No aprendemos
Los lectores opinan sobre el consumismo, la vacuna de AstraZeneca y sobre el acuerdo entre ERC y Junts
Comprar, usar, tirar. No aprendemos a comprar con juicio. A plantearnos si necesitamos esa prenda. A invertir en calidad, porque lo barato sale caro. No aprendemos a explorar las tiendas de segunda mano o vintage con mente abierta, porque esas prendas ya tienen una vida que puede alargarse con un nuevo dueño. Yo ahora intento controlarme mucho más. Empiezo a tomar conciencia de mi consumo. De que uso más una camiseta blanca que cualquier otra. De que tengo seis pantalones largos. No muchos, pero solo uso tres con frecuencia. Los demás son para ocasiones especiales, y ahí siguen, esperando. Así que ahora espero a que mis pantalones se gasten, y mientras tanto, busco marcas más éticas, que ofrezcan productos de calidad: que duren de verdad. Para que, al renovar, tenga los deberes hechos y compre con cabeza.
Concepción Monge Rojo. Vitoria
AstraZeneca, ceremonia de la confusión
Quienes hemos sido inoculados con la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca asistimos atónitos a la ceremonia de la confusión por la que se recomienda combinarla con la de Pfizer en detrimento de aquella, pese a haber sido avalada por la Agencia Europea del Medicamento y contar con millones de personas vacunadas en el Reino Unido sin más efectos secundarios que los consabidos de cualquier medicamento. Como la vacunación es voluntaria, menos mal que finalmente nuestras autoridades nos dan a elegir entre ambas, ya que no parece que vaya a aplicarse el sentido común de completar la pauta con la de AstraZeneca.
Daniel García Delicado. Albacete
El nacionalismo y lo social
¿Se puede considerar a un partido de izquierdas cuando prima el nacionalismo sobre lo social? En mi opinión no, y eso es lo que ha demostrado Esquerra Republicana. ERC ha decidido regalarle el Gobierno a Junts, otorgándole la mitad de los departamentos, entre los cuales se encuentran economía, salud y derechos sociales. Repitiendo la misma fórmula de siempre, que no nos ha llevado a ninguna parte, ni hacia la independencia, ni hacia una sociedad catalana menos desigual. Por el contrario, la brecha socioeconómica es cada vez mayor, una brecha causada por políticas de derechas que ningún nacionalismo podrá combatir jamás.
Judith Montón Marcos. Barcelona
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