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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El apocalipsis electoral da paso a la realidad, pero el miedo no se va

Con las primeras noticias sobre la transición que dará forma al segundo mandato de Trump, el oráculo produce imágenes un tanto más aterrizadas

Donald Trump elecciones Estados Unidos
Donald Trump durante un mitin previo a las elecciones, el 2 de noviembre.Evan Vucci (AP/LaPresse)
Nicholas Dale Leal

Los malos tragos se digieren, más o menos rápido, y la realidad se asienta, implacable. Donald Trump, Kamala Harris y los seguidores de ambos definieron las elecciones de hace una semana como las más importantes de la historia. Según el espectro político estadounidense completo, todo pendía de un hilo. “No vamos a tener un país”, decía el republicano del panorama del futuro si ganaba su contrincante. “La democracia está en juego”, advertían consecuentemente los demócratas, consistentes, antes y después de que Joe Biden se retirara de la carrera. En una batalla de hipotéticos, las versiones de los apocalipsis se enfrentaban: “Tercera Guerra Mundial”, “El cuento de la criada”, “La dictadura woke”, “La dictadura de Donald Trump”... Tras la victoria contundente del expresidente, la hipérbole de la campaña se ve con otra luz. Y con las primeras noticias sobre la transición que dará forma al segundo mandato de Trump, el oráculo produce imágenes un tanto más aterrizadas, pero no por ello menos alarmantes.

El primer misterio en disiparse fue quién sería su jefe de Gabinete. En un anuncio el jueves, el puesto fue asignado a la fiel Susie Wiles, quien estuvo a cargo de su turbulenta pero finalmente exitosa campaña. La que será la primera mujer en llevar ese título supuestamente siempre había tenido el ojo posado en él, uno de los de mayor rango en la Administración estadounidense. El nombramiento ha sido interpretado como un premio y también un testamento de su efectividad a la hora de interpretar y ejecutar las órdenes de Donald Trump. Frente a las locuras del jefe, Wiles es una pragmática: no le suele decir que no —algo que a estas alturas ya todos saben que no es muy recomendable— pero, según los numerosos reportajes que han narrado el interior de la campaña republicana, sí logra matizar y rebajar sus impulsos.

En los días siguientes, el presidente electo descartó incluir a los relativamente moderados Mike Pompeo y Nikki Haley en su equipo directo y, en cambio, empezó a asignar posiciones a miembros de la línea dura en diferentes materias. En la noche del domingo nombró a Elise Stefanik como embajadora ante la ONU, una mujer que considera que el organismo internacional es antisemita. Y a Tom Homan “zar de la frontera”, dejando al ideólogo de la política de “tolerancia cero”, que se implementó durante su primer mandato y que separó familias y puso a niños indocumentados en jaulas heladas, a cargo de la nueva política de inmigración. La gestión de la deportación masiva de inmigrantes sin papeles, uno de esos apocalípticos hipotéticos que dominó la campaña, será la mayor prioridad. Por ahora, Homan ha descartado redadas en los vecindarios y campos de concentración, pero no registros en los centros de trabajo. Aun así, falta mucho por saber de cómo se implementará una promesa, que si se cumple a cabalidad, puede derrumbar la economía y llevar al límite al tejido social estadounidense.

Susie Wiles
Susie Wiles, el lunes anterior a las elecciones en un mitin de Trump en Pittsburgh (Pensilvania).Brian Snyder (REUTERS)

El lunes, Lee Zeldin fue anunciado como nuevo jefe de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés). El futuro responsable de este organismo federal tiene, en una paradoja orwelliana, la tarea de eliminar las regulaciones medioambientales. En este caso, el peso mayor ha sido su lealtad a Trump, pues Zeldin apenas tiene experiencia en esta área, más allá de haber impulsado alguna iniciativa legislativa al respecto. En cambio, apoyó que el país se retirara de los Acuerdos de París y, tal vez más importante, votó en contra de certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones de 2020.

Ha pasado apenas una semana desde que los estadounidenses reeligieran a quien ha sido, y será, probablemente, el presidente más controvertido de la historia (aquí nos rendimos también ante su gusto por los superlativos) del país, pero la lluvia de ideas para los próximos cuatro años ha empezado a dar paso a bocetos finales. Nos podemos imaginar con más confianza qué hará Trump en su primer día de vuelta en la Casa Blanca y también lo que será su presidencia 2.0.

Sin embargo, el hecho de que de repente las versiones del futuro se vuelven realistas, no significa que no se parezcan peligrosamente a la distopía. Con el poder absoluto —Ejecutivo, Legislativo, con ambas cámaras del Congreso, y Judicial, con un Supremo tan fiel que lo ha nombrado inmune como presidente— las posibilidades son amplias. Todavía hay grandes incógnitas, claro. El papel de Elon Musk, por ejemplo, todavía no está claro; como tampoco lo está la estrategia que tendrá Trump para acabar las guerras en Ucrania y Medio Oriente, otra de las promesas electorales en las que sus votantes han creído y que él tendrá que cumplir, o por lo menos intentarlo. En la noche del lunes se produjeron otras dos grandes pistas: Marco Rubio se perfila como Secretario de Estado, encargado de la diplomacia estadounidense, y Mike Waltz, congresista de línea dura, se le ha ofrecido el puesto de consejero de seguridad nacional. En los próximos días y semanas irán cayendo más y más fichas del rompecabezas.

Más noticias sobre los días posteriores a las elecciones en Estados Unidos

Roel Reyes
Roel Reyes, frente a su camioneta con banderas en Río Grande City, Texas, el viernes 8 de noviembre de 2024. Reyes es el líder del Tren Trump de Starr County, que consiste en caravanas de vehículos que ondean banderas a favor del expresidente.Gabriel V. Cárdenas

Tras este pequeño resumen de cómo se va cristalizando el horizonte cercano tras la victoria de Donald Trump en las urnas, aquí va una selección de artículos, opiniones y reflexiones para que estén al día sobre la nueva realidad estadounidense:

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Sobre la firma

Nicholas Dale Leal
Periodista colombo-británico en EL PAÍS América desde 2022. Máster de periodismo por la Escuela UAM-EL PAÍS, donde cubrió la información de Madrid y Deportes. Tras pasar por la Redacción de Colombia y formar parte del equipo que produce la versión en inglés, es editor y redactor fundador de EL PAÍS US, la edición del diario para Estados Unidos.
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