Plan de parto: la herramienta que reduce el miedo a dar a luz

El parto es un acontecimiento vital que acarrea preocupación en muchas mujeres. Tener en consideración sus decisiones y que el trato que reciba sea respetuoso pueden ayudar, y mucho. Estas son las dos principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para que una futura madre afronte de forma saludable el nacimiento de un hijo. Para ello, expertos en obstetricia y ginecología aconsejan elaborar un documento, que se entrega en el hospital, en el que la mujer expone sus expectativas y preferencias de cara al nacimiento de su bebé. Se conoce como plan de parto y nacimiento.

“En él se plasman los deseos de la embarazada, que están condicionados por los datos que tenga sobre el proceso de parto, según las experiencias que conoce de su entorno. Con ello se alcanza una previsión más o menos probable de lo que va a ocurrir y de cómo la mujer podrá afrontar una situación específica”, subraya la psicóloga sanitaria Carmen Picazo. Si no se cumplen algunas de sus expectativas, “puede vislumbrarse decepción o frustración, incluso culpabilidad o tristeza. Las interpretaciones respecto a dar a luz pueden ser muchas y las consecuencias emocionales, variadas”, sostiene.

La psicóloga argumenta que, al tratarse de un momento vital importante, intervienen muchos factores sobre los que posiblemente no se pueda decidir: “El que las aspiraciones ante todo eso no sean inamovibles es un factor sustancial y facilitará la incorporación adaptativa de todo lo que va aconteciendo”. La mujer necesita obtener respuestas a su desasosiego y sentirse validada en sus emociones. La experta asevera que, en tal caso, se faciliten conclusiones realistas de lo que significa el proceso del parto: “Sería positivo que se compartiesen de una forma más abierta y sincera las experiencias entre las mujeres, para que otras puedan conocerlas y beneficiarse”.

Preparación personalizada

La mujer que va a ser madre piensa mucho en el momento de dar a luz. A grandes rasgos, la matrona y especialista en preparación al parto Carla Quintana Caballero entiende como algo natural que las embrazadas idealicen ese momento: “Esto se debe a factores de tipo cultural: por las redes sociales, donde reciben mucha sobreinformación; por opiniones, sin fundamento, de allegados o, lo más preocupante, de profesionales poco actualizados”. Por esto, Quintana cree que son cruciales las preparaciones al parto personalizadas.

Asimismo, Quintana concreta que los profesionales sanitarios deben centrarse en los miedos de las pacientes, informando de manera actualizada, real, honesta, dinámica y planteando todos los casos posibles ante esa llegada al mundo de los bebés. Según la experta, el miedo bloquea y puede impedir que se dé un buen parto: “Culturalmente en España, dar a luz nos lleva a pensar en dolor o peligro. El pavor ocurre, mayoritariamente, por la falta de información real e incluso por exceso de ella, que nos lleva a montarnos una película en la cabeza y a ensalzar el momento”.

Por esto, cuando surgen otro tipo de partos que no son como el esperado, “el que nos relatan algunos o como el que vemos en las películas, vienen las desilusiones y las depresiones posparto”, añade esta especialista. “Profesionales (ginecólogos, matronas, fisioterapeutas...) competentes pueden resolver todas las inquietudes y temores que paralizan a la mujer y convertirlos en empoderamiento y ganas de luchar y disfrutar con la experiencia completa que es ser madre”, concluye Quintana.

María Magdalena Orosan, psicóloga especialista en psicoterapia integral y trastornos de la personalidad, sostiene que las expectativas de la mujer sobre cómo va a ser su parto juegan un papel fundamental en el abordaje del mismo: “En ese proceso también influyen las experiencias anteriores, los referentes que tenga en su entorno, los conocimientos, el apoyo y la seguridad o confianza que perciba”. “Es importante que desde el principio de la gestación se hable claramente con ella, sin evitar ningún tema y, a medida que vaya avanzando el embarazo, se le dote de conocimientos y técnicas, con la idea de hacerle sentir que tiene el control sobre sí misma”, incide Orosan.

En el caso del dolor, la psicóloga se refiere al término como algo sugestionable y esclarece que “el umbral del mismo va a depender también del abordaje”. Al mismo tiempo, ella acentúa el valor de que la mujer conozca y comprenda los diferentes métodos que puedan aplicarse para reducirlo o afrontarlo, en función de la situación y, por supuesto, de cada una: “La gestante tiene que tener confianza en su equipo médico y tener confianza en sí misma para traer al mundo a su bebé. Por este motivo, será de gran utilidad disminuir creencias que le generen ansiedad y desconfianza mediante un trato humano y empático, así como conocer el funcionamiento de su propio cuerpo para entender el proceso”.

La psicoterapeuta incide en el papel de la figura de apoyo, ya sea el padre o alguna otra persona cercana, en el que la mujer pueda sostenerse: “Será a esa persona a quien se deba hacer partícipe de las distintas fases y de aquello que la futura madre solicite en diversos momentos”. Y añade: “Si la embarazada tiene el conocimiento sobre los distintos escenarios a los que podría tener que hacer frente; se evita caer en la desilusión si no se satisfacen esas expectativas”. “Hay que tener claro que cada mujer es única y cada experiencia de parto también, sin entrar en comparaciones sinsentido”, puntualiza Orosan.

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