Rajoy anima a sus barones a pactar si no quieren que él imponga el déficit
Aviso a Mas y al PP: "Hace falta generosidad y grandeza para lograr el acuerdo" El presidente confía en que las elecciones alemanas no frenen la unión bancaria
Mariano Rajoy tiene muchos frentes abiertos, y está concentrado en el económico, pero uno de los que más trabajo interno va a necesitar es el de calmar a sus barones autonómicos. Varios de ellos se han alzado en armas porque no aceptan el llamado déficit a la carta, esto es que cada comunidad tenga un objetivo distinto, algo que muchos de estos dirigentes ven como una concesión a Cataluña. Rajoy y su equipo, en especial Cristóbal Montoro, trabajan para tranquilizar a sus barones, pero ayer el presidente les lanzó un mensaje claro, casi un aviso a navegantes: le pidió “generosidad” para buscar este acuerdo y les recordó que él podría imponerlo si hubiera rebeldías porque el Gobierno tiene la última palabra.
El líder popular asegura que no habló de cifras concretas con Mas
A Rajoy le preguntaron por su visita a Barcelona del viernes pasado —inauguró el salón del automóvil— en la que aprovechó para reunirse con Artur Mas, el presidente catalán. Mas y Rajoy participan en una especie de doble juego. Por una parte, en el proceso soberanista, ambos se mueven con agresividad: uno da pasos hacia la consulta y el otro acude con cada uno de ellos al Tribunal Constitucional, de momento con éxito. Pero por otra parecen encontrar posiciones muy cercanas en lo que tiene que ver con el déficit. Montoro de hecho ofreció el sábado en Barcelona que Cataluña tenga un 2%, muy por encima del 1,2 de media que ha marcado el Ministerio de Hacienda para todas las comunidades.
El presidente evitó las críticas y Mas y habló de él como si fuera un socio con el que se está negociando en buena lid. “Con Mas hablamos del déficit, lo ha dicho el propio señor Mas. Pero primero es preciso que las instituciones europeas fijen el objetivo del déficit de España. Esto no está aprobado. Está hablado con la Comisión, que ha sido enormemente constructiva, pero lo tiene que aprobar. No parece razonable entrar en esto antes de tengamos esa certeza. Por eso con Mas no se habló de números, no tenía sentido ni yo le iba a dar ninguna respuesta”, señaló ayer el presidente.
Recelos de La Rioja, Galicia, Cantabria, Extremadura, Aragón y Castilla y León
Sin embargo, sí se está hablando ya de cifras y el propio Montoro fue muy claro tras entrevistarse con el conseller catalán, Andreu Mas-Colell: 2%. Y otros barones están indignados. José Antonio Monago, el extremeño, ha sido el más claro. Pero no es el único. Galicia, Castilla y León, Cantabria, Aragón y La Rioja también están en contra. Otras autonomías en manos del PP sí están a favor de ese déficit diferenciado porque puede beneficiarles. Es el caso de la Comunidad Valenciana y Murcia, muy ahogadas, y Baleares. Dolores de Cospedal, que es a la vez secretaria general del PP, con lo que debería ser neutral, y presidenta de Castilla-La Mancha, una comunidad a la que le conviene el déficit a la carta, se colocó ayer en una posición ambigua: “Lo que no va a hacer el Gobierno para ayudar a los ciudadanos de una comunidad autónoma es perjudicar a los ciudadano de otra”.
Y en medio de este ambiente, Rajoy lanzó ese mensaje clarísimo a sus barones: puede imponer lo que estime oportuno. “Para el objetivo de déficit se requiere un acuerdo dentro del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Es verdad que el Gobierno tiene la última palabra, pero nos gustaría llegar a un acuerdo porque siempre es mejor”, avisó.
Rajoy reivindicó los esfuerzos de las autonomías, un mensaje para aquellos que han logrado el objetivo y están molestos. Pero también les recordó que hay que ser solidarios y les preparó para ese déficit a la carta que él mismo dio por hecho la semana pasada en el Senado: “Las comunidades autónomas, tan denostadas a veces por algunos, han hecho un gran esfuerzo el año pasado para reducir su déficit, de un 3,5% han pasado a un 1,7%. Es verdad que a unos les ha ido mejor que otros, algunos han avanzado más, también tal vez porque partían de mejores situaciones”.
Este tema requiere sentido común, sensatez y generosidad Mariano Rajoy
Ahí fue cuando pidió generosidad. El Gobierno está preocupado porque se está abriendo paso un debate de agravios sobre todo entre Cataluña y Extremadura. Cuando estaba en la oposición, sobre todo en la primera legislatura, el PP alentó este tipo de choques. Pero le fue muy mal en Cataluña, Josep Piqué acabó dimitiendo al sentir que Rajoy no respaldaba su línea y finalmente el presidente dio un giro y trató de suavizar la imagen de su partido en esta comunidad. Ahora, desde el Gobierno, Rajoy busca una imagen completamente diferente: la del hombre dialogante que ayuda a Cataluña a superar la crisis. “Yo creo que un tema como este requiere sensatez, sentido común, altura de miras y generosidad porque este es un objetivo de todos. Del Gobierno por supuesto, pero también de las comunidades que son el 37% del gasto total. Esto requiere no tirarnos los trastos los unos a los otros a la cabeza que no sirve para nada, como se ha acreditado tantas veces en la historia. Espero que esto salga bien, que Europa se apunte al 6,3% para España, y que el Gobierno y las comunidades tengamos la grandeza y la inteligencia para acordar una cosa que nos interesa a todos”.
Además del asunto del déficit a la carta, que tiene muy inquieto al PP, Rajoy está especialmente concentrado en la batalla europea. En dos semanas se ha visto con los primeros ministros de Irlanda, un país rescatado, Italia, con problemas similares a los de España, y ayer Portugal, otro en manos de la troika. Con todos ellos, aunque públicamente se evita la palabra “frente común” que tan mal suena en las negociaciones europeas, se están estableciendo puentes para sumar fuerzas con el líder de este grupo, Francia, y preparar una ofensiva para la cumbre de junio.
Espero grandeza e inteligencia del Gobierno y de las autonomías Mariano Rajoy
El gran objetivo de todos estos países del Sur es la unión bancaria, que ayudaría a la financiación de las empresas de estos países, ahora más cara que las de sus socios del Norte.
Este fin de semana Alemania ha puesto muchas pegas. Fuentes del Ejecutivo admiten que no hay muchas esperanzas de que Alemania ceda antes de sus elecciones de septiembre, pero creen que ahora hay que aumentar la presión para crear el ambiente propicio y lograr los objetivos justos después de esos comicios. Sin embargo, tanto Rajoy como Pedro Passos Coelho, el primer ministro portugués, confiaron en que estas elecciones alemanas no impidan que se dé un impulso a la unión bancaria en la cumbre de junio. “El test de credibilidad de la Unión Europea es la unión bancaria. Hay que cumplir los acuerdos. “Estoy seguro que nada tienen que ver las elecciones con lo que haga el Gobierno alemán”, dijo Rajoy. “Espero que independientemente del calendario electoral alemán se cumplan los acuerdos”, remató Passos.
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