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“Todos los gobiernos deberían asignar fondos para la investigación sanitaria en sus presupuestos anuales”

Nigeria es uno de los países del mundo con menor financiación en investigación sanitaria. Friday Okonofua, vicerrector de la primera universidad de ciencias médicas del país, reflexiona sobre los últimos pasos para mejorar esa aportación

El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, presenta los presupuestos nacionales de 2021 en la asamblea nacional en Abuja, Nigeria, el 8 de octubre de 2020.
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, presenta los presupuestos nacionales de 2021 en la asamblea nacional en Abuja, Nigeria, el 8 de octubre de 2020.NIGERIA PRESIDENCY (Reuters)

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El Fondo Fiduciario de Enseñanza Superior Terciaria de Nigeria ha aprobado 8.500 millones de nairas (17,6 millones de euros) para la investigación médica este año, lo que supone un aumento del 13,33%. De esta cantidad, 1.000 millones (2,07 millones de euros) se destinan específicamente a las innovaciones sobre la covid-19.

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El fondo se creó en 1993 para mejorar la enseñanza superior federal y estatal en Nigeria mediante el apoyo parcial de la investigación y las publicaciones. Su principal fuente de ingresos es el impuesto del 2% sobre la educación que pagan las empresas registradas y está gestionado por un consejo de administración de 11 miembros. Friday Okonofua, profesor de medicina y vicerrector pionero de la primera universidad de ciencias médicas de Nigeria, comenta la última decisión al respecto y el estado actual del trabajo científico en el país.

Pregunta. ¿Es este un paso en la dirección correcta para la financiación de la investigación médica?

Respuesta. Así lo creo. Nigeria es en la actualidad uno de los países del mundo con la menor financiación en investigación sanitaria; destina un 0,22% de su PIB. A pesar del sinfín de problemas sanitarios y de los malos indicadores de salud, la asignación en el presupuesto nacional es muy baja. El presupuesto en 2019 fue de 5.000 millones de nairas (10,3 millones de euros) en el marco del Fondo Nacional de Investigación (FNI). En 2020 ascendió a 7.000 millones de nairas (14,5 millones de euros) y así continúa este año. A este fondo se acaban de añadir ahora 1.000 millones de nairas (2,07 millones de euros), destinados específicamente a la covid-19. El FNI lo gestiona el Fondo Fiduciario de Enseñanza Superior.

Creo que esta intervención es insuficiente para resolver la inadecuada dotación en el país. Y esta cuestión es importante porque las líneas de investigación y desarrollo mundiales para las enfermedades que afectan a los países africanos son insuficientes.

P. ¿Cómo se suele financiar la investigación médica en Nigeria?

R. No está bien financiada. Nunca he visto que ningún hospital universitario del país destine fondos. La mayoría de las universidades aportan poco o nada y los fondos existentes provienen de organizaciones donantes como la Fundación Gates, el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo de Canadá y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Gobierno federal recibió en 2014 un préstamo del Banco Mundial que permitió la creación de algunos centros de excelencia en las universidades y algunos de ellos indagan sobre temas de salud, pero muy pocos fondos proceden del propio país.

P. ¿Qué porcentaje de la financiación procede del Gobierno federal de Nigeria?

R. Es difícil saberlo concretamente, aparte de las cifras que tenemos sobre la investigación en general. Aunque el fondo fiduciario para la educación ha financiado estudios específicos en materia de salud en algunas universidades de Nigeria, no es suficiente. Algunos indagadores médicos de todo el país han accedido a estos fondos para sus trabajos. Más allá de esto, no estoy al tanto de ninguna otra intervención del Gobierno federal al respecto.

La salud es un componente fundamental de los ODS y es esencial para el desarrollo potencial de cualquier país

P. ¿Cómo se puede mejorar la financiación?

R. La respuesta es sencilla. El Gobierno federal y todos los Gobiernos estatales deberían asignar fondos en sus presupuestos anuales y deberían ser específicamente para este fin. El fondo fiduciario para la educación debería continuar su genial labor actual, pero su contribución es insuficiente para hacer frente a la cantidad de retos sanitarios que hay que resolver en Nigeria, junto con las innovaciones que hay que identificar para promover la sanidad y el bienestar social de todos los nigerianos.

La salud es un componente fundamental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y como ha demostrado la covid-19, es esencial para el desarrollo potencial de cualquier país. Se necesitan estudios nuevos para estimular el sistema sanitario de Nigeria, que ocupa el puesto 187º de 195 países, según la OMS.

P. ¿Qué lecciones podemos aprender de otros países?

R. En lo relativo a la aportación de los Gobiernos, resulta evidente que los países africanos han obtenido resultados relativamente malos en comparación con otros países. En total, los datos disponibles indican que las naciones de África subsahariana destinan el 0,4% de su producto interior bruto a la investigación, mientras que en Europa, Asia y Norteamérica se aporta el 27%, 31% y 37%, respectivamente. Nigeria destina el 0,22%, uno de los porcentajes más bajos del mundo.

Además, el Gobierno de Nigeria suele ser incapaz de sintetizar los datos para la toma de decisiones, lo que obstaculiza su capacidad para comprender y priorizar la importancia de los estudios en el ámbito sanitario local en el contexto de las mejoras médicas y el desarrollo social.

Resulta de vital importancia una integración adecuada de los marcos de investigación en la elaboración de políticas en el país con el fin de mejorar el rendimiento integrado del sistema sanitario. Esto debería incluir el desarrollo de capacidades de los gestores y responsables políticos para que puedan incluir adecuadamente partidas apropiadas en el presupuesto anual, así como facilitar la participación de estos actores en los programas, en la planificación de la distribución de la investigación sanitaria y en el ulterior uso efectivo de los resultados de esas pesquisas.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation Africa.

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