‘Los fruitis’: para el día escolar de la fruta, la pizza con piña no convalida

Como padres con hijos en edad escolar, es imposible no comparar la educación que nos dieron a nosotros con la que van recibiendo ellos. Y es alucinante que tengan pizarras electrónicas, clases de robótica… y el día de la fruta.

Como se puede deducir por el nombre, esto implica que al menos una jornada a la semana los críos tienen que traer fruta para desayunar. Y como fruta se entiende algo natural nacido de la tierra, no un producto procesado o una porción de pizza con piña, que tampoco convalida.

No sé si es algo famoso y extendido en toda España, pero conozco muchos colegios donde lo hacen. Y hay que celebrar esta preocupación por educar en hábitos saludables, además de en materias lectivas. Porque la robótica te servirá de poco si estás rebosante de colesterol y te petan las arterias.

Con este encuentro semanal y obligatorio con sus Fruitis particulares, habrá criaturas que descubrirán nuevos sabores o apreciarán los que tienen cerca. Si no, ¿cómo van a saber que la fruta es deliciosa, o por lo menos comestible, si en casa nunca la toman de postre?

Este desayuno saludable es el mínimo de la semana, igual que el par de horas de educación física es el mínimo de movimiento supervisado que deberían hacer los niños si no los queremos sedentarios y obesos. Pero igual que nos pasaba con los traumas deportivos cuando el ejercicio era obligatorio y punitivo, la gracia de este día frutal consiste en explicar sus beneficios, para que los padres no piensen que es una manera de jorobarles las mañanas.

Claro que hay padres que van de culo intentando compaginar la vida, el trabajo y las entradas y salidas del cole, pero cuesta igual meter en la mochila un chucho de crema que una manzana. Y los que se olvidan sistemáticamente no son la resistencia, son pasotas que no se preocupan por sus hijos. (O quizá tienen un trauma infantil con la serie de Los Fruitis y desde pequeños juraron no acabar con la vida de ninguna fruta más).

No he hecho una estadística seria, pero por lo que se chiva mi hija, para salir del paso la mayoría de padres tira con el típico plátano. Incluso hay madres que siguen poniendo los típicos donuts y galletas o el típico tetrabrik, a ver si cuela.

Sé que incluso como adultos nos da mucha pereza pelar la fruta, pringarte las manos y sufrir durante horas el eterno pestazo de la mandarina. Pero si los nuestros ya se acostumbran desde pequeños a comer de manera saludable, los tendremos creciendo más sanos y más baratos. Porque aunque el plátano de Canarias suba un poco más que la típica banana barata, que nos conocemos, siempre te sale mejor que un paquete de rosquillas azucaradas.

Y quizá de mayores, cuando nuestros hijos vayan a un restaurante, pedirán macedonia antes que natillas y alargarán unos cuantos años de vida.

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