Gobierno y PSOE aparcan sus diferencias y votan juntos el pacto fiscal

En el último momento, el PSOE ha evitado romper con el Gobierno y ha apoyado la ratificación del Tratado de Estabilidad Presupuestaria de la UE, el llamado pacto fiscal, a pesar de que desde la tribuna anunció la abstención. No se recuerdan precedentes de un tratado europeo ratificado en el Congreso sin el voto favorable del principal partido de la oposición, más aún cuando la votación se produce en el momento en el que Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba negocian una posición común ante Europa, con vistas a la cumbre de la próxima semana.

La distancia entre ambos se vislumbró el miércoles en el bronco debate sobre el rescate y hoy se concretó en el pleno, aunque finalmente a los socialistas les pudo la responsabilidad en la votación. La voluntad expresada por los dos de dar una imagen de unidad ante Europa estuvo a punto de saltar por los aires de manera imprevista.

Hasta el último momento, se han mantenido las negociaciones, porque el PSOE pretendía introducir una enmienda que hacía referencia a medidas para fomentar el crecimiento o para instar al Banco Central Europeo a actuar en el mercado de deuda. Por ser un tratado internacional que se vota como ley orgánica, el PSOE pretendía que se introdujera la enmienda como disposición adicional o en el preámbulo, lo que resultaba inasumible técnicamente para el PP, porque el texto es ratificado en todos los países miembros de la UE.

Muchas de las ideas de la enmienda del PSOE, no obstante, estaban incluidas en el discurso del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, pero el portavoz socialista, Juan Moscoso, anunció la abstención desde la tribuna. Poco después, ese propósito no se concretó finalmente en la votación.

“Reconsideren su posición de enmendar el tratado, no es un buen servicio para España ni para Europa, y dar la imagen de división en esta Cámara es un flaco favor a la economía española y un mensaje erróneo a la UE”, ha dicho el ministro a los socialistas desde la tribuna.

Moscoso ha explicado que no se trata de enmendar el tratado, sino de “complementarlo”, reforzando la posición de España ante la cumbre de la próxima semana, tal y como se ha hecho en otros estados miembros de la UE.

La fórmula utilizada fue la de pactar una Proposición no de ley conjunta que se someterá a votación y debate la próxima semana y que incluirá los contenidos básicos de la enmienda socialista. En los últimos días, la dirección del Grupo Socialista aseguraba que, aún en el caso de que no se aceptara su enmienda, apoyaría la ratificación, para mostrar esa imagen de unidad en un momento de dificultad.

En agosto, el entonces Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero pactó con el PP una reforma constitucional para incluir la restricción del déficit público y en marzo el PSOE se opuso a la ley que desarrollaba esa reforma, tras una negociación intensa con los populares. Hoy se ha vuelto a consumar la distancia en el debate, aunque no en la votación, del tratado que extiende a toda la UE la limitación del déficit estructural anual al 0,5 % del PIB y que fue aprobado en diciembre en la primera cumbre europea de Rajoy como presidente del Gobierno.

El tratado ha sido ratificado con los votos del PP, PSOE, CiU, UPyD y PNV y la oposición de los partidos de izquierdas que pidieron la celebración de un referéndum, por entender que la limitación del déficit en todos los estados supone una cesión de soberanía a favor de una “política neoliberal” basada exclusivamente en la reducción del déficit. “Utilizan la crisis para provocar un cambio institucional”, ha resumido el portavoz de IU, José Luis Centella.

El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, ha pedido apoyo a la ratificación del tratado, con el argumento de que el pacto fiscal sirve para lanzar un "mensaje claro" a los mercados de la "voluntad" de los países europeos de mantenerse juntos.

En su intervención, ha incluido las propuestas de reforma de la estructura de la UE que Rajoy pidió hace dos semanas en una carta a los máximos responsables europeos. Por ejemplo, “culminar el proceso de convergencia fiscal, redefinir el papel del Banco Central y establecer un Fondo Monetaria Europeo”.

Expresamente, el ministro de Exteriores ha hablado de “permitir la emisión conjunta y solidaria de eurobonos para mutualizar la parte de las deudas nacionales que están por debajo de los límites establecidos”.

Margallo ha asegurado que igual que el BCE dice a los países lo que deben hacer, ha de comprender que también éstos pueden decirle "lo que creen que debe hacer", como por ejemplo "desatascar las cañerías del crédito, porque es el único que tiene el dinero". No obstante, dejó claro que es preciso hacer de la “austeridad una virtud teologal”, imprescindible para abordar las medidas de crecimiento.

Juan Moscoso, portavoz del PSOE, dijo compartir “en buena medida” el discurso del ministro, pero aseguró que es necesario “dar un mensaje a favor del crecimiento” porque, en su opinión, el debate sobre el pacto fiscal ha sido superado y es preciso ir hacia el objetivo de crecimiento. Por eso, ha anunciado que el PSOE no puede dar su apoyo a la ratificación del tratado.