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ESPAÑA EN LA UE

Rajoy en Bruselas: “La reforma laboral me va a costar una huelga general"

El presidente español se ha desahogado con su homólogo finlandés, Jyrki Katainen, en una charla informal momentos antes de iniciarse el Consejo Europeo

MIGUEL GONZÁLEZ (ENVIADO ESPECIAL)

Mariano Rajoy tiene asumido que la reforma laboral que ultima el Gobierno, con el propósito de aprobarla a mediados de febrero, provocará la primera huelga general de su mandato. Se lo confesó a su homólogo finlandés, Jirki Katainen, en una charla informal al inicio de la reunión del Consejo Europeo.

“Este viernes hemos hecho la la ley de Estabilidad. El viernes que viene la reforma financiera. Luego la laboral. La [reforma] laboral me va a costar una huelga [general], se sinceró el presidente español sin ser consciente de que las cámaras de televisión estaban grabando sus palabras. “No era una conversación pública”, se excusó cuando fue preguntado por los periodistas. [El vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, señaló que la referencia sobre la huelga hecha por Rajoy es una frase dicha “coloquialmente” que “no hay que tomar al pie de la letra”].

Haciendo de la necesidad virtud, Rajoy reconoció que había evaluado la posibilidad de que la reforma laboral provoque una huelga general, ya que esta es la respuesta que dieron los sindicatos a la que hizo el PSOE y que “no sirvió para nada”; es decir, que no tuvo la envergadura de la que él prepara.

Aún así, Rajoy está dispuesto a seguir adelante con ella, porque es “la que España necesita”, porque en España el ajuste “se ha hecho sobre el empleo” y porque “la reforma laboral es hoy imprescindible”. Tras felicitarse por el acuerdo al que han llegado los agentes sociales sobre moderación salarial, recordó que sindicatos y patronal no han sido capaces de ponerse de acuerdo sobre la negociación colectiva y, en esas condiciones, “el Gobierno tiene que gobernar y tomar decisiones”. Y esas decisiones, las que ya han tomado y las que se propone tomar, “no le van a gustar a mucha gente”.

Rajoy parece haber aceptado que la popularidad con la que llegó a La Moncloa puede esfumarse sin respetar siquiera los 100 días de gracia de que disfrutan todos los gobernantes cuando llegan al poder. “Siempre es duro, pero ahora viene lo más duro”, se sinceró con el primer ministro holandés, Mark Rutte, en otra conversación grabada furtivamente por los micrófonos. “Ahora vienen los asuntos más complicados. Es que nos dejan una herencia muy complicada, con más del 8% de déficit. Las previsiones de crecimiento este año son muy malas”, le confesó.

En la línea de la UE

A pesar del tono sombrío de sus palabras, Rajoy se declaró “contento” con el balance de su primera cumbre. La causa de su satisfacción es que “lo que está haciendo España es lo que se está apoyando en la UE”. Es decir, que los Gobiernos europeos, abrumadoramente conservadores, respaldan la política económica del Gobierno conservador español. Incluso, en el comunicado final hay un respaldo expreso a las medidas adoptadas por Rajoy, en España, y Monti, en Italia, a quienes se insta a profundizar en el saneamiento presupuestario y las reformas estructurales.

Pero el apoyo no fue mucho más allá de una mera declaración. La cumbre respaldó la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el cortafuego destinado a proteger a los países más vulnerables del euro, como España, del incendio griego. La canciller alemana, Angela Merkel, no aceptó, sin embargo, poner un euro más de los 500.000 millones previstos pese a las advertencias, entre otros, del FMI de que puede quedarse corto. Eso sí, en marzo se revisará de nuevo si su volumen es suficiente y España, en todo caso, no tiene previsto recurrir a él para sanear su sistema financiero.

Rajoy presentó como un triunfo la decisión de reorientar hacia programas de fomento del empleo juvenil y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas los remanentes no asignados del Fondo Social Europeo y de los fondos de cohesión, unos 82.000 millones en total, de los que 10.700 corresponden a España. Los países con más de un 30% de desempleo juvenil —como España, que bate el récord europeo con casi el 50%— deberán presentar en abril un plan de acción en cuya elaboración participarán sindicatos, patronal, Gobierno y expertos de la Comisión Europea, que viajarán a los países afectados para estudiar la situación. “Alemania está decidida a hacer todo lo posible para reducir el paro juvenil, que registra tasas muy altas en algunos países como España”, proclamó Merkel. Aún así se descarta inyectar nuevos fondos, habrá que apañarse con los que sea posible rebañar del presupuesto que acaba en 2013.

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Sobre la firma

MIGUEL GONZÁLEZ (ENVIADO ESPECIAL)
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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