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Harry Pater
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘La amenaza fantasma’ | Reñir en diferido a los niños para no perder los nervios

Por eso, cuando la situación se va crispando poco a poco, los padres recurrimos al comodín del público: “Pórtate bien, que ...”

Pórtate bien o el señor del sable rojo se enfadará.
Pórtate bien o el señor del sable rojo se enfadará.

Haced memoria que el truco funciona aunque no sea Navidad. Hay un hechizo mágico que paraliza de golpe a nuestros hijos alborotados y suena más o menos como: “pórtate bien, que los reyes lo saben todo y te quedarás sin juguetes”. Sí, seguro que hay muchos artículos de prestigiosos psiquiatras y pedagogos desaconsejando esta práctica de hacer sentir culpable a nuestros hijos, usando además a unos seres mágicos que tienen ojos en todas partes como un Gran Hermano perpetuo, y que por si esto fuera poco pueden entrar en tu casa mientras duermes para castigarte.

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Pero a veces, unos padres reales, en la vida real, sin tanto diploma pedagógico y con varias semanas de niños sin cole, necesitan olvidarse de la gran crianza perfecta y obtener resultados rápidos y fiables. Y la frase funciona, aunque sea hacer chantaje.

De hecho, los progenitores solemos reñir en diferido cuando no queremos perder los nervios. Nuestra generación quiere ser amiga de sus hijos, ganar puntos de popularidad en redes sociales y en los chats de padres. Estar siempre de buen humor y evitar el conflicto a toda costa. Porque así todos estamos más contentos y porque ser el poli malo cansa. Que además los niños te lo recriminan cuando menos te lo esperas, y con su portentosa memoria, aún no sobrecargada de rencores de toda una vida, son capaces de precisar con exactitud los momentos en los que les has gritado o castigado.

Por eso, cuando la situación se va crispando poco a poco, como cuando ves una manifestación por la tele y apuestas contigo mismo cuándo empiezan las pedradas y los porrazos, en vez de soltar un grito o entrar en una espiral de discusiones agotadoras, recurrimos al comodín del público.

“Pórtate bien, que los reyes lo ven todo y te traerán carbón”. “Pórtate bien, que papá Noel lo sabe todo”. “Pórtate bien o ese guardia te pondrá una multa”. “Pórtate bien, que la camarera se va a enfadar”. “Para ya de gritar, que molestas a ese señor”. “Haz los deberes o la profe te pondrá mala nota”…

Oye, es un cortafuegos muy efectivo de resultados instantáneos. Mucho más que un cotidiano “si no paras de hacer el tonto nos vamos a casa”, que sí, implica perder algo de diversión, pero, como depende exclusivamente de nosotros, saben que nos pueden torear.

Si no has dicho ninguna vez ninguna de estas frases, o tienes mucha suerte o tus hijos son aún demasiado pequeños para agotarte.

En el fondo, evitamos querer tomar el timón y preferimos que a veces se asusten por otro. Pero esto ya pasaba cuando nuestros padres. “Duérmete ya, que viene el coco y te comerá” no era precisamente usar el método Estivill.

Así que recordemos que los seres mágicos y los desconocidos con posible mal humor también pueden ayudarnos gratis sin siquiera saberlo. Pero no abusemos del recurso, o nuestros hijos dentro de unos años nos dirán: “si sigues manipulándome, mi terapeuta te criticará.”

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