El Papa y su idea de mundo diverso
La “ideología de género” debe tener, en su imaginación, la forma de una turba de educadores y padres persiguiendo a niños y niñas
El papa Francisco cumplió 10 años de gestión y dio algunas entrevistas. En una de ellas volvió sobre algo que dijo otras veces: “La ideología de género es de las colonizaciones ideológicas más peligrosas. Porque diluye las diferencias, y lo rico de los hombres y de las mujeres y de toda la humanidad es la tensión de las diferencias. La cuestión del género va diluyendo las diferencias y haciendo un mundo igual, todo romo, todo igual”. La “ideología de género” debe tener, en la imaginación del Papa, la forma de una turba de educadores y padres persiguiendo a niños y niñas, tratando de convencer a quienes se llaman Lucas de que deberían llamarse Gabriela y a quienes se llaman Laura de los beneficios que tendrían si decidieran llamarse Mateo, como quien reparte folletos que propagan las bondades del ácido hialurónico o de un seguro contra incendios. La “ideología de género” es la forma despectiva con que, entre otras cosas, se desestima el derecho a la diversidad sexual y de género, algo que, en vez de diluir las diferencias ―como enrevesadamente razona el Papa―, pretende que esas diferencias, si las hubiera, no sean “diagnosticadas”, no se cataloguen como “enfermedades”, no sean “atentados contra el orden natural” y, sobre todo, no resulten fuente de sufrimiento. El mundo chato y romo lo estamos consiguiendo de todas maneras gracias a un exceso de corrección política y otras delicias que nos regala el siglo XXI, pero si el jefe de la Iglesia católica está interesado en conservar “la tensión de las diferencias” no tiene de qué preocuparse: mientras la mitad más pobre de la población mundial posea apenas el 2% de la riqueza y el 10% más rico posea el 76%; mientras su iglesia mantenga un patrimonio de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares y 25.000 personas mueran de hambre al día en el planeta, tenemos tensiones para disfrutar a lo grande durante tres siglos más.
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