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Luigi Mangione se declara inocente del asesinato del consejero delegado de UnitedHealthcare

Los fiscales declaran formalmente su intención de pedir la pena de muerte para el acusado durante el juicio

Manifestantes, este viernes ante el juzgado de Nueva York ante el que comparecía Luigi Mangione.
Miguel Jiménez

Luigi Mangione se declaró inocente este viernes de un cargo federal de asesinato por la muerte del consejero delegado de UnitedHealthcare, Brian Thompson, de 50 años, a la salida de un hotel de Manhattan el pasado 4 de diciembre, cuando el ejecutivo llegaba a la conferencia anual de inversores del grupo. Los fiscales del caso, mientras, declararon formalmente su intención de solicitar la pena de muerte para él durante el juicio.

Mangione, de 26 años, estaba acompañado por sus abogados cuando presentó su declaración, inclinándose hacia el micrófono cuando la jueza federal Margaret Garnett le preguntó si entendía la acusación y los cargos que se le imputaban, informa Associated Press. “Sí”, respondió Mangione. Cuando se le preguntó cómo se declaraba, Mangione respondió simplemente “no culpable” y se sentó.

La comparecencia de Mangione de este viernes atrajo a varias docenas de manifestantes y curiosos al tribunal federal de Manhattan, entre ellas la exanalista de inteligencia del ejército Chelsea Manning, que cumplió unos siete años de prisión por robar cables diplomáticos clasificados. Mangione se convirtió tras el asesinato en una especie de héroe popular para personas críticas con los seguros médicos frustradas por las denegaciones de cobertura y las elevadas facturas.

A última hora del jueves, los fiscales federales presentaron la notificación obligatoria de su intención de solicitar la pena de muerte, algo que ya había anticipado la fiscal general, Pam Bondi, por lo que calificó de “acto de violencia política” y “asesinato premeditado y a sangre fría que conmocionó a Estados Unidos”. Trump ha manifestado su intención de retomar las ejecuciones federales de presos condenados a muerte, suspendidas durante el mandato de Joe Biden, y es el primer caso en que los fiscales tienen la intención de solicitarla desde que regresó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero

En la notificación formal de sus intenciones, los fiscales esgrimen que Mangione “representa un peligro porque expresó su intención de atacar a todo un sector y reunir a la oposición política y social a ese sector mediante la participación en un acto de violencia letal”, y también refieren el impacto que la muerte de la víctima tuvo en su familia, amigos y compañeros de trabajo. La petición de la pena de muerte como tal tendrá lugar en el juicio oral.

Mangione, licenciado en una universidad de élite y miembro de una prominente familia de Maryland, permanece recluido en una cárcel federal de Brooklyn desde su detención. Este viernes, llegó al tribunal vestido con un traje de preso de color mostaza. Charló con uno de sus abogados, el especialista en pena de muerte Avi Moskowitz, mientras esperaban a que comenzara la lectura de cargos, informa AP. Los abogados de Mangione argumentaron que el anuncio de Bondi de que planeaba solicitar la pena de muerte fue un “truco político” que corrompió el proceso por el que Mangione fue imputado por un gran jurado y le privó de su derecho constitucional a un juicio justo.

La imagen de Luigi Mangione, en un camión ante el tribunal de Manhattan ante el que comparecía este viernes.

Otros procesos

La acusación federal contra Mangione incluye un cargo de asesinato con uso de arma de fuego, que es el que conlleva la posibilidad de la pena de muerte, además de acoso y un delito relacionado con armas. El acusado también se enfrenta a cargos estatales en Nueva York y Pensilvania relacionados con el tiroteo y la persecución policial para su detención, que se prolongó durante una semana.

En diciembre, Mangione se declaró inocente en Nueva York de los 11 cargos estatales que se le imputan, los principales de ellos asesinato en primer y segundo grado y terrorismo. Los cargos estatales por asesinato conllevan una pena máxima de cadena perpetua. Los fiscales han dicho que los dos casos seguirán por vías paralelas, y se espera que el caso estatal sea juzgado primero.

En el caso de Pensilvania, se enfrenta a cargos por posesión de armas de fuego y falsificación en relación con el arma impresa en 3D y la identificación falsa que supuestamente llevaba consigo cuando fue detenido en un McDonald’s de Altoona. Los agentes de policía encontraron a Mangione con una pistola de nueve milímetros y un silenciador, ropa que coincidía con la que vestía el tirador captado en las imágenes de vigilancia y un cuaderno en el que se describía la intención de “matar” al director general de una compañía de seguros, según una declaración judicial.

Un abogado de Mangione presentó una serie de mociones en el tribunal estatal de Pensilvania para solicitar que se desestimaran los cargos contra él y se anularan varias pruebas. Sus abogados afirmaron que Mangione fue detenido y registrado ilegalmente por las autoridades y solicitaron que los escritos recuperados de Mangione no se consideraran un manifiesto.

Mangione no estaba asegurado por UnitedHealthcare, pero en el momento de su detención, supuestamente tenía un cuaderno manuscrito en el que expresaba “hostilidad hacia el sector de los seguros médicos y, en particular, hacia los ejecutivos ricos”, según una denuncia federal. Tres casquillos de bala encontrados en la escena del crimen tenían escritas las palabras “retrasar”, “denegar” y “disputar”, según informó la policía de Nueva York, en una aparente referencia a las prácticas de las aseguradoras médicas para rechazar la cobertura de sus clientes.

Tras el asesinato del consejero delegado de UnitedHealthcare, algunas aseguradoras médicas eliminaron las fotos de sus ejecutivos de sus sitios web, pasaron a celebrar sus juntas de accionistas por Internet y reforzaron la seguridad de sus directivos.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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