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Polonia y Ucrania llegan a un acuerdo para el tránsito del grano en territorio polaco

Varsovia mantiene la prohibición a la importación de productos agrícolas procedentes del vecino invadido

grano ucrania
Cola de camiones en el cruce fronterizo de Rava-Ruska entre Ucrania y Polonia, este 18 de abril.YURIY DYACHYSHYN (AFP)

Polonia y Ucrania han llegado a un acuerdo para reabrir la frontera y permitir el tránsito de cereal a través del territorio polaco a partir del viernes. El pacto llega cuatro días después de la repentina decisión polaca de prohibir las importaciones y el paso de productos agrícolas ucranios desde el 15 de abril. El nuevo ministro de Agricultura polaco, Robert Telus, dejó claro sin embargo que el veto a las importaciones se mantiene. La Comisión Europea, que trata de aliviar las tensiones de la crisis del grano para taponar la fractura, asegura que está trabajando ya en “distintos instrumentos” para destapar los cuellos de botella que están provocando que los productos ucranios no sigan su camino hacia terceros países.

“Hemos logrado crear un mecanismo para asegurar que ni una sola tonelada de grano se quede en Polonia”, aseguró Telus después de dos días de negociaciones en Varsovia en declaraciones recogidas por Reuters. Para garantizar que salga todo el cereal que entre en el país, el ministro ha explicado que durante un tiempo los servicios de aduanas e impuestos escoltarán los transportes hasta la frontera o a los puertos polacos. El titular de Agricultura también anunció la instalación de precintos con sistema GPS, “que permitirá rastrear con precisión el transporte”. El veto temporal a cereales, carne, leche, huevos, fruta y verduras se mantiene por ahora hasta el 30 de junio.

Los agricultores polacos, que llevan meses advirtiendo del problema y semanas saliendo a protestar con tractores, aseguran que las importaciones desde Ucrania han empujado los precios a la baja y han reducido sus ventas. Los representantes de los agricultores en otros países de la región también acusan los mismos problemas. Por eso, los primeros ministros de Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y Rumania escribieron una carta a la Comisión Europea a principios de abril reclamando compensaciones, pero Varsovia, en pleno año electoral, rompió la baraja y anunció el sábado pasado la prohibición. Hungría se sumó el mismo día y Eslovaquia, que apunta a la presencia de pesticidas en el grano ucranio, este lunes. Bulgaria y Rumania lo están considerando también.

La vice primera ministra ucrania, Yulia Svyrydenko, que se unió a las negociaciones con Polonia a última hora, afirmó en la misma conferencia de prensa en la que compareció junto a Telus que Kiev entiende los problemas de los agricultores. Svyrydenko aseguró que estaba convencida de que los exportadores ucranios respetarían los términos del acuerdo de tránsito acordado con Polonia.

La ruta habitual de las exportaciones ucranias es por el mar Negro, pero la invasión rusa obligó a buscar alternativas por tierra el año pasado, mientras se trabajaba en un acuerdo con el Kremlin con la mediación de Turquía que garantizase el paso seguro del cereal. Ucrania se enfrenta ahora al bloqueo del tránsito por tierra de algunos de sus principales valedores durante el último año, y de nuevo, al de Rusia, que lleva tiempo boicoteando la exportación. El acuerdo con Moscú “está en riesgo de pararse y Rusia ha bloqueado otra vez la inspección de los buques”, explicó Svyrydenko. “Para nosotros es extremadamente importante desbloquear el tránsito o Ucrania estará bloqueada. No podemos, ni nosotros ni nuestros socios, dar a Rusia la oportunidad de aprovecharse de esta situación”, añadió.

La decisión de Polonia ha agrietado el apoyo incondicional a Ucrania que el bloque del Este, liderado por Varsovia, ha exhibido hasta ahora en todos los ámbitos. La medida está muy marcada por los intereses electorales en el campo del partido ultraconservador en el Gobierno, Ley y Justicia (PiS), que este otoño se somete a las urnas. El Ejecutivo exige más compensaciones para los agricultores a Bruselas, que ya ha entregado 56 millones de euros para Polonia, Rumania y Bulgaria.

Negociaciones con Bruselas

El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, se reunirá este miércoles con representantes de los cinco países. Mientras las capitales del Este tensan la cuerda y reclaman más ayudas económicas para apagar las protestas de sus agricultores en casa, el Ejecutivo comunitario trata de templar los ánimos.

Bruselas analiza ya fórmulas para garantizar que los productos ucranios no permanezcan en los territorios de los países afectados, sino que solo circulen en tránsito, apunta una fuente comunitaria. Esto podría ser discutible desde el punto de vista del mercado único, pero la Comisión Europea ya está deslizando que el objetivo de retirar los aranceles al cereal y otros bienes ucranios pocos meses después de que el Kremlin lanzara la invasión era que pudieran llegar mejor a través de los corredores solidarios a los países en vías de desarrollo y combatir la crisis alimentaria global.

Dombrovskis ha hablado este martes en una conferencia de prensa en Estrasburgo de un “aumento notable” de productos en los países afectados por la crisis del grano y ha asegurado que se está trabajando ya en “distintos instrumentos” para destapar los cuellos de botella que provoca que los productos no salgan de los países y en detectar y reparar los problemas logísticos. El equilibrio estará en cómo restaurar los corredores de tránsito y a la vez ayuda a la economía ucrania.

La presión de los vecinos del Este coincide con el inicio de las negociaciones para ampliar el acuerdo de excepción de aranceles y cuotas de importación de productos ucranios, que se firmó el 4 de junio de 2022 para ayudar a Ucrania en el marco de la invasión rusa y que Bruselas había planteado ampliar hasta junio de 2024.

El comercio internacional es una competencia exclusiva de la UE, pero Varsovia argumenta que hay una provisión que permite a los Estados miembros pueden “introducir restricciones motivadas, por ejemplo, por cuestiones de salud pública”, como explicó este lunes Pawel Jablonski, viceministro de Asuntos Exteriores. En este caso, se trataría de la presencia de pesticidas que señala Eslovaquia.

El Tribunal de Justicia de la Unión Euroea (TJUE) es muy restrictivo en sus interpretaciones sobre la validez de los motivos y “los instrumentos están sujetos a pruebas de proporcionalidad”, advierte David Kleimann, experto en legislación y política comercial de la Unión Europea. El también investigador en el laboratorio de ideas económico Bruegel cree que si los casos llegaran al tribunal, los Estados miembros tendrían problemas para “justificar las prohibiciones de manera convincente”.

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