De un tanga revolucionario a vulvas estampadas: todas las pruebas de que Gillian Anderson adora arriesgar en la alfombra roja

Gillian Anderson es una de esas celebridades que tiene la prodigiosa capacidad de mantener siempre un perfil mediático bajo y al mismo tiempo mantenerse siempre en primera línea de notoriedad y prestigio profesional gracias a los proyectos que elige y también por su espectacular sentido del estilo, del que siempre hace gala en las alfombras rojas.

Este año, a pesar de que no estaba nominada en ninguna categoría, fue una de las actrices cuya propuesta de moda consiguió más repercusión mediática en los Globos de Oro, gracias a un detalle en el que muy pronto repararon los fotógrafos presentes: su vestido, un diseño de su amiga personal Gabriela Hearst estaba lleno de bordados con forma de vulva que vistos en conjunto formaban un peculiar estampado. Las espectaculares joyas que llevaba, de Chopard , contribuían a redondear la espectacularidad del atuendo.

La estrella de Sex Education ya ha demostrado en ocasiones anteriores que no tiene ningún miedo a decantarse por las opciones más arriesgadas y que lo que podría ser un fracaso asegurado ella lo convierte en triunfo: es el caso de este vestido de terciopelo rojo de Versace con el que prácticamente se mimetizaba con la alfombra roja en los British Fashion Awards de 2023, celebrados el pasado diciembre en Londres. El vertiginoso escote y su soltura para lucirlo fueron objeto de elogio por parte de la prensa especializada.

No hay muchas actrices que se atrevan a presentarse en las grandes ocasiones y estrenos con gafas de ver. Anderson ha convertido este gesto, que caracteriza a las grandes (Meryl Streep tampoco tiene miedo a ir con sus lentes a citas importantes) en propio. Su ‘look’ para acudir a la fiesta anterior a los BAFTA que ofreció Chanel en 2015 fue comentada por el contraste que existía entre el toque glamouroso de su abrigo con solapas de piel (de nuevo con pronunciado escote) y las monturas que le daban aspecto de profesora.

Para apreciar el escote más atrevido escogido la actriz tenemos que remontarnos a otros Globos de Oro, los de 1998, en pleno fragor de su éxito como protagonista de Expediente X cuando se puso un diseño de Hervè Leger que jugaba con la posibilidad de que un pezón se acabase deslizando entre las formas onduladas del ‘balconette’.

Pero su ‘look’ más icónico y por el que se convirtió de verdad en un referente de moda es posterior. Lo lució en la fiesta de Vanity Fair de los Oscar de 2001. Sus gafas ahumadas eran un toque audaz que casaba perfectamente con el vestido cropped de reminiscencias futuristas. Aunque el toque verdaderamente salvaje era el escote trasero que dejaba ver un nada puritano tanga. El vestido era un diseño del creador mexicano Eduardo Lucero que tras la gala subastó para entregar los beneficios a una ONG. Original hasta para eso.