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Mas tensa la cuerda con Rajoy al anteponer su agenda soberanista

La Generalitat dice que no olvidará la consulta por “vagas promesas” de financiación

El presidente catalán, Artur Mas, ayer en la sede de la Generalitat tras la reunión de su gobierno.
El presidente catalán, Artur Mas, ayer en la sede de la Generalitat tras la reunión de su gobierno. TONI ALBIR (EFE)

El Gobierno catalán asegura que no piensa dar marcha atrás en su proceso soberanista. El Ejecutivo de Artur Mas lanzó ayer ese mensaje de firme defensa del derecho a decidir tras los gestos de distensión realizados por La Moncloa para aplacar la ola soberanista con una eventual mejora del sistema de financiación o con el posible relajamiento de déficit a la carta. Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán, fue categórico al sostener que la Generalitat no se olvidará de la consulta por una “vaga promesa” de una reforma sobre el modelo de financiación. “No vamos a cambiar una cosa por otra. Sería traicionar un compromiso electoral inequívoco y mayoritario”, avisó. “No nos vamos a mover del guion”.

Con esa postura, Mas ha optado por tensar la cuerda en su negociación y delicada relación con La Moncloa toda vez que echa a los pies de los caballos a Mariano Rajoy, que precisamente hoy se reúne con la Junta Directiva y los barones de su partido, muy expectantes ante las posibles medidas para satisfacer las reivindicaciones de Cataluña. El Gobierno de CiU ha dado así una vuelta de tuerca que supone, por un lado, un jarro de agua fría para la estrategia de Génova y un alivio para sus socios de Esquerra Republicana (ERC). Rajoy y Mas se reunieron de forma secreta el pasado día 21 y el presidente catalán abordará hoy por primera vez el contenido de esa entrevista con motivo de una comparecencia para valorar los 100 días de Gobierno desde que fue investido.

La partida de ajedrez es extremadamente complicada porque fue el propio Mas quien, el día 16, cinco días antes de la cita con Rajoy, dio la orden a sus consejeros de bajar el tono y reabrir el diálogo con los ministros. Queda, por tanto, la duda de si hoy modulará su discurso y si levantará el pie del acelerador respecto al papel duro jugado por Homs. La realidad es que el portavoz no cerró la puerta al diálogo pero fue contundente al recordar que los sucesivos gobiernos de la Generalitat, tanto los de CiU como los del Tripartito, están ya muy “escarmentados” respecto a las propuestas que llegan de La Moncloa. “Ya tenemos mucha experiencia. Hay páginas que ya se han pasado. Y hay algunas ideas que me recuerdan al Día de la Marmota”, afirmó en alusión a la planteada por el ministro José Manuel García Margallo para que Cataluña asuma la gestión del 80% de su IRPF. La fórmula, dijo Homs, es la misma que ofreció el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en diciembre de 2005. “La cuestión”, señaló, “es que todos los sistemas de financiación han sido un desastre. Cataluña es un país suficientemente rico para ofrecer unos servicios del Estado del Bienestar que ahora no puede dar”.

La sensación en el Palau de la Generalitat es de un deja vú, en palabras de Homs. Pero curiosamente, esa percepción la puede compartir La Moncloa. Rajoy no es el primer presidente español que intenta atemperar las reivindicaciones nacionalistas con soluciones económicas. La misma estrategia siguieron los expresidentes José María Aznar y Rodríguez Zapatero. Cataluña lideró la conquista de esas mejoras que luego se aplicaron al resto de comunidades. Ahora, Mas no está dispuesto a ejercer de rompe hielos.

Con unas finanzas ahogadas, Rajoy ha trazado una triple línea de actuación para oxigenar a Cataluña. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro ha aparcado el látigo y ha lanzado tres guiños: una suavización de objetivo del déficit —que evitaría a Cataluña recortar 4.400 millones de euros— y un déficit, además, a la carta. Y queda la mejora del sistema de financiación. Fuentes del Gobierno catalán minimizan la oferta al recordar que, de momento, solo se han constituido sendos grupos de trabajo para evaluar tanto el esquema de financiación, que expira en diciembre, y el del seguimiento del déficit. Por ahora, apenas ha trascendido nada de la entrevista Rajoy-Mas pero, según Homs, no hubo ninguna oferta de reformar del sistema. Ni quiso tampoco aclarar si estaría dispuesto a negociarlo. “Voy a ser pesado: nuestra prioridad es la consulta y la transición del derecho a decidir”, reiteró.

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CiU no está dispuesta a renunciar a la consulta aprobada por la inmensa mayoría del Parlament. Y es que además tampoco puede: con los presupuestos prorrogados, depende de Esquerra para aprobar las cuentas. Los independentistas no aflojan y consideran que la oferta de Rajoy en forma de “mano tendida” no es otra cosa que una “gran mentira”. Así lo calificó ayer el presidente de ERC, Oriol Junqueras, quien considera que la respuesta que debe dar el Gobierno catalán al del PP es esta: “Esta vez no nos engañaréis”. El líder republicano calificó de “importante” la reunión entre Rajoy y Mas aunque negó que pueda producir algún efecto. “Con el Gobierno español no sirve nada. Nunca cumplen lo que prometen; sí me preocuparía que hubiera la tentación de confiar en aquellos que siempre han traicionado nuestra confianza”, dijo. Frente a los enormes recelos con Rajoy, Junqueras aseveró que ERC “mantiene su confianza” en Mas y dijo que el partido independentista “no es el socio leal del Gobierno catalán, sino el del pueblo de Cataluña”. De ahí que volviera a reiterar su compromiso de celebrar la consulta.

Los socialistas catalanes volvieron a ofrecer diálogo al Gobierno de Mas. “Una cosa es dialogar y otra apoyar”, matizó el portavoz del PSC, Jaume Collboni, para dejar claro que no tienen intención de convertirse en socios parlamentarios. El diálogo que ofrecen los socialistas se basa en dos propuestas: la convocatoria de una nueva cumbre anticrisis, después del intento fallido del 16 de marzo, y la creación de una comisión de estudio del nuevo modelo de financiación, que vence este año y que ya fue rechazada de plano por Homs.

“Diálogo, siempre, compromiso cuando haya un cambio de rumbo claro”, dijo Collboni para dejar claro que el PSC no está por dar un cheque en blanco a CiU. El portavoz socialista arremetió por igual contra ERC, por considerar lo un “socio poco fiable”, como contra el Gobierno del PP, del que dijo que comparte la responsabilidad del bloqueo que vive Cataluña. Por eso, reclamó de Mas y Rajoy que eviten “espectáculos” como el de su encuentro secreto o la reciente reunión del Gobierno catalán que tampoco se hizo pública hasta después de que se celebró.

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