Más tren y menos avión
Francia aprueba una tímida medida en favor del uso de la red ferroviaria frente a la aviación para mitigar el cambio climático
La decisión del Gobierno francés de prohibir los vuelos internos que tengan una alternativa en tren de menos de dos horas y media de duración tiene más valor simbólico que efectivo, pero establece un primer precedente. La regulación entró en vigor el martes y con ella Francia toma la delantera en una de las políticas que la Unión Europea quiere impulsar para frenar el cambio climático. En aquellos países con un buen desarrollo ferroviario de alta velocidad, no tiene sentido cubrir trayectos en avión que en tren tienen un coste ambiental muy inferior. La propuesta aprobada es una de las 149 surgidas de una asamblea ciudadana sobre medidas frente al cambio climático, convocada por el Gobierno de Emmanuel Macron.
La nueva regulación del Gobierno francés se queda, sin embargo, lejos de la propuesta de la asamblea ciudadana, que abogaba por suprimir todos los vuelos que pudieran cubrirse en tren en menos de cuatro horas, lo que hubiera afectado a 12.000 trayectos anuales. Reducirlo a dos horas y media ha limitado el efecto a tres trayectos: los enlaces entre París y las ciudades de Nantes, Burdeos o Lyon, que en 2019 apenas representaban el 4% de los vuelos interiores. La letra pequeña tampoco es convincente al establecer determinados requisitos de frecuencia de los trenes, que han excluido de la prohibición las rutas París-Rennes y Lyon-Marsella.
Es apenas un primer paso destinado a ampliarse en el futuro e inspirar medidas similares en otros países. El tercer informe medioambiental de la aviación europea estima que el CO₂ —principal gas causante del calentamiento global— emitido por aviones que despegaron en el espacio aéreo europeo aumentaron un 34% entre 2005 y 2019, y la propia Agencia Europea de Seguridad Aérea estima que hasta 2050 podría aumentar un 28% más sin medidas que corrijan esa tendencia.
España es uno de los países con una red más extensa de trenes de alta velocidad y, por tanto, susceptible de plantearse la supresión de vuelos internos. En estos momentos, hay cinco trayectos en avión que en tren podrían hacerse en menos de dos horas y media: los que unen Madrid con Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla y Málaga, que suman 560 vuelos semanales. La mayor parte de ellos (256) corresponden al puente aéreo Madrid-Barcelona, que en los últimos años ha sufrido una deserción masiva de pasajeros hacia el AVE. El Consejo de Ministros aprobó en enero de 2020 la Declaración de Emergencia Climática y entre las medidas que incluye figura la convocatoria de una asamblea ciudadana como la que se ha creado en Francia. Las condiciones ferroviarias de España aconsejan el examen de la propuesta a través del encargo de estudios independientes sobre la mejor forma de reducir el uso de los aviones en favor de los trenes.
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