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“Un barco acaba de perder el rumbo”: así fue el choque del carguero contra el puente de Baltimore

La alerta que dio el buque al perder la propulsión y quedar a la deriva permitió cortar el tráfico y salvar vidas, pero seis obreros de la infraestructura son dados por muertos

Vista del puente Francis Scott Key derrumbado por el impacto del carguero 'Dali' contra uno de sus pilares en Baltimore (Maryland, Estados Unidos).Foto: Tasos Katopodis/Getty | Vídeo: Reuters
Miguel Jiménez

“Necesito que uno de ustedes en el lado sur, uno de ustedes en el lado norte, detengan todo el tráfico en el puente Key. Se acerca un barco que acaba de perder el rumbo, así que hasta que lo controlemos, tenemos que detener todo el tráfico”. Una grabación de los servicios de emergencia difundida por Broadcastify muestra cómo las autoridades actuaron para prevenir la pérdida de vidas en el derrumbe este martes del mayor puente de Baltimore, el Francis Scott Key. Las autoridades respondían a una llamada de alerta máxima (el protocolo establece que se repita tres veces, “mayday, mayday, mayday”, la palabra usada ante una emergencia grave) procedente del buque Dali, con bandera de Singapur, según reveló el gobernador de Maryland, Wes Moore.

Solo minuto y medio después de la orden de bloquear el tráfico, los agentes sobre el terreno respondían: “El puente entero se acaba de caer. Empieza, empieza quien sea... todo el mundo. Se acaba de caer todo el puente”, se escucha a una persona en la radio, claramente alterada. “¿Sabemos qué tráfico se detuvo?”, le preguntan al agente. “No puedo llegar al otro lado, señor. El puente se ha venido abajo”, contesta. El gobernador Moore elogió la actuación de los agentes: “Estas personas son héroes. Anoche salvaron vidas”, dijo este martes.

El Dali, un carguero de contenedores de casi 300 metros de eslora y 48 metros de manga, había salido del puerto hacia la una de la madrugada, hora local (cinco horas más en la España peninsular) para emprender un viaje de 28 días hacia el puerto de Colombo, la capital de Sri Lanka, adonde debía llegar el próximo 22 de abril por encargo de la naviera danesa Maersk. Sin embargo, su travesía terminó poco después de zarpar.

La investigación sigue en curso y la caja negra de la embarcación permitirá sacar más conclusiones, pero sí se sabe que desde el barco advirtieron a tierra de que habían perdido el control de la nave. La empresa armadora del buque, Synergy Marine Pte. Ltd., informó posteriormente a la Autoridad Marítima y Portuaria de Singapur (MPA) de que, “justo antes del siniestro, el buque Dali había experimentado una pérdida momentánea de propulsión”.

“Como resultado, fue incapaz de mantener el rumbo deseado y colisionó con el puente Francis Scott Key”, ha explicado la MPA en un comunicado en el que asegura que el buque había soltado sus anclas como parte de los procedimientos de emergencia antes de su impacto con el puente. También subraya que el carguero estaba bajo practicaje en el momento del siniestro, es decir, con uno o más prácticos del puerto al mando. Los prácticos ayudan a guiar a los buques con seguridad dentro y fuera de los puertos.


Mientras el buque se dirigía hacia un pilar de la infraestructura, ocho trabajadores de la construcción aprovechaban el escaso tráfico de la noche para acometer trabajos de mantenimiento, eliminando baches del asfalto. Se trataba de trabajadores de El Salvador, Guatemala, Honduras y México de la firma Brawner Builders. No recibieron a tiempo ningún aviso para evacuar el puente.

El buque se desplazaba a una velocidad de unos ocho nudos (unos 15 kilómetros por hora). El barco cambió de dirección hacia las 1.27 y se dirigió directamente hacia el pilar por razones aún no aclaradas. A medida que la nave se acercaba al puente, se podían ver bocanadas de humo negro mientras las luces se encendían y apagaban, otro extremo pendiente de ser investigado. Los pilares del puente no contaban con protecciones para frenar el impacto, que se produjo en torno a un minuto después.

Seis víctimas dadas por muertas

La enorme masa chocó contra el pilar, provocando un gran estruendo, a la 1.28. En solo 30 segundos, prácticamente todo el puente se había derrumbado y convertido en un informe amasijo de hierros. Un tramo de la vía quedó sobre la cubierta del barco. Jayme Krause, de 32 años, estaba trabajando en unos almacenes frente al puente cuando escuchó el impacto: “Es chocante; lo has visto toda tu vida aquí y un día ya no está”.

La última inspección federal, llevada a cabo en junio pasado, concluyó que la infraestructura estaba en buen estado. “No conozco ningún puente que se haya construido para resistir el impacto directo de un buque de este tamaño”, dijo el secretario de Transportes, Pete Buttigieg, este martes en una rueda de prensa.

Los restos del puente crearon una barrera artificial a la navegación, lo que provocó el cierre del puerto, el motor económico de la ciudad. Las autoridades no han sido capaces de facilitar una estimación de cuándo podrá reabrirse al tráfico marítimo.

