Las diseñadoras de la pasarela neoyorquina son minoría, pero muchas coinciden a la hora de utilizar el altavoz de sus desfiles para señalar distintas problemáticas
La actriz acudió a los Globos de Oro y causó sensación con un vestido lleno de estampados que homenajeaban el aparato reproductor femenino. No es la primera vez que arriesga y gana
A pocas horas de que cierre esta edición de la semana de la moda de Nueva York, las firmas se decantan por buscar lo bello en distintas lenguas, ya sea en desfiles o en los innumerables actos y presentaciones satélites que enriquecen a esta cita
La diseñadora uruguaya, que una vez más contó con la voz de Leiva como banda sonora, ha presentado una colección creada en un 50% con materiales reciclados y protagonizada por piezas que hacen que el lujo parezca algo terrenal y fácil.
La creadora se alía con creativos de Manos del Uruguay, el colectivo boliviano Madres & Artesanas Tex y miembros de la Nación Navajo colaboran con los tejidos de su próxima colección.
La uruguaya, que también está al frente de la dirección creativa de Chloé, rindió homenaje a esta polifacética alemana que «sería tan conocida como Da Vinci si hubiera sido un hombre», según dijo. Su hija de 12 años es la creadora de las flores estampadas en vestidos de seda y jerséis de punto.
Creció en un rancho, trabajó como modelo, montó una marca con 700 dólares, se casó con un heredero Hearst y se convirtió en una de las principales abanderadas de la moda sostenible.
La diseñadora presentó delicadas prendas hechas a mano en Nueva York. Además pidió a Bureau Betak, la productora de desfiles de Alexandre de Betak, que redujera el consumo de energía y los desechos asociados al show: incluso peinaron a las modelos sin utilizar electricidad.