Unicef nunca había solicitado tanta ayuda: 5.300 millones para las crisis del mundo
La petición de fondos del organismo para las emergencias en 2021 supera a la del año pasado, que ya era la mayor de su historia. La pandemia ha agravado la situación de la infancia en el Sahel, Yemen o Siria y, de conseguirse, estos recursos socorrerán a 190 millones de niños en 149 países
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A las crisis humanitarias crónicas que asolan buena parte del mundo, se ha sumado la de la covid-19, que ha venido a empeorar aún más las consecuencias sanitarias, sociales y económicas que suponen las guerras y las catástrofes para la población, y en especial para la infancia. “Cuando una pandemia devastadora coincide con un conflicto, el cambio climático, los desastres o el desplazamiento, las consecuencias para los niños pueden ser catastróficas”, asegura la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, tras el lanzamiento del mayor llamamiento de fondos que ha realizado la organización internacional en su historia (5.292 millones de euros) para llegar a más de 190 millones de niños en 149 países.
En 2021 se cumplirán 10 años de la guerra en Siria y seis de conflicto en Yemen. Solo en estos dos países hay casi 17 millones de niños que necesitan ayuda humanitaria, según el informe Acción Humanitaria para la Infancia 2021 de Unicef. A la situación crítica de estos dos territorios se han venido a sumar los estragos de la pandemia. La covid-19 y sus consecuencias se han cebado también con otras regiones que ya previamente vivían en emergencia: en República Democrática del Congo se han producido varios rebrotes de ébola y sarampión; la región del Sahel central, formado por Burkina Faso, Mali y Níger, vive una situación inestable, de sequía, desplazamientos forzosos y una inseguridad alimentaria que asola la zona desde hace años y que ha dejado a 7,2 millones de niños en riesgo. “La violencia armada, la pobreza extrema, el hambre y ahora la covid-19 está haciendo que la población tenga que huir”, asegura Lorena Cobas, responsable de Emergencias de Unicef España, que alerta de que es una circunstancia que se da en más lugares del mundo.
Si hablamos de América Latina, la situación en Venezuela, que en 2019 entró por primera vez en la lista de países en emergencia, no ha dejado de empeorar en los últimos seis años, con 4,3 millones de niños que han huido a las regiones de alrededor. Para llegar a todos estos lugares en emergencia, la organización ha calculado que necesita 6.400 millones de dólares (5.292 millones de euros) para apoyar programas esenciales para niños y familias vulnerables durante 2021.
Y han surgido nuevas crisis humanitarias en 2020. Las más recientes son las luchas armadas en la región de Tigray, en Etiopía, que ha dejado a 2,8 millones de personas con una necesidad urgente de ayuda, según el recuento de la organización. En la provincia de Cabo Delgado de Mozambique, más de 425.000 personas, entre los que se cuentan 191.000 niños, se han visto desplazadas como resultado de los enfrentamientos entre grupos armados no estatales y el ejército.
Unicef estima que 36 millones de niños, la mayor cifra hasta la fecha, viven desplazados debido a los conflictos, la violencia y los desastres. Los huracanes Eta e Iota han devastado comunidades vulnerables en América Central y las tormentas tropicales que se han sucedido en Asia Oriental (en Filipinas, Vietnam y Camboya), han afectado a 2,6 y 13,4 millones de niños, respectivamente.
La importancia de volver a la escuela
Si bien la covid-19 no se ha manifestado como una enfermedad que afecte directamente a la infancia, sí que ha supuesto un varapalo para la vida de los niños, en particular de los más vulnerables. Los servicios de inmunización de rutina infantil se han interrumpido en más de 60 países, mientras que casi 250 millones de estudiantes en todo el mundo siguen afectados por el cierre de escuelas por la covid-19. Ya en agosto, la ONU advertía de la “catástrofe generacional” que suponía mantener cerradas las aulas, con la amenaza de que 24 millones de alumnos de todos los niveles abandonasen el sistema educativo.
“La educación no es un derecho de segunda; los niños y niñas tienen que poder seguir estudiando, no solo por las repercusiones en su futuro, sino también porque la escuela les da herramientas para saber a qué se pueden enfrentar”, explica Cobas. La experta de la organización internacional también alerta de las otras amenazas que conlleva el cierre de los centros educativos. “Hay un riesgo muy alto de que muchos de estos niños no vuelvan a la escuela, y eso es peligrosísimo, no solo para el futuro de toda una generación, sino también para la sociedad de un país. Además, el matrimonio infantil puede aumentar en este contexto, para así tener una boca menos que alimentar en familias que no tienen recursos”, responde Cobas.
Una red para que la vacuna contra la covid-19 llegue a todos
Parte de esta petición de ayuda humanitaria que realiza Unicef para 2021 será destinada a la distribución y suministro de la vacuna contra la covid-19. La organización internacional, junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), informó el pasado noviembre a las principales aerolíneas del mundo acerca de los requisitos para la distribución y analizaron las formas de transportar las dosis, además de los 1.000 millones de jeringuillas que se deben transportar por vía marítima.
Este esfuerzo también responde al acuerdo de la Organización Mundial de la Salud y la Alianza para la Vacunación (GAVI, en sus siglas en inglés) que a través de COVAX, una plataforma de países ricos y pobres que buscan aunar esfuerzos en la investigación, negociación de los precios y distribución, tiene como objetivo la de proveer a los 187 socios con 2.000 millones de vacunas en 2021, también a los 92 de renta baja y media que no se puedan permitir adquirirlas.
En este llamamiento y para animar a los donantes a contribuir, Unicef destaca lo que se consigue con sus aportaciones. Solo en 2020, según sus datos, lograron dar tratamiento para la desnutrición severa aguda a 1,5 millones de niños; 3,4 millones de niños han sido vacunados contra el sarampión; 1,8 millones de trabajadores sanitarios han recibido equipos de protección personal; 45,5 millones de hogares se han beneficiado de medidas de ayuda social nuevas o ya existentes proporcionadas por los gobiernos para responder a la pandemia y se han entregado 2,5 millones de kits de test de la covid-19 en 56 países.
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