Empleo récord
El mercado laboral español muestra cifras inéditas en cantidad y calidad de los contratos
Los datos de empleo de abril que hizo públicos el miércoles el Ministerio de Trabajo son incuestionablemente buenos, superando todas las expectativas. Por primera vez en la historia, España rebasa la cifra de los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, medio millón más que antes de la pandemia, y el número de parados ofrece la cifra más baja en un mes de abril desde 2008: bajó en más de 86.000 personas, situándose escasamente por encima de los tres millones de desempleados (3.022.503).
En la Encuesta de Población Activa (EPA), la cifra de trabajadores ha estado dos trimestres consecutivos por encima de la cota de los 20 millones, lo que confirma la fortaleza del mercado laboral. Y todo esto a pesar de la incertidumbre causada tanto por la guerra en Ucrania como por la vigencia de una pandemia no superada todavía, y con indicadores visibles de un posible recrudecimiento.
Más significativa todavía es la relevante mejora en la calidad de los contratos, en particular en sectores tradicionalmente afectados por una alta temporalidad, como la construcción y la agricultura. Se han firmado en este mes de abril casi el mismo número de contratos indefinidos que temporales, un 48,2%, lo que equivale a casi 700.000 empleos, que es la cifra más alta de una serie contable que se remonta a 2001. No había ocurrido nunca antes porque las fuertes creaciones de empleo venían acompañadas de un aumento en la temporalidad laboral. Sumados todos los contratos indefinidos en 2022, el total se acerca a 1.800.000 y se coloca un 181,55% por encima del cómputo total que arrojaron los mismos cuatro meses de 2021. Por su parte, la contratación de muy corta duración (de menos de siete días) también ha descendido sustancialmente en abril: del 75,8% del total de los contratos firmados en el mismo mes en los ejercicios previos a la pandemia, ha pasado a representar tan solo el 28%.
Buena parte de las razones de esta favorable evolución del empleo de calidad se debe a la reforma laboral, negociada con los interlocutores sociales y prueba de que la modernización del entorno económico es la mejor forma de afrontar las dificultades. El actual récord de afiliados llega cuando aún faltan los meses donde tradicionalmente la economía española crea más empleo. La recuperación del turismo internacional anticipa que de aquí al verano va a continuar la misma lógica.
Los buenos datos no pueden ocultar los riesgos de una compleja situación económica. El control de la inflación tiene que ser una prioridad para evitar en particular los llamados efectos de segunda ronda: un buen pacto de rentas debería impedir una subida automática de los salarios que, a su vez, estimularía una espiral inflacionista al promover un alza de precios. En algunos sectores, como la hostelería y la construcción, la afiliación en máximos empieza a generar dificultades para encontrar trabajadores. Va a ser necesario impulsar políticas de contratación de inmigrantes en origen no solo para el próximo verano sino para el futuro inmediato de una sociedad muy envejecida. También la probable subida de tipos de interés del BCE deberá poner sobre aviso de una intensificación de la inflación con importantes efectos negativos en una economía con un alto endeudamiento. Aunque otros factores pueden resultar desestabilizadores —como el cambio en la política monetaria en Estados Unidos o la situación en China y su política de covid cero—, los datos conocidos el miércoles dibujan un mercado laboral en condiciones más ventajosas de las que podían preverse tras la invasión rusa de Ucrania y sin la pandemia completamente controlada.
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