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Columna
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España disfuncional

El Gobierno predica un discurso de la diversidad, pero la diversidad consiste en privilegiar a los territorios que le convenga

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, en una reunión en La Moncloa.
Daniel Gascón

A veces se dice que Junts trae problemas al Gobierno, pero no siempre es así. En algunas cuestiones en las que el centroizquierda tiene problemas para definirse, puede adaptar la posición de un partido de derecha radical nacionalista, que al menos tiene una línea. Esa línea consiste en mostrar que hay unas reglas para todos y otras reglas para ellos. Casi todos los cambios ayudan a que levantar una frontera sea más sencillo, pero los más sensatos saben que no hay que precipitarse. (Que las medidas concretas vayan contra la igualdad o sean xenófobas es irrelevante: son progresistas porque las impulsa el Gobierno progresista).

Así, en algunas cosas el PSOE piensa lo que diga Junts, mientras que a menudo el Partido Popular no sabe lo que piensa o tiene miedo a decirlo. Esto ocurre en cuestiones importantes y en los debates espurios que constituyen la mayor parte de nuestra vida política. No siempre rentabiliza su poder territorial y tiene en Valencia un barón de naturaleza eminentemente foruncular.

El Gobierno predica un discurso de la diversidad, pero la diversidad consiste en privilegiar a los territorios que le convenga y atacar de forma ostensible a la Comunidad de Madrid, lo que muestra una especie de centralismo freudiano. La importancia que se da a la diferencia de intereses y problemática en los territorios es tan grande que varios ministros compatibilizan su trabajo con la dirección de la oposición en las autonomías: en realidad, no hay otros intereses que los del Gobierno central. El país opera sin presupuestos porque para qué, y varias autonomías también. La disfuncionalidad es tal que se anuncia que el aumento del gasto en defensa no necesita pasar por el Parlamento: suenan las alarmas, tenemos que cambiar nuestro modelo para salvar nuestras conquistas más valiosas, el incremento cuenta con el apoyo de los dos partidos que representan al 66% del electorado, pero no vamos a hablar del asunto, porque eso mostraría la fragilidad del Gobierno, que si no mira al suelo no se cae, como en los dibujos animados.

Toda solución es una variante de trilerismo: la vía propuesta, que hurta a los ciudadanos el debate, da al Ejecutivo funciones que corresponden al legislativo y magnifica diferencias entre los partidos más votados; una trampa contable que incluiría una modificación menor de la anunciada y disfrazaría de gastos en defensa otras partidas; y la opción del amago, donde el Gobierno aceptaría finalmente ir al Parlamento y todos tendríamos que darle las gracias por el detalle.

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Sobre la firma

Daniel Gascón
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) estudió Filología Inglesa y Filología Hispánica. Es editor responsable de Letras Libres España. Ha publicado el ensayo 'El golpe posmoderno' (Debate) y las novelas 'Un hipster en la España vacía' y 'La muerte del hipster' (Literatura Random House).
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