¿Tienes las manos limpias? ¿Esta mesa se recoge sola? 20 frases de padre que te verás repitiendo a tus hijos
Los progenitores señalamos lo mismo día tras día a nuestros pequeños, todos sin excepción nos preocupamos porque se pongan el abrigo o se sienten bien cuando cenan. Su respuesta, normalmente, es ignorarnos


Muchos reels de Instagram dedicados a la crianza nos hablan de crear recuerdos únicos con nuestros hijos, atesorar esas jornadas memorables para siempre. Pero tener niños también implica una rutina diaria, nada glamurosa, y a veces te lleva directamente a sentirte atrapado en el tiempo como Bill Murray. Porque hay interacciones y conversaciones con los menores que son un constante déjà vu.
Como si fuéramos los secretarios que les llevamos la agenda, casi cada día les tenemos que recordar pequeñas lecciones de logística y comportamiento. Como si su prodigiosa memoria, que sirve para acordarse de todos los nombres de su equipo favorito o de los Pokémon de turno, no pudiera retener estas instrucciones vitales, simples y esenciales, que ya les hemos comunicado infinidad de veces.
Yo me veo repitiendo y señalando lo mismo día tras día, y como supongo que no soy el único, lo apunto aquí para que te sientas acompañado en esta rueda de hámster paternal.
1. "Ponte la chaqueta que hace frío". Porque el calentamiento global habita en nuestros críos y su sensación térmica no es fiable.
2. “Venga, a la mesa”. Como si la rutina de comer y cenar no fuera conocida en tu hogar, el hecho de que la mesa tenga platos llenos y padres sentados esperando para empezar debería ser un signo suficientemente visible como para no tener que recalcar lo obvio y tener que avisar varias veces.
3. “¿Te has lavado los dientes?”. La respuesta siempre es no. Cómo se nota que el dentista lo pagas tú…
4. “¿Tenías algo de deberes que hacer?”. Cuanto más complicadas sean las tareas y más ayuda necesiten, más tarde se acordarán.
5. “¿Esto cuánto tiempo hace que lo sabes?”. De normal, te avisarán de que necesitan algo para una clase justo antes de salir de casa o la noche anterior, cuando estén a punto de dormirse y sea complicado encontrarlo o prepararlo.
6. "Hay que ir a dormir ya, que mañana hay cole". Pasada la medianoche, los niños se activan como Gremlins. Y mucho antes también. La cuestión es no dormir cuando toca.
7. “¿No te acabas eso?“. Precisamente ese plato del que querías repetir tú cuando estaba caliente y sin chupar. Al menos, que tu sacrificio sea porque ellos han podido comer, que tienen que crecer.
8. “Habéis dicho un capítulo más, ya lleváis cuatro”. Adictos a la tele, pero tú tampoco los has controlado antes porque estabas también enganchado con el móvil.
9. “¿Quién ha dejado la luz encendida?“. Igual que pagas el dentista, también pagas la factura de la luz.
10. “No te comas esto, que luego no cenarás….”. O que te dé un poco a ti y ya te ahorras preparar la cena.
11. “¿Hace un momento tenías tanta hambre y ahora no te acabas esto?”. Sabes que eso acaba en un tupper, molestando en la nevera cinco días y luego lo acabarás tirando con moho.

12. "Si no te lo vas a comer, no lo toquetees". Tú ya has superado hace tiempo la fase de acabarte el plátano podrido en el parque cuando eran pequeños. Ahora tienes unos mínimos higiénicos que deben hacerse respetar.
13. “¿Qué se dice?”. A veces ya sueltas tú el “gracias” de tanta pereza que te da que sean desagradecidos.
14. “¿Cómo tienes que pedirlo?”. No solo los turistas borrachos son bordes con los camareros. Cualquier niño de ahora exige a gritos “¡agua!”, en vez de espabilarse y servirse él mismo.
15. “No se pega”. Si de pequeño te fascinaba la lucha libre, la paternidad te regala la experiencia de convertirte en árbitro a la fuerza. Si separas a los niños, mal. Si riñes a uno más que al otro, mal, porque se notan tus preferencias. Si les gritas, mal. Si les castigas, mal. A veces, la mejor solución es decir que no se peguen y bajarte del ring para no salir perjudicado tú.
16. “Estoy hablando yo”. Ni que tus hijos fueran tertulianos profesionales de radio y tele, siempre están interrumpiendo cuando tienes algo serio o importante que decir.
17. “¿Tienes las manos limpias?”. Qué repelús da ver, por ejemplo, cómo al cenar los niños se sirven el queso rallado con esas manos de estar jugando una hora en el parque. Se tienen que inmunizar, sí, pero un mínimo de higiene tampoco hace daño.
18. “Siéntate, que estamos cenando”. No sé si los niños sienten la necesidad de caminar 10.000 pasos al día, si las sillas del comedor llevan todas chinchetas y pinchos o si repetidamente un mago estilo Gandalf aparece por el barrio llamando a la aventura; pero lo cierto es que los niños apenas aguantarán cinco minutos sentados a la mesa en comidas y cenas antes de ponerse a brincar por todo el comedor.
19. “¿Esta mesa se recoge sola?”. Por mucho que se levanten cuando estamos en una comida familiar, de normal no aprovecharán ninguno de los viajes y desplazamientos para recoger algún plato o vaso.
20. “Date prisa, que llegamos tarde”. Como si disfrutaran estresándose cada mañana a la carrera.
Y tú, ¿con cuántas de estas frases coincides? ¿Cuáles añadirías tú de tu cosecha?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