Con el puente, se precipitaron a las oscuras y gélidas aguas del río Patapsco los ocho trabajadores de mantenimiento de la infraestructura. El Ministerio de Exteriores de Guatemala confirmó que las dos víctimas guatemaltecas son un hombre de 26 años de San Luis (Petén) y otro de 35 años de Camotán (Chiquimula). Había tres mexicanos, de los que uno sobrevivió. Tenían algunos vehículos de trabajo, lo que llevó a creer inicialmente a las autoridades que habían caído al agua algunos coches que circulaban por el puente. Los equipos de rescate lograron sacar a dos personas del agua. Una estaba ilesa y rechazó recibir atención. Otra fue trasladada al Centro Médico de la Universidad de Maryland y dada de alta horas después. Las otras seis desaparecieron. La Guardia Costera anunció a las 19.30 que suspendía las tareas de salvamento y que los daba por muertos.

“Basándonos en el tiempo que llevamos buscando, los esfuerzos de búsqueda que hemos hecho y la temperatura del agua, en este momento no creemos que vayamos a encontrar a estos individuos con vida. Así que esta tarde a las 7.30 suspendemos la búsqueda activa y los esfuerzos de rescate”, dijo el responsable de la Guardia Costera.

El buque es propiedad de Grace Ocean Private Ltd., con sede en Singapur, que declaró que los 22 miembros de la tripulación estaban bien, al igual que los dos prácticos.

Una investigación abierta

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) dirige la investigación sobre el accidente. A pie del puente, en el improvisado centro de prensa a cielo abierto establecido al efecto, la presidenta de la NTSB señaló este martes en una rueda de prensa que un equipo de 24 expertos investigará las operaciones náuticas, el funcionamiento del buque, los historiales de seguridad, los propietarios, los operadores, la política de la empresa y los sistemas de gestión de la seguridad. La MPA anunció que miembros de la Oficina de Investigación de la Seguridad en el Transporte de Singapur y de la propia MPA se iban a desplazar a Baltimore para colaborar con la investigación.

La Oficina Federal de Investigación (FBI) no ve ningún indicio de que se trate de un acto intencionado. El propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lo refrendó en su comparecencia: “Todo indica hasta ahora que esto fue un terrible accidente. En este momento, no tenemos ninguna otra indicación, ninguna otra razón para creer que hubo algún acto intencional aquí”, afirmó. Aun así, los puntos oscuros sobre las causas del siniestro son tierra abonada para teorías conspirativas y sospechas.

Imagen del barco siniestrado, este miércoles en Baltimore.
Imagen del barco siniestrado, este miércoles en Baltimore.Mike Segar (REUTERS)

El barco fue inspeccionado por personal de la Armada de Chile del puerto de San Antonio, ubicado a 114 kilómetros al oeste de Santiago de Chile, el principal del país, en junio de 2023. La inspección detectó un problema en la “maquinaria de propulsión y auxiliar” del buque, según Equasis, un sistema de información naviera. La deficiencia afectaba a medidores y termómetros y fue reparada antes de zarpar. Esta fue una de las 27 inspecciones a las que la embarcación fue sometida desde su construcción en 2015. La última revisión se realizó en septiembre de 2023 en Nueva York, donde no se encontraron defectos.

Entre 1960 y 2015, se produjeron 35 grandes derrumbes de puentes en todo el mundo debido a colisiones de barcos o barcazas, con un total de 342 personas muertas, según un informe de 2018 de la Asociación Mundial para la Infraestructura del Transporte Acuático citado por AP. De ellos, 18 se produjeron en Estados Unidos. En 2002, una barcaza chocó contra el puente de la Interestatal 40 sobre el río Arkansas en Webbers Falls (Oklahoma) y los vehículos se precipitaron al agua. Un total de 14 personas murieron y 11 resultaron heridas. En 2001, un remolcador y una barcaza chocaron contra el puente Queen Isabella Causeway en Port Isabel, Texas, haciendo que una sección del puente cayera 24 metros a la bahía. Murieron ocho personas.

Un alto coste para aseguradoras y reaseguradoras

El Dali es propiedad de Grace Ocean Pte. Ltd., gestionado por Synergy Marine Pte. Ltd. y está cubierto por The Britannia Steam Ship Insurance Association Ltd., o Britannia P&I Club. Los clubes de protección e indemnización (P&I) son mutuas de seguros que aseguran y mancomunan la responsabilidad civil del sector marítimo mundial.

"Sin duda, tanto las aseguradoras marítimas como las reaseguradoras se verán implicadas en este siniestro", declaró Loretta Worters, portavoz del Insurance Information Institute al servicio de inteligencia de mercado de la firma S&P Global.

El valor del puente en sí podría rondar los 1.200 millones de dólares (unos 1.109 millones de euros); aún no se sabe si el límite asegurado cubrirá totalmente la sustitución, dijo Worters. Chubb Ltd. es la aseguradora principal del puente, pero es probable que cualquier reclamación se subrogue al seguro del armador.

El siniestro afectará en mayor medida al Grupo Internacional de Asociaciones de P&I, según Worters, quien afirmó que el grupo cuenta con una importante cobertura de reaseguro, encabezada por AXA XL.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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