¿Por qué todo tiene que ser tan sufrido?
Los lectores escriben sobre la cultura del esfuerzo, la nueva nomenclatura del Golfo de México, las políticas de vivienda, y el trabajo agrícola en Almería
![Edificio de oficinas en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TX5MJ4LR2RGEPASN4YIESMU7JE.jpg?auth=83d2a9b7fff2146b3c975a6629abb1634939e15c8cc40db2abf1736bbb5b2479&width=414)
Desde pequeños nos enseñaron que teníamos que luchar por todo lo que quisiéramos conseguir en la vida. Para tener más dinero, debíamos trabajar más horas. Para tener mejores resultados en la escuela, debíamos estudiar más. La única forma de tener una recompensa era si previamente había un esfuerzo de por medio y este, casi siempre, tenía que venir acompañado de sufrimiento. Y así crecimos pensando que cada éxito en la vida era el resultado de un preámbulo de dolor o lágrimas con el apodo de esfuerzo. Cuando tenemos un ascenso, nos avergüenza decir que este llegó por pura suerte o casualidad. Necesitamos continuar con el patrón aprendido, así que debemos respaldar todo lo que nos sucede con una buena dosis de sudor. Hay que atravesar el campo de espinas para justificar que aun la suerte, fue merecida. Tenemos que desaprender esta insuficiencia y dejar a la vida discurrir con su suerte y sus casualidades. No todo en esta vida tiene que ser sufrido.
Tannia Valenzuela R. Salt Lake City (Utah)
Analfabetos
El “golfo de América” le ha cambiado el nombre al Golfo de México. No dudo que el señor Trump sepa bastante de golfos (no en vano ha incluido a unos cuantos en su Administración), pero de América parece saber más bien poco. Para empezar, América es en realidad el nombre del continente, desde el Cabo de Hornos hasta el límite septentrional de la isla de Ellesmere, siendo EE UU solo una parte de Norteamérica. A estos analfabetos e ignorantes a los que votamos últimamente, no les hace falta saber nada. Les basta con cambiarles el nombre a las cosas, ya sean accidentes geográficos o conceptos como “democracia” o “libertad”.
David Barbas García. Pamplona (Navarra)
Puro humo
Nadie parece tener una solución para el problema de la vivienda en España. Políticos, contertulios y expertos varios lanzan balones fuera para no coger el toro por los cuernos. Claro, hay muchos millones en juego. Ahí va la solución por una triple vía: construir vivienda pública a mansalva en plazos eficaces y con un grado de protección irrevocable en el tiempo; blindar la propiedad privada ante impagos y ocupaciones, derivando los conflictos al parque de vivienda pública; y restringir taxativamente la vivienda turística a contadísimos ámbitos y con estrictos controles. Todo lo demás es humo. Y un último apunte: el futuro de las grandes ciudades es vertical. No tiene sentido construir nuevos barrios enormes, mal dotados de transporte, que obligan a coger el coche para ir a todas partes.
Jaime Tello García. Arganda del Rey (Madrid)
Trabajo indigno
En unas fotos de este pasado lunes en EL PAÍS, se podía observar las condiciones tan miserables en las que tienen que vivir las gentes que trabajan en los campos de Almería. Vergüenza tendría que darles a las personas que les contratan que estos lugares se parezcan a los campos de refugiados de guerra. ¿De verdad no hay nadie que pueda controlar esto?
Julia Peinado Onsurbe. Castellón
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