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EDITORIAL
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Fricciones con China

La falta de transparencia informativa de las autoridades sobre la covid justifica las medidas adoptadas por la UE

Pacientes con covid recibían tratamiento el miércoles en un hospital de la ciudad china de Fuyang.
Pacientes con covid recibían tratamiento el miércoles en un hospital de la ciudad china de Fuyang.SHELDON COOPER (ZUMA PRESS)
El País

La Unión Europea ha reaccionado con prudencia al pactar el paquete de medidas que ha recomendado a sus Estados miembros ante la ola de contagios de covid-19 que vive China, pese a la falta de transparencia de Pekín. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los órganos de vigilancia sanitaria europeos han expresado su falta de confianza en la información sobre el desarrollo de la pandemia que facilita el gigante asiático, mientras circulan imágenes y vídeos que reflejan situaciones de colapso hospitalario y saturación de cadáveres en las incineradoras. En realidad, llueve sobre mojado. Ya hace tres años, cuando apareció el virus que ha causado estragos humanos, económicos y sociales en todos los países de la UE, el régimen autoritario evidenció una total falta de transparencia informativa.

A diferencia del comienzo de la crisis de salud más grave de la historia mundial reciente, esta vez la nueva amenaza no coge a Europa ni desprevenida ni desunida. La pandemia de covid-19 ha sido uno de los principales detonantes de un refuerzo de la unión en un bloque de países que aprendió a las malas —con las luchas durísimas entre Estados al comienzo de la crisis por remesas de mascarillas o equipos de respiración asistida— la importancia de coordinarse y actuar con rapidez y unidad.

La decisión de la Comisión Europea de apostar por la compra conjunta de vacunas y lanzar al mismo tiempo en todos los países la campaña de vacunación ha demostrado con el tiempo que ha sido la apuesta correcta y decisiva: si hoy Europa, pese a la alarma que causa la decisión de Pekín de liberar los viajes internacionales, no debe temer un nuevo arreón de contagios es porque la mayoría de sus ciudadanos están ya protegidos gracias a las vacunas. Más del 73% de la población de la UE tiene la pauta completa de vacunación y más del 50% se ha puesto al menos una dosis de recuerdo. De hecho, como ha recordado el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, las variantes que ahora estarían causando estragos en una población china con baja exposición al virus por las medidas estrictas de confinamiento llevan meses circulando en Europa sin que hayan provocado nuevos picos de pandemia.

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Esto ha permitido ahora a Europa acordar una respuesta contenida y coordinada resuelta con inhabitual rapidez: no ha tardado ni una semana en llegar ante la eventual nueva amenaza. En apenas tres reuniones se han decidido una serie de recomendaciones sobre medidas básicas, que engloban a su vez las que han adoptado con antelación otros países como España, Italia y Francia (sobre todo, la petición de que los Estados miembros exijan pruebas de covid negativa a los viajeros que llegan de China, pese a su relativa efectividad).

La reacción europea y las que ya han tenido Estados Unidos, India o Japón han llevado a Pekín a lanzar advertencias cargadas de cinismo sobre inmediatas represalias, cuando todavía están vigentes allí las duras cuarentenas para quienes llegan. El mejor método del que dispone el régimen que dirige Xi Jinping si quiere evitar sobrerreacciones y no añadir más tensión global es la transparencia informativa y la coordinación franca con el resto del mundo. Un factor adicional de presión en un entorno geopolítico ya muy saturado y en plena invasión de Ucrania por Rusia no sería beneficioso ni para China ni para nadie.

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