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Divorcio
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Siete estrategias para ayudar a nuestros hijos a superar un divorcio

Es primordial que los niños vean que en nuestra separación existe la armonía, el respeto y la coherencia y que ellos no se convierten en moneda de cambio

Divorcios
Family Problems. Cute Little Girl Suffering From Parents Arguing, Sitting On Floor With Teddy Bear, Feeling Abandonned And LonelyKonstantin Postumitenko (Getty)

Cuando decidimos unir nuestra vida a la de otra persona, deseamos que esta opción sea para siempre. Soñamos con un futuro conjunto, nos prometemos amor eterno y empezamos a construir un proyecto de vida común. Pero las cosas no siempre salen bien y las relaciones pueden acabar deteriorándose y rompiéndose. El número de separaciones en nuestro país ha aumentado exponencialmente a lo largo de los últimos años y su normalidad es aceptada en las familias, en los colegios o en el ámbito escolar.

Múltiples pueden ser las causas que provocan una separación: problemas de comunicación, expectativas insatisfechas, discusiones a destiempo, falta de compromiso o la infidelidad. En ese momento, los malos entendidos, las suposiciones, la comunicación confusa, el rencor y el odio llegan a teñir la relación. La pérdida del amor provoca caos interior, tristeza y mucha desorientación. El yo, el tú y el nosotros, dejan de mantenerse en equilibrio y se rompe la balanza. Una vez tomada la decisión de separarse toca volver a comenzar, volver a reinventarse y reconstruir. Es un proceso de duelo duro y largo que se complica si tenemos hijos en común.

Afrontar una separación con niños no es fácil ni para los padres y, mucho menos, para los hijos, da igual la edad que tengan. Ante esta situación, todos los miembros de la familia sienten una tremenda sensación de pérdida e incertidumbre al experimentar que el concepto de familia desde ese momento cambiará de forma radical. Un proceso de transición y adaptación para todos los miembros del núcleo familiar que cada uno vive de manera distinta.

La manera en la que reaccionarán nuestros hijos ante esta noticia dependerá de la edad, la personalidad, la madurez y las circunstancias del proceso de separación o divorcio. No todos los niños o adolescentes responderán de igual forma a una separación y deberemos estar muy atentos para poder dar respuesta a las necesidades personales y educativas que vayan surgiendo y para saber acompañar el proceso desde el cariño y la comprensión.

Durante el proceso de separación nuestros hijos podrán manifestarse más distantes, desafiantes o agresivos, respondones e impulsivos. Se mostrarán confusos, con dificultades para modular sus emociones y con más cambios de humor. Tendrán menos tolerancia a la frustración, quizás empeoren su rendimiento escolar y normalmente mostrarán más dificultades para asumir sus responsabilidades.

La separación será para nuestros hijos una rotura del esquema de su vida, un punto de inflexión no deseado. Nos tocará explicar a nuestros hijos que papá y mamá ahora se quieren de forma diferente y que nunca les dejará de querer. Será el momento de intentar evitar las peleas y las descalificaciones delante de ellos y de tomar decisiones que aseguren su bienestar y tranquilidad. Deberemos evitar contagiarles nuestra frustración, desilusión o tristeza.

Ellos seguirán queriendo a mamá y a papá a partes iguales y continuarán necesitando su atención, apoyo, afecto e infinitas dosis de amor. Es primordial que vean que en nuestra separación existe la armonía, el respeto y la coherencia y que ellos no se convierten en moneda de cambio.

Como padres podemos conseguir que los efectos de nuestra separación sean menos dolorosos para nuestros hijos si somos capaces de mantener la estabilidad en casa y de priorizar y atender las necesidades con una actitud positiva y tranquilizadora siguiendo una misma línea de actuación.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a superar una separación?

  1. Siendo honestos con nuestros hijos, explicándoles de manera sencilla y clara la situación, sin mentiras ni falsas promesas. Contestando con mucha empatía a todas las dudas o miedos que les puedan surgir y dejándoles bien claro que ellos no son culpables de la situación.
  2. Ayudándoles a identificar y gestionar todas las emociones que les generará la separación: tristeza, rabia, desánimo, enfado, inseguridad o miedo. La inestabilidad emocional será muy habitual y necesitarán más que nunca nuestra seguridad y confianza.
  3. Intentemos consensuar, aunque no será fácil, un proyecto educativo familiar en común con nuestra expareja, estableciendo normas comunes y ajustando nuestro nivel de exigencia ante nuestros hijos. Nuestros niños y jóvenes necesitan ver como nos respetamos y colaboramos en todo aquello que les afecta. Esta sintonía les proporcionará mucha seguridad y les ayudará a adaptarse a su nueva vida.
  4. Nunca utilicemos a nuestros hijos como arma arrojadiza para hacer daño a nuestra expareja. Evitemos hablar del otro progenitor de forma despectiva e irónica o involucrar a nuestros pequeños en los conflictos que puedan existir entre nosotros. Estas situaciones les provocará mucho malestar, incomodidad y dolor.
  5. Dándoles tiempo y libertad para amoldarse a todos los cambios que les va a tocar vivir. Abriendo canales de comunicación para que expresen lo que sienten, se sientan acompañados y comprendidos a lo largo de todo el proceso. Diciéndoles a diario que les queremos y estaremos a su lado siempre.
  6. Observando con mucha atención si en nuestros hijos se producen cambios de conducta o modificaciones en sus hábitos de alimentación, sueño, estudio o comportamiento en casa o en la escuela. Establecer rutinas y normas claras les ayudará a adaptarse de manera más sencilla a su nueva situación.
  7. Deberemos darnos permiso para estar mal, para reencontrarnos y volver a sentir, confiando que el tiempo modulará todos nuestros sentimientos. Para buscar nuestra propia felicidad y volver a empezar de cero cuando estemos preparados. Sin sentir culpa por la decisión tomada porque, sin duda, será la mejor para nuestros hijos también.

Como decía Miguel de Cervantes: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”. Convirtamos para todos la nueva situación en una oportunidad para encontrar un camino personal más satisfactorio.

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