Bruselas promete 100 millones a los países del Este para apaciguar la crisis del grano ucranio
La Comisión plantea restricciones “extraordinarias” para algunos productos exportados por Kiev y que solo circulen en tránsito por los Estados afectados
La Comisión Europea se mueve para tratar de apagar rápidamente la crisis del grano ucranio, que amenaza la unidad de la UE sobre el apoyo a Kiev y que da munición a la retórica del Kremlin. Cinco de los vecinos del Este —Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y Rumania—, que mantienen el pulso con la prohibición de entrada de cereales y otros productos exportados por Kiev pese a la política comercial común de la UE, parecen haberse apuntado un punto. La jefa del Ejecutivo Comunitario, Ursula von der Leyen, les ha prometido este miércoles un paquete de 100 millones de euros para sus agricultores.
Bruselas se plantea además introducir hasta el 30 de junio medidas extraordinarias para lograr que cuatro de los productos que llegan desde Ucrania libres de tasas y aranceles —trigo, maíz, colza y semillas de girasol— no permanezcan en los cinco países, sino que solo transiten hacia el resto de la UE y otras partes del mundo. Aunque para esto están tratando de obtener el acuerdo de Ucrania, ya que, en caso contrario, la medida podría vulnerar varios acuerdos comerciales, advierten fuentes comunitarias.
En una carta enviada a los jefes de Estado y de Gobierno de Polonia, Hungría, Eslovaquia, Rumania y Bulgaria, que habían reclamado más ayuda a la Comisión tras las vivas protestas de sus agricultores durante las últimas semanas, Von der Leyen habla de las “consecuencias no deseadas” del “aumento inesperado” de productos ucranios sin aranceles hacia esos Estados miembros. “Las medidas unilaterales solo pueden hacer el juego a los adversarios de Ucrania y no deben erosionar nuestro apoyo inquebrantable”, les advierte, sin embargo.
El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, se ha reunido este miércoles con representantes de los cinco países para analizar las soluciones, pero no han llegado a ningún acuerdo. Los países —sobre todo Polonia— presionaban para meter más productos en la lista de los permitidos solo para tránsito, apuntan fuentes de Bruselas.
Ya como aperitivo, Sofía y Bucarest —que está manteniendo unas posiciones más suaves— anunciaron el mismo miércoles que se sumaban al veto de productos iniciado por Varsovia y Budapest para impedir que el cereal ucranio y otros alimentos permaneciesen en sus territorios. En el caso de Polonia, inicialmente, la prohibición era total, pero el martes acordó con Kiev permitir el tránsito. El ministro de Agricultura rumano, Petre Daea, afirmó que se sellarían los contenedores y que se intensificarían los controles para garantizar que entran y salen de país.
Sin aranceles ni tasas desde junio
El grano ucranio y otros productos penetran sin aranceles ni tasas en la UE, una medida aprobada en junio del año pasado para apoyar la economía de Kiev y contribuir a reducir la crisis alimentaria global derivada de la guerra de Rusia y del bloqueo por el Kremlin de los puertos de Ucrania, uno de los graneros del mundo. Sin embargo, los cinco países del Este aseguran que los cereales, los lácteos y otros alimentos están “inundando” sus mercados y sus almacenes, en vez de seguir adelante hacia otras zonas. Y que esa inundación contribuye a bajar los precios (aunque estos hayan bajado a nivel mundial). Durante el último año, Ucrania ha exportado a la UE unos 63 millones de toneladas de mercancías. La mitad de estos productos son cereales.
También hay, no obstante, un ingrediente de especulación de mercado de los operadores comerciales, apuntan fuentes diplomáticas. Bruselas ha prometido también una investigación sobre los problemas logísticos como otra de las patas del plan propuesto para mitigar a crisis del grano. El sellado de contenedores puede ser casi inmediato, pero, aunque Von der Leyen ha puesto sobre la mesa la idea de los 100 millones del fondo de reserva agrícola, esta medida deben aprobarla los Estados miembros.
Polonia, aliado fundamental de Ucrania en la UE, y el primero en introducir la prohibición de entrada de productos ucranios, asegura que los problemas logísticos y los cuellos de botella dificultan la salida de lo que llega. Sus agricultores llevan saliendo a la calle varias semanas, como los eslovacos, húngaros, búlgaros y rumanos, que ya habían escrito a Von der Leyen reclamando más ayudas económicas, medidas logísticas o que restableciera los aranceles. Polonia y Eslovaquia, además, celebrarán elecciones en otoño, con lo que la crisis del grano se ha convertido en un asunto importante para sus Gobiernos. Estos días se negocia, además, extender la abolición de los aranceles y tasas al resto de productos ucranios. De ahí, la sincronización del veto.
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