Teresa Ribera ante la oleada negacionista: “Sin una economía verde no hay futuro”
La vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión reivindica que Europa debe ser el “faro de luz, esperanza y coherencia” para el resto del mundo

Afianzar la agenda verde en Europa en un contexto geopolítico hostil, defender con orgullo las fortalezas de la Unión Europea a través de políticas regulatorias que aborden las amenazas que ponen en riesgo los intereses internos y estar vigilante ante el funcionamiento de los mercados digitales, incluido el de la inteligencia artificial (IA). La vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, ha defendido en el foro World In Progress, que impulsa el Grupo PRISA y que ha comenzado este lunes en Barcelona, que Europa está obligada a ser el “faro de luz, esperanza y coherencia” para el resto del mundo en defensa de los valores democráticos. “Sin economía verde no hay futuro”, ha defendido después frente a los embates de los movimientos negacionistas antiagenda verde.
Pol Morillas, director del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), ha arrancado el diálogo solicitando a Ribera que hiciera un balance sobre su primer año en la Comisión Europea. La vicepresidenta ha dicho que la experiencia le ha permitido tener una visión de conjunto “muy potente en un contexto cada vez más multipolar”. “Europa tiene recorrido para mejorar en términos de unidad, coherencia y construcción en el mercado interior. También para ganar peso [en su acción exterior]”, ha agregado. La vicepresidenta ha subrayado asimismo que las actuales políticas de Estados Unidos les hacen dudar de la relación con ese socio estratégico” para la UE. Con todo, ha recalcado que “una buena parte de la sociedad americana sigue estando profundamente convencida del valor de la democracia” y ve a la UE como un “bastión” de esos valores.
El cargo, encomendado hace un año por la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen a la entonces número cuatro del Gobierno español, incluía la cartera de Competencia y también elementos clave de la política industrial y competitividad. Una cartera que precisamente durante el último año se ha adentrado en un contexto desconocido y de grandes incertidumbres tras la vuelta a la Casa Blanca de Donald Trump con su agresiva política arancelaria de la que no se ha librado la UE, aliado clave de EE UU desde hace décadas.
“Europa tiene que estar orgullosa de lo que es. Construir paz y prosperidad”, ha reivindicado Ribera los valores fundacionales de la Unión. Previamente, había reclamado “firmeza” ante lo que definió como “depredadores”, en referencia al auge de autócratas y oligarcas digitales. Para la política española, Europa no debe perder el tren de la digitalización, aunque advirtió de que debe hacerlo ofreciendo un “espacio digital seguro”.
Así, la comisaria hizo una contundente defensa de una regularización que evite un oligopolio digital “sin reglas ni fiscalidad”. Eso pasa por “la vigilancia de los mercados para que las cosas mejoren, la imposición de sanciones y crear un ecosistema en que las pequeñas startups puedan crecer”. En este sentido, Ribera ha recordado la multa de 2.950 millones de euros a Google, impuesta por Bruselas en septiembre ―la segunda más alta de la historia―, por abuso de posición dominante en el mercado de la publicidad digital.
📺 TV en DIRECTO | Teresa Ribera: “Si Europa quiere ser un actor de peso, debe mejorar su unidad interior y dar respuesta a sus debilidades en el exterior” https://t.co/YDXApZVCgf pic.twitter.com/wGVHjzMAyg
— EL PAÍS (@el_pais) October 20, 2025
Amenazas a la agenda verde
En clave interna, Europa batalla también por sacar adelante la agenda verde en medio de los embates de una extrema derecha en auge, que niega las evidencias científicas del cambio climático y presiona, principalmente a los partidos conservadores, con el pretexto de la pérdida de competitividad. Hay ejemplos de este marcaje como el rechazo del Partido Popular Europeo (PPE) a la ley de restauración de la naturaleza, el aplazamiento de la entrada en vigor de la ley de deforestación o la dilución de la ley de biodiversidad.
“Sin una economía verde no hay futuro, ni progreso, ni democracia para los europeos, ni paz en el mundo”, ha dicho. Ribera ha admitido que es “tremendamente preocupante” que Europa viva una “oleada antiagenda verde y anticiencia”. En este sentido, la política española ha reivindicado la agenda verde “como la única forma con la que podemos disminuir las desigualdades y también ante las amenazas del cambio climático”. Y ha hecho una defensa cerrada de la regularización ambiental europea, sobre la cual la extrema derecha está dirigiendo sus principales ataques: “De lo que se está hablando es de reducir drásticamente los estándares ambientales. Es decir, encontrarnos en un espacio mucho más frágil”.
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