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Rajoy afronta sin apoyos el trámite de sus primeros Presupuestos

CiU y los demás grupos parlamentarios piden la devolución de las cuentas El Gobierno exige más sacrificios tras el mayor ajuste al Estado de bienestar

El Presupuesto para 2012 inicia su trámite parlamentario sin más apoyo que el del PP en el Congreso. Todos los demás partidos con representación en la Cámara presentaron este viernes enmiendas a la totalidad contra las cuentas más restrictivas. Casi a la misma hora, el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó el mayor recorte del Estado de bienestar de la democracia. Afecta a la educación y la sanidad, es continuidad de los ajustes incluidos en los Presupuestos del Estado recién aprobados y de la reforma laboral que ha empezado su trámite en el Congreso. Y el Ejecutivo no descarta que vengan más en los próximos meses.

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros Ana Mato y José Ignacio Wert presentaron las reformas legislativas, cumpliendo la máxima impuesta por el Ejecutivo de evitar la palabra recorte, sustituyéndola por otras como reformas, ajustes, sostenibilidad, racionalización del gasto público o mejora de la gestión, entre otras. Pero lo hicieron con pésimas perspectivas sobre los apoyos parlamentarios en el Congreso a sus restrictivas cuentas públicas.

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La palabra que sí utilizaron reiteradamente fue “sacrificio”, y su argumento fundamental es que la única forma de hacer frente a la crisis y a la herencia dejada por el Gobierno del PSOE es llevar a cabo estas reformas. “Es un sacrificio importante para los pensionistas”, admitió la ministra de Sanidad, tras explicar que, por primera vez, los jubilados tendrán que pagar por los medicamentos que se les receten. Los tres miembros del Gobierno aseguraron que adoptar esas reformas es la única manera de mantener las bases del Estado de bienestar que, según explicaron, fueron socavadas en las anteriores legislaturas por la gestión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. “Este Gobierno arreglará lo que ha destrozado el Gobierno socialista”, sentenció Mato.

El debate de las enmiendas de totalidad de PSOE, CiU, PNV, Izquierda Plural, UPyD, ERC, BNG, CC y Amaiur será la próxima semana, entre el martes y el jueves. En principio, el Gobierno tiene solo el apoyo del PP, suficiente por la mayoría absoluta lograda el pasado mes de noviembre. Políticamente, el Ejecutivo aspiraba a tener también el respaldo de CiU, dado que este grupo había apoyado hasta ahora todas las iniciativas del Ejecutivo ante la crisis.

El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, esperó hasta la hora límite un gesto de Rajoy para no presentar la enmienda de totalidad. No hubo llamada y los nacionalistas catalanes mantendrán el martes su oposición a las cuentas, fundamentalmente porque no se incluyen inversiones en Cataluña comprometidas por el anterior Gobierno. Esa presentación no supone en principio que finalmente no haya acuerdo en el trámite del Presupuesto. De hecho, los nacionalistas catalanes la han presentado en los últimos siete años y no siempre eso se ha traducido en rechazo final en el Congreso y en el Senado. Pero el Gabinete considera muy difícil cumplir en estas circunstancias de lucha contra el déficit los compromisos exigidos por CiU.

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El resto de partidos, especialmente los de la izquierda que encabeza el PSOE, aseguran que esas cuentas incluyen recortes incompatibles con medidas de estímulo que acerquen a la economía a la recuperación. Según explica estos días el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, esas cuentas suponen alejar cualquier posibilidad de ver el final de la recesión. En el texto de la enmienda, el PSOE afirma que las cuentas de 2012 “profundizarán y alargarán la recesión” y provocarán una mayor destrucción de empleo, a la vez que suponen “el mayor ataque a los pilares básicos del Estado de bienestar”.

Esas cuentas, en todo caso, fueron enviadas por el Gobierno al Congreso hace apenas tres semanas, antes de que se decidieran los nuevos recortes, especialmente los que tienen que ver con la educación y la sanidad. Su objetivo es cumplir a final de año con el 5,3% de déficit que impone la Unión Europea.

La vicepresidenta volvió a insistir en este objetivo en la presentación de los acuerdos del Consejo de Ministros. De hecho, aseguró que se trata de llevar a cabo “ajustes para llegar a ese objetivo de déficit y evitar que la mayor partida de los Presupuestos sea la de los intereses de la deuda pública”. La vicepresidenta eludió aclarar si el Gobierno tiene previsto o descarta nuevos recortes y ajustes en los próximos meses.

Sí se felicitó de que el FMI y la Comisión Europea hayan respaldado en los últimos días las reformas aprobadas por el Ejecutivo. Sáenz de Santamaría minimizó las dificultades de la Bolsa en los últimos días y evitó relacionarlas con una supuesta insatisfacción por las medidas adoptadas en los últimos meses.

Según explicó, se trata de que los ciudadanos asuman sacrificios para “sentar las bases para poder crecer en el futuro”. Su argumento es que sin esos sacrificios se corre el riesgo de que todo el Estado de bienestar se venga abajo y, por eso, hay que hacer las reformas que les gustaría “no tener que hacer”.

Expresamente, el Gobierno habló del déficit disparado con el que terminó 2011 como causa última de los recortes que ahora acomete. “Pedimos esfuerzos a toda la sociedad”, insistió Mato.

El presidente tampoco compareció

El pasado 5 de diciembre, la ministra italiana de Trabajo y Política Social, Elsa Fornero, no puedo evitar romper a llorar mientras explicaba en rueda de prensa los recortes aprobados por su Gobierno. Hablaba del sacrificio de los ciudadanos y, emocionada, no pudo seguir.

Ayer, los ministros de Sanidad y Educación, Ana Mato y José Ignacio Wert, comparecieron, después de la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, tras el Consejo de Ministros que aprobó el recorte de 10.000 millones en sanidad y educación, en un tono bien diferente, mucho más distendido. No es la única diferencia con aquella comparecencia en Roma, porque al lado de la ministra italiana estaba el primer ministro, Mario Monti, mientras que en España no hay noticias de comparecencia de Mariano Rajoy para explicar las medidas que aparcan algunos de sus compromisos de la campaña electoral.

Incluso al ser preguntada por la posibilidad de que Rajoy comparezca en el Parlamento para explicar los recortes, la vicepresidenta dio a entender que no está en absoluto previsto que vaya a ir a debatir y a explicarlos. Se remitió a las explicaciones que dio anteayer el presidente en Colombia, en una rueda de prensa en la que solo respondió a dos preguntas. También, al anuncio de medidas que hizo recientemente ante la junta directiva del PP y sus parlamentarios, pero en ningún caso a la comparecencia en el Parlamento. El PP ha bloqueado las peticiones en ese sentido dos semanas seguidas en la Mesa y la junta de portavoces del Congreso, y no habrá sesión de control al Gobierno hasta el 16 de mayo.

El consejo de ayer se inició dos horas más tarde de lo habitual, a la espera de que Rajoy llegara de su viaje oficial, y tuvo también una duración inusual, por la densidad del índice. La rueda de prensa posterior superó las dos horas.

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