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Imagen generada por el periodista Eliot Higgins con Grok, la inteligencia artificial de Elon Musk.
Imagen generada por el periodista Eliot Higgins con Grok, la inteligencia artificial de Elon Musk.
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Columna
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Mickey Mouse es nazi en X

Elon Musk ya no sabe qué hacer para que los estadounidenses voten a Trump

Jaime Rubio Hancock

Elon Musk está desatadísimo con su campaña a favor de Donald Trump. Comparte toda clase de mensajes disparatados en los que casi (casi) asegura que Trump es el único que puede salvar a Estados Unidos de convertirse en una república socialista soviética. Y eso que la candidata demócrata, Kamala Harris, ni siquiera lleva la sanidad pública universal en su programa. Como para ponerse a colectivizar empresas.

Este lunes, Musk publicó un tuit con una imagen creada por su inteligencia artificial (Grok) en la que una mujer con cierto parecido a Harris aparece con una especie de uniforme comunista, un traje rojo y una gorra con la hoz y el martillo: “Kamala promete ser un dictadora comunista el primer día. ¿Podéis creer que lleva esta ropa?”.

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Más que una dictadora, parece una empleada de los ferrocarriles soviéticos, pero, en cualquier caso, Musk respondía a un mensaje que Harris publicó en X en el que destaca que Trump ha prometido ser un dictador el primer día. Hay una diferencia: Trump sí dijo eso. En una entrevista con Fox News de diciembre del año pasado, Trump negó que fuese a abusar de su poder en caso de ser reelegido. Y acto seguido añadió que “solo” sería “un dictador” el “primer día″.

El mensaje de Harris resulta engañoso, porque da a entender que su rival lo será a partir del día uno, y no solo un día. Pero unas pocas horas le pueden bastar a Trump para sentar las bases de una presidencia aún más absurda que la primera. En The Divider, un libro que relata los cuatro años de Trump en la Casa Blanca, los periodistas de The New York Times Peter Baker y Susan Glasser opinan que en un segundo mandato el republicano se controlaría aún menos que en el primero, comenzando porque “no cometería el error de contratar a asesores que le plantaran cara (...) Buscaría venganza contra sus enemigos, politizaría los tribunales, el Departamento de Justicia y el ejército. Retaría a los aliados y haría causa común con los autócratas. Sabemos que haría todas esas cosas porque precisamente esas son las cosas que hizo y dijo en los cuatro años de su primer mandato como presidente”.

Si además recordamos el currículum delictivo de Trump y los juicios que tiene pendientes por intentar subvertir los resultados de las elecciones de 2020, resulta increíble que los republicanos le hayan escogido como su candidato. Es como si yo incendio un bar y acto seguido le pido al dueño que me contrate como encargado. “¿Mi plan? Quemar el bar otra vez. Pero solo el primer día”.

Volvamos a Musk, que es el amigo que está en la puerta aguantando las cerillas y el bidón de gasolina. Las respuestas a su tuit han estado, digamos, divididas, como cabía esperar. Pero una de las más exitosas ha sido la del periodista Eliot Higgins, que está al frente de la web de investigación Bellingcat. Higgins contestó con una imagen también generada por Grok: Elon Musk vestido de nazi. Por cierto, tenemos que enlazar y subir una captura de pantalla del tuit porque X lo ha marcado como contenido sensible y no nos deja insertar el código:

Pantallazo de la cuenta de Eliot Higgins

La imagen tiene unos días: Higgins estuvo trasteando con Grok y vio que era muy fácil saltarse las salvaguardas del programa para evitar este tipo de imágenes. Incluso compartió un ratón Mickey nazi y un pato Lucas del ISIS. Entre las respuestas a Higgins, muchos reproducen los mensajes que suele escribir Musk cuando comparte noticias falsas que no se ha tomado la molestia de comprobar, como “preocupante, si es cierto”. Otras cuentas hicieron pruebas parecidas y, por ejemplo, han generado una imagen de un Trump nazi que besa a un Elon Musk también nazi.

Al final, en esto se ha convertido X. Nunca ha sido una plaza pública, como han soñado todos los dueños de la empresa, pero hace unos cuantos años al menos era divertido y aprendías y te enterabas de cosas. No siempre, pero sí a ratos. Ahora es un zoo, un sitio en el que lo más normal es encontrarse a Mickey Mouse con un uniforme nazi, a Kamala Harris disfrazada de Stalin y a Elon Musk haciendo lo que imagina que es activismo gamberro. Supongo que su objetivo es convertir X en la herramienta propagandística definitiva, pero a muchos solo nos deja rascándonos la cabeza y preguntándonos si el Musk de X y el Musk de los cohetes son la misma persona.

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Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Redactor en Ideas y columnista en Red de redes. Antes fue el editor de boletines, ayudó a lanzar EL PAÍS Exprés y pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor. Estudió Periodismo y Humanidades, y es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', y de la novela 'El informe Penkse'
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