “no separatista ni nacionalista” le ha puesto en una difícil situación con aquellos compañeros de la comisaría de Girona donde trabaja que sí hacen alarde de tal condición.

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“Sé que no soy el único que piensa así, que hay otros compañeros que también rechazan lo que está pasando, pero casi todos callan”, cuenta antes de reconocer que ello lo ha abocado “a una soledad horrible”. “Entras en un despacho y el silencio se hace alrededor. Notas cómo te miran mal. En esta situación no puedes confiar en los compañeros”.

Para Josep, la situación no ha sido provocada únicamente por la celebración del referéndum ilegal. “Ha sido un proceso escalonado que empezó con la consulta del 9 de noviembre de 2014 y que llegó a su punto máximo el domingo”, recalca. Ese día, recuerda, las órdenes que recibió de sus superiores para la jornada electoral “buscaban claramente que no cumpliéramos los mandatos de los jueces”. “El briefing de las seis de la mañana estuvo repleto de ‘si no se puede...’, ‘si no se dejan...’ De una forma más o menos velada, nos dejaron claro que dejáramos que los guardias civiles y policías fueran los encargados de vaciar los colegios electorales”, recuerda.

El mosso admite que el 1 de octubre sintió “vergüenza y desolación” y cree que, triunfe o no en los próximos días el proceso independentista, él nunca podrá volver a ser policía. “Mis compañeros me ven como un traidor, alguien señalado porque para ellos he apoyado la represión. ¡Pero si los mossos hemos disuelto manifestaciones con mucha más violencia que la que se vio el otro día!”, añade antes de asumir que su futuro, junto a su mujer y sus hijos, está fuera de Cataluña: “Si fracasan, los policías nacionalistas seguirán en el cuerpo y se encargarán de marginarme. Si triunfan, mucho peor”.

Ahora su objetivo es dejar de ser mosso pero, a la vez, seguir trabajando como policía. Si no lo consigue en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, lo intentará como agente local. Eso sí, insiste en que será “lejos de Cataluña”.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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