El presunto asesino del ejecutivo de UnitedHealthcare se declara inocente de los 11 cargos estatales que se le imputan
Luigi Mangione afronta en paralelo otra causa federal que podría valerle la pena capital, aunque en Nueva York no se ejecutan desde hace décadas
Luigi Mangione, sospechoso de asesinar al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, en Nueva York, ha comparecido este lunes ante el tribunal de Manhattan para la lectura de los 11 cargos estatales que se le imputan, los principales de ellos asesinato en primer y segundo grado y terrorismo. El joven, que se ha declarado inocente, afronta en paralelo otra acusación federal que podría castigarse, si fuera declarado culpable, con la pena máxima, aunque el Estado de Nueva York no ejecuta condenas a muerte desde hace décadas.
La vista de este lunes ha supuesto la primera oportunidad de Mangione, de 26 años, de responder formalmente a las acusaciones de la fiscalía de Manhattan. El sospechoso de asesinar el ejecutivo de la principal compañía de seguros de salud de EE UU el pasado 4 de diciembre en pleno centro de Manhattan fue detenido en un pueblo de Pensilvania cinco días después y extraditado a Nueva York el jueves pasado. Desde entonces está ingresado en una atestada cárcel de Brooklyn en la que también está recluido el rapero Sean Diddy Combs.
Mangione, para muchos una especie de héroe popular por sacar a la luz las condiciones draconianas de los seguros de salud —un negocio billonario en EE UU—, afronta en Nueva York 11 cargos, entre ellos uno de asesinato en primer grado con la consideración de “acto de terror” y dos de asesinato en segundo grado, además de otros menores por tenencia de armas y falsificación de documentos. Si fuera declarado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua. La oficina del fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, ha confirmado que ha coordinado con las autoridades federales la comparecencia de hoy de Mangione. Ambas causas discurrirán en paralelo.
La abogada defensora, Karen Friedman Agnifilo, ha mostrado su preocupación durante la vista por que la resonancia del caso socave las posibilidades de su cliente de tener un juicio justo. La letrada citó específicamente la llegada de Mangione a Manhattan, en helicóptero, y su paseíllo, ataviado con el mono naranja de los presos y rodeado de una treintena de policías fuertemente armados, un despliegue inédito al que se sumó la presencia del alcalde de la ciudad, el demócrata Eric Adams, en segundo término, pero bien visible.
“Este joven está siendo tratado como una pelota de pimpón humana por dos jurisdicciones enfrentadas [la estatal y la federal] Lo están tratando como un espectáculo”, ha declarado la abogada. La próxima cita con el tribunal del distrito de Manhattan será el 21 de febrero. El jueves pasado, a su llegada a Nueva York, se conoció la denuncia penal federal de asesinato con arma de fuego, dos cargos de acoso y un delito de tenencia ilegal de armas.
Vestido de manera informal y con grilletes, Mangione ha aparecido tranquilo, con la cabeza cabizbaja a ratos y sin los raptos de agresividad que mostró la semana pasada tras ser detenido en Altoona (Pensilvania), donde fue identificado por el camarero de un MacDonald’s en el que comía. En su visita al tribunal del condado de Blair, gritó frases sin sentido a los periodistas e intentó zafarse de los policías que le conducían.
La comparecencia de Mangione hoy en Nueva York causó expectación, con la sala a rebosar de público —dos docenas de mujeres y seis hombres— para presenciar el desarrollo de la vista. Si el acto que presuntamente cometió al disparar por la espalda a sangre fría a Thompson provocó una oleada de simpatía entre ciudadanos descontentos con las aseguradoras, su llegada a Nueva York el jueves, escenificada en el citado paseíllo que retransmitieron en directo las cámaras de televisión, ha terminado de convertirlo en un símbolo tan popular como macabro en Internet y en buena parte de la opinión pública.
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