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Así contribuye el grano de Ucrania a paliar el hambre en Malaui tras el paso de El Niño

Un cargamento de 19.200 toneladas de grano, con el que se podrá alimentar a 863.000 personas durante dos meses, llega a este país africano con ayuda del Programa Mundial de Alimentos

Ciudadanos de la aldea de Matola, en el centro de Malaui, reciben la semana pasada sacos de maíz del programa Grano de Ucrania.
Ciudadanos de la aldea de Matola, en el centro de Malaui, reciben la semana pasada sacos de maíz del programa Grano de Ucrania.Charles Pensulo

Para Mary Mitungwe, de 51 años, la rutina diaria durante los últimos tres meses ha consistido en levantarse muy temprano por la mañana e irse a trabajar a destajo en los campos de personas adineradas en los alrededores de su pueblo, Matola (distrito de Balaka, en el centro de Malaui) antes de que sus hijos se hubieran marchado a la escuela. “Algunas veces ellos se perdían las clases por completo para ayudarme con el trabajo, porque en casa no había nada, lo que significaba que al regresar de la escuela no encontrarían comida si ellos no iban a trabajar conmigo”, lamenta. Ahora, sin embargo, su día a día ha cambiado: acaba de recibir una bolsa de maíz en el marco de la iniciativa Grano de Ucrania, un programa humanitario lanzado por el Gobierno del país, en cooperación con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y terceros países. “Ya puedo trabajar en mi granja porque tengo energía para hacerlo”, al disponer de suficientes alimentos, confiesa la mujer a este diario.

Mitungwe es una de los millones de personas que han pasado hambre en Malaui tras la sequía provocada por El Niño, que asoló la región a principios de 2024. Alrededor del 44,3% de la superficie de cultivo nacional se vio afectada, según los datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), lo que llevó al presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, a declarar el pasado marzo el estado de catástrofe y pedir ayuda a los donantes, una medida que también se tomó en Zambia. Antes de El Niño, ya había en este país del sureste africano 5,4 millones de personas (de una población de 20 millones) que se encontraban en una situación de inseguridad alimentaria crónica, según el PMA.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, puso en marcha el programa Grano de Ucrania en noviembre de 2022, con el apoyo de varios países y organizaciones internacionales, entre ellas el PMA, para exportar cereales cultivados en el país, uno de los mayores productores agrícolas del mundo, y mitigar el impacto que la invasión rusa de Ucrania provocó en la alimentación mundial. Con la iniciativa se buscaba no solo reactivar la producción agrícola ucrania, sino también aliviar el hambre en regiones afectadas por conflictos o el cambio climático.

El cargamento de grano llegó a Malaui el pasado noviembre, un total de 19.200 toneladas métricas con las que el PMA, en colaboración con el Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres de Malaui (DODMA) calcula que puede asistir a 863.000 personas (191.777 hogares) durante dos meses. El envío fue posible gracias al apoyo de Francia, Corea, los Países Bajos y Suecia, que contribuyeron colectivamente con 15 millones de dólares (14,56 millones de euros).

Sequía, lluvias y plagas

Mitungwe y otros 697 beneficiarios de Matola recibieron el cargamento de grano en la primera semana de enero. Además, otras 168 personas de la aldea se han beneficiado también de un plan social de transferencia de efectivo para paliar el hambre.

La donación del grano de Ucrania supone un alivio temporal, ya que la mayoría de la gente ha comido una sola vez al día y ha dormido con el estómago vacío en los últimos meses, por lo que sin ella algunas personas habrían muerto
Idess Chimtengo, responsable local

Sin embargo, la sequía continúa en la región, con algunas lluvias intermitentes, por lo que el maíz que se sembró en diciembre en Malaui, y que es clave para alimentar a la población el resto del año, ya ha empezado a marchitarse, lo que augura una cosecha escasa. Según el PMA, Zimbabue se enfrenta a una situación similar, con millones de personas luchando contra la escasez de alimentos.

“La donación del grano de Ucrania supone un alivio temporal, ya que la mayoría de la gente ha comido una sola vez al día y ha dormido con el estómago vacío en los últimos meses, por lo que sin ella algunas personas habrían muerto”, afirma Idess Chimtengo, jefe de la aldea de Mackenzie, también en el distrito de Malaka. No obstante, mira con preocupación el pronóstico meteorológico y espera que las lluvias, que cesaron poco después de la siembra de diciembre, se reanuden pronto. A la sequía se suma también una plaga de orugas del gusano cogollero, que ya ha atacado algunos cultivos de maíz.

“Estamos probando otros cultivos como guisantes, sorgo y mandioca para poder sobrevivir porque no sabemos qué nos salvará. En una temporada normal deberíamos estar preparándonos para cosechar ahora”, advierte Chimtengo. Y concluye: “Al principio sobrevivíamos a base de mangos, pero ahora no hay nada y la gente compra un poco de comida a diario para sobrevivir”.

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