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Detenido en Pensilvania el sospechoso de asesinar al ejecutivo de UnitedHealthcare en Nueva York

El juez ordena prisión incondicional para el joven, de 26 años, en cuya mochila la policía encontró una pistola y un silenciador, documentos de identidad falsa y notas manuscritas muy críticas con el sector de los seguros de salud

La última imagen difundida del sospechoso, este sábado, mientras huía en un taxi en Nueva York el pasado 4 de diciembre.Foto: EFE | Vídeo: AP
María Antonia Sánchez-Vallejo

La policía ha detenido este lunes en Pensilvania al sospechoso de asesinar la semana pasada al consejero delegado de UnitedHealthcare, Brian Thompson, en Nueva York. El detenido, Luigi Mangione, de 26 años, natural de Maryland, se encuentra bajo custodia policial y, según ha revelado una fuente de la investigación a la agencia Associated Press, en su poder se hallaron notas manuscritas especialmente críticas con el sector de los seguros de salud, así como un arma que la policía cree fue la utilizada en el asesinato, un silenciador y varios documentos de identidad falsos. Mangione ha comparecido esta tarde en el tribunal del condado de Blair para una vista preliminar acusado de cinco delitos, entre ellos portar un arma sin licencia, falsificación, identificarse falsamente ante las autoridades y poseer “instrumentos del delito” —el arma presuntamente utilizada para matar a Thompson—, y el juez ha ordenado su prisión incondicional.

El crimen de Thompson conmocionó a la ciudad de Nueva York, sembrada de miles de cámaras de videovigilancia cuyas imágenes los investigadores han intentado expurgar desde el miércoles pasado, pero también afloró el acusado malestar de miles de personas por los abusos de las aseguradoras. Al sospechoso se le perdió la pista el mismo miércoles poco después del suceso, en una estación de autobuses interestatales del norte de Manhattan con conexiones, entre otros destinos, a varios puntos de Pensilvania.

La policía ha detenido al sospechoso tras recibir un aviso de que había sido visto en un McDonald’s cerca de la ciudad de Altoona, unos 375 kilómetros al oeste de la ciudad de Nueva York, donde fue identificado por un empleado del local. Según documentos judiciales, Mangione estaba sentado en una mesa en la parte trasera del establecimiento con una mascarilla médica azul y entretenido con un ordenador portátil. Cuando se quitó la mascarilla, los agentes de la policía local “le reconocieron inmediatamente como el sospechoso” del asesinato. Al pedirle que se identificara, Mangione enseñó un documento de identidad falso: un permiso de conducir de Nueva Jersey con otro nombre y una fecha de nacimiento incorrecta. Según los agentes, el presunto asesino se echó a temblar al preguntarle si había estado recientemente en Nueva York.

Luigi Mangione
Luigi Mangione da un discurso en la Escuela Gilman, en Baltimore, en 2016.

El FBI, la agencia federal de investigación, había aumentado este domingo hasta 50.000 dólares la recompensa inicial de 10.000 ofrecida por la policía de Nueva York a quien pudiese dar información sobre el paradero del sospechoso. La edad del detenido encaja con la imagen difundida por las fuerzas del orden, en especial las dos únicas que le muestran a cara descubierta, tomadas en la recepción del hostal de Nueva York donde se alojó la semana antes del suceso. En el resto de las imágenes aparece embozado.

“Por el momento, la información que tenemos de Altoona es que el arma parece ser una pistola fantasma [no registrada] que puede haber sido fabricada en una impresora 3D, capaz de disparar una bala de nueve milímetros”, ha explicado a mediodía el jefe de detectives de la policía de Nueva York, Joseph Kenny, en una rueda de prensa. En el lugar del crimen se encontraron casquillos de balas de ese calibre, con palabras como “denegar, defender y deponer” (o declarar, en un contexto judicial), lo que apuntaba al móvil de la venganza. Tras la lectura de los cargos en Altoona, “en algún momento nos pondremos de acuerdo en la extradición para traerlo de vuelta a Nueva York y que se enfrente a los cargos que se le imputan aquí, en colaboración con la oficina del fiscal del distrito de Manhattan”, explicó Kenny, aunque, a juzgar por precedentes recientes, como el del hombre que acuchilló a dos personas en el MoMa de Nueva York, el proceso bien podría demorarse.

Un pasaporte y 10.000 dólares en efectivo

El registro de la mochila que reposaba a los pies de Mangione mientras comía en el MacDonald’s ha revelado el arsenal con el que presuntamente se preparó para el asesinato. Como adelantó el jefe de detectives de la polícia de Nueva York, la policía de Altoona encontró en su interior una pistola negra impresa en 3D y un silenciador negro impreso igualmente en 3D, según los documentos judiciales. La pistola tenía una corredera metálica y una empuñadura de plástico con un cañón metálico enroscado. También había un cargador Glock cargado con seis balas de nueve milímetros y otra bala suelta del mismo calibre con punta hueca. Además, también se hallaron un pasaporte y 10.000 dólares en efectivo, 2.000 de ellos en moneda extranjera.

El sospechoso tenía también un documento manuscrito que “habla tanto de su motivación como de su mentalidad”, según el comisario de policía de Altoona, y que sugería que sentía “una clara animadversión hacia las empresas estadounidenses”, según Kenny. Según la cuenta de X del canal de televisión italiano Tgcom24, no confirmada, en la nota aparece el siguiente mensaje: “Pido disculpas pero había que hacerlo, estos parásitos se lo merecían”. El detenido, con vínculos con San Francisco y cuya última dirección conocida es Honolulu (Hawái), pertenece a una rica familia de Maryland conocida por su actividad filantrópica, y uno de sus primos es el legislador republicano por Baltimore Nino Mangione.

Mientras el Departamento de Policía de Nueva York enviaba a un número indeterminado de detectives a Altoona para interrogar a Mangione, un portavoz de la Universidad de Pensilvania ha confirmado que el detenido se graduó en 2020 con una licenciatura y un máster en informática. En su perfil de X aparece fijada una radiografía de lo que parece ser su columna vertebral, con numerosos clavos. La detención ha multiplicado exponencialmente el número de seguidores de Mangione en la red social: de los 60 que tenía esta mañana, su cuenta aumentaba con varios cientos por minuto hasta acumular 100.000, antes de ser cerrada por X.

Mientras los medios aún proyectan en bucle imágenes de buceadores del Departamento de Policía en un estanque de Central Park, que el sospechoso atravesó en diagonal en su huida, en busca de pruebas, el arresto del sospechoso pone fin a una cacería masiva, con perros, drones y centenares de agentes desplegados por toda la ciudad. Thompson cobraba 10,2 millones de dólares al año como consejero delegado de la división de seguros de salud de UnitedHealth Group, la compañía líder del sector y, según la lista de Fortune 500, la cuarta del país por volumen de negocio. Su muerte, minutos antes de participar en la conferencia anual de inversores en un hotel de Manhattan, ha destapado la caja de los truenos de la frustración de los asegurados, con una oleada de testimonios en redes sociales de damnificados de un sistema en el que prima el dinero. La rabia, el resentimiento y la impotencia de miles de usuarios han elevado al sospechoso a una figura que hizo justicia: tal es el nivel de exasperación de los agraviados.

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