La ruptura unilateral provoca vértigo en el Govern

En contra de lo que pudiera parecer, la suspensión del pleno del Parlament previsto para el lunes que acordó ayer el Tribunal Constitucional supone un balón de oxígeno para el independentismo. Tras una semana de intentos de arañar días para reorganizar la estrategia sobre cómo aplicar los resultados del referéndum —la expresión acuñada para evitar referirse a la secesión unilateral—, la suspensión del pleno les permite ganar tiempo. Al debate interno sobre el vértigo de una secesión unilateral se suma la marcha del Banco Sabadell a Alicante.

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El Gobierno que preside Carles Puigdemont empieza a sentir cada vez más la presión de uno y otro lado ante el escenario de la declaración de independencia. Por un lado, las decisiones del mundo financiero que empezaron a adoptarse ayer y que podrían continuar en los próximos días y por el otro, la presión de la CUP y los llamados sectores “hiperventilados” del independentismo. “Mediación, sí. Pero no nos podéis pedir que no hagamos efectivo el resultado del referéndum. Sería la manera fina de cargárselo”, tuiteó Quim Arrufat, portavoz de los anticapitalistas.

El PDeCAT y Esquerra insisten en jugar la carta de la mediación, especialmente la internacional, un terreno en el que creen que hay recorrido, y permite ganar reconocimiento fuera de España. Con todo, la lectura que hacen estos partidos es que el Gobierno de Mariano Rajoy no aceptará ningún tipo de mediación y que eso reforzará su discurso y les cargará de razones.

Nuevo pleno

A la espera de si se convoca un nuevo pleno en el Parlament para el próximo el lunes, esta vez a instancias de Catalunya Sí que es Pot, evitando el veto del Tribunal Constitucional, PDeCAT y Esquerra presentarán en el Congreso sendas mociones para que se avalen los resultados del referéndum de independencia celebrado el pasado domingo.

Las diferentes familias del independentismo se muestran convencidas de que se proclamará la independencia de una u otra manera. El tema de debate es cúando y cómo, porque si hasta ayer estaba claro que sería en el Parlament, la decisión del Tribunal Constitucional lo cambia todo. Se da por hecho que la CUP seguirá con su presión para que se consume la secesión en el Parlament por la vía de la desobediencia y se haga en el Parlament, pero queda por ver si de nuevo consigue arrastrar a Esquerra a ese posicionamiento y ambos acaban convenciendo al PDeCAT.

Antes de la decisión del Constitucional parecía posible gestionar las discrepancias, pero la suspensión del pleno previsto lo complica todo, pues el tribunal declara “radicalmente nulo y sin valor ni efecto alguno, cualquier acto, resolución, acuerdo o vía de hecho que contravenga la suspensión acordada”. Pero hasta los sectores más moderados del secesionismo se posicionaron ayer en favor de la declaración de independencia. Es el caso de Demòcrates, el partido que se escindió de la extinta Unió Democràtica y que tiene dos diputados en el Parlament.

En un comunicado difundido ayer exigen al Parlament “que proclame la república independiente en los términos que marca la ley tal como afirmó el presidente de la Generalitat la noche del 1 de octubre”. Es decir, en la proclamación del resultado definitivo del referéndum, cuyos resultados no se dieron ya que a partir de entonces empezaría a contabilizarse el plazo de 48 horas que la ley del referéndum, suspendida por el Tribunal Constitucional, prevé para que el Parlament declare la secesión en un pleno ordinario.

Y en medio de ese panorama, una nueva amenaza de huelga general llega de parte del sindicato IAC-CSC, una de las organizaciones minoritarias que convocó la huelga del pasado martes a la que luego se sumaron entidades e instituciones con el llamado “paro de país”. El preaviso de huelga general registrado ayer ante el Departamento de Trabajo pretende que el parón sea desde el martes hasta el 16 de octubre, informa Josep Catà.