Trump: de Mar-a-Lago, lugar del supuesto crimen, a Miami, donde están listos para juzgarlo
La expectación ya rodea el juzgado en el que está citado el expresidente el próximo martes por el caso de los papeles que se llevó de la Casa Blanca. La ciudad se prepara para una imputación histórica
Unos 110 kilómetros separan el lugar del supuesto crimen, la mansión de Donald Trump en Mar-a-Lago (Palm Beach), del tribunal de justicia federal de Miami, donde un gran jurado lo tiene todo listo para juzgarlo. El crimen no es uno, sino siete delitos federales por el manejo de los documentos clasificados que supuestamente Trump se llevó sin permiso al dejar la Casa Blanca en 2021 a su guarida en Florida, donde los retuvo pese a las solicitudes reiteradas de las autoridades para que los devolviera. Esas negativas desembocaron en un registro del FBI en su casa el pasado agosto.
El fiscal especial Jack Smith, nombrado por el Departamento de Justicia, órgano de la Administración de Joe Biden, sucesor de Trump y su presumible contrincante de nuevo en las elecciones de 2024, ha decidido imputar al magnate tras completar sus pesquisas. El gesto es histórico: nunca antes un expresidente estadounidense ha sido investigado por delito federal.
La cita es el próximo martes en el centro de Miami, pero los equipos de televisión de las grandes cadenas ya estaban apostados frente al palacio de justicia desde este jueves, matando el tiempo entre conexión y conexión, resguardados bajo las carpas blancas del sol de la mañana y de la tormenta bíblica que por la tarde cayó sobre la ciudad.
Compás de espera
El compás de espera terminó pasadas las siete, cuando Trump lanzó la bomba en su red social, Truth Social, con un mensaje que solo él podía haber escrito, y que decía: “La corrupta Administración Biden ha informado a mis abogados de que he sido acusado, aparentemente por el bulo de las cajas, a pesar de que Joe Biden tiene 1.850 cajas en la Universidad de Delaware, cajas adicionales en Chinatown, D.C., con aún más cajas en la Universidad de Pensilvania, y documentos esparcidos por todo el suelo de su garaje donde aparca su Corvette, y que está ‘asegurado’ solo por una puerta de garaje que es de papel fino, y abierta la mayor parte del tiempo”.
Un par de horas después, nadie ante el tribunal de Miami se aventuraba a predecir qué pasará en ese lugar el martes, salvo que, seguramente, y para eso no hace falta ser adivino, será un genuino espectáculo à la Trump. Tampoco está claro quién comparecerá, además del acusado. Sí se sabe que el gran jurado lo forman 23 ciudadanos, que llevan un mes revisando documentos y tomando testimonios. También, que su trabajo está previsto que continúe hasta el gran día.
La última vez que, como expresidente, compareció ante la justicia fue el pasado mes de abril en Nueva York. Entonces le imputaron 34 cargos de falsedad derivados de tres pagos para ocultar sendos escándalos (el más gordo, por una aventura extramatrimonial con la actriz porno Stormy Daniels) en la campaña de las presidenciales de 2016. Un juez de Nueva York ha fijado para el 25 de marzo de 2014 el inicio del juicio.
Trump llamó entonces a la protesta y aventuró que estaba a punto de desatarse una tormenta de “muerte y destrucción”. Los analistas sacaron a relucir el recuerdo del ataque al Capitolio, pero la cosa quedó en pacíficas concentraciones de detractores y simpatizantes en el parque frente al tribunal de Manhattan, en una abrumadora, esa sí, presencia de medios y en la nota discordante de un puñado de espontáneos en busca de sus minutos de fama. Imposible saber cómo se darán esta vez las cosas en Miami.
El Departamento de Justicia no ha hecho públicas aún las nuevas acusaciones contra Trump. La información sobre los siete cargos —entre otros, por conspiración, obstrucción a la justicia, retención dolosa de documentos de seguridad nacional, falsedades y violaciones de la ley de espionaje— se debe a sus abogados.
La noticia de su imputación la recibió este jueves el expresidente en su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey) con, según han contado a los medios estadounidenses fuentes cercanas a él, “incredulidad y tristeza”, pese a que la noticia venía incubándose desde hacía días.
Tras abandonar la Casa Blanca, su refugio ha sido la extravagante mansión de Mar-a-Lago, que en los peores momentos desde el ataque al Capitolio, el 6 de enero de 2021, no abandonó durante semanas. Fue precisamente la noticia de su imputación en Nueva York lo que cambió sus perspectivas para la carrera presidencial de 2024. Desde entonces se ha destacado en las encuestas entre electores republicanos como el candidato favorito para la designación de su partido con diferencias de dos dígitos porcentuales sobre su más directo competidor, Ron DeSantis, gobernador de, precisamente, Florida. Cómo afectará a sus aspiraciones este nuevo revés judicial es ahora la gran pregunta.
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