Bruselas lanzará un plan de rearme europeo multimillonario para hacer frente a los nuevos desafíos en la guerra de Ucrania
La Comisión Europea ultima un proyecto para impulsar con al menos 100.000 millones de euros de presupuesto comunitario la inversión en defensa que incluye relajar el corsé fiscal y líneas de crédito del BEI


La Unión Europea se ha propuesto acelerar la financiación en defensa para hacer frente a un escenario de máxima incertidumbre internacional. En un contexto de marcado viraje de la posición estadounidense —principal aliado de Europa en el mundo— en un asunto tan medular para la UE como la guerra en Ucrania y sus amagos de retirar su paraguas de seguridad del Viejo Continente, la Comisión Europea ultima un plan de rearme que incluirá un crisol de fórmulas para hacer frente al desgarro sufrido por el alineamiento de Donald Trump con la Rusia de Vladímir Putin y a un tablero geopolítico en ebullición. El proyecto, que se debatirá en la cumbre de urgencia que celebrarán los jefes de Estado y de Gobierno este jueves en Bruselas, supondrá un desembolso multimillonario para hacer frente a diferentes retos, ahora acelerados por las políticas de Trump, según explican fuentes comunitarias.
Para acometerlo, Bruselas baraja varias opciones para ese plan multimillonario. Una de esas palancas es emitir deuda conjunta para financiar proyectos de defensa europeos cruciales y compras compartidas por hasta 100.000 millones de euros —se podría aprovechar el margen de maniobra presupuestado que ha dejado la parte del fondo de recuperación para la pandemia de covid, Next Generation, que no se ha usado—, apuntan fuentes de Bruselas. Otra idea consiste en reasignar a objetivos militares fondos de cohesión no empleados —orientados a investigación y desarrollo, movilidad militar e infraestructuras porque esos fondos no pueden emplearse directamente para propósitos de adquisición de material militar, por ejemplo—. Además, está sobre la mesa destinar a defensa líneas de crédito del Banco Europeo de Inversiones (BEI), y sumar otros instrumentos como el Fondo Europeo de Defensa, según las mismas fuentes. Y la primera medida, ya anunciada: activar la llamada cláusula de escape del pacto de estabilidad para que el gasto en defensa de los Estados miembros no cuente como endeudamiento (y, por tanto, no penalice a los Estados en el examen que la Comisión hace de sus cuentas).
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha hablado de pasar a una “mentalidad de urgencia”, planea enviar este martes una carta a los líderes de los Estados miembros con detalles de sus propuestas para que se debatan en la cumbre del jueves, que se centrará en el apoyo a Ucrania y la defensa europea. El propósito es no poner “líneas rojas” al debate, señalan fuentes europeas al corriente de la discusión, que piden anonimato por ser un asunto de extrema sensibilidad que, además, aún se está perfilando. La idea clave es lograr un “esfuerzo europeo común” ante la magnitud de los desafíos, apuntan las mismas fuentes.

Las decisiones están pendientes de ese debate con los 27 gobernantes de los países de la UE y de las señales que emita el que se perfila como nuevo canciller alemán, el conservador Friedrich Merz. El plan de rearme podría llegar a incluir más margen y otras vías de nutrir el instrumento financiado con deuda común, con algún tipo de eurobonos o una fórmula similar a la que se usó durante la pandemia de covid-19. También, la creación de un nuevo fondo intergubernamental específico para defensa.
El eje francoalemán ha dejado algunas pistas en las últimas horas. Francia aboga por esa fórmula de deuda común con diferentes vías, mientras el partido de Merz en Alemania negocia con los socialdemócratas para formar una gran coalición bajo cuyo mandato se cree un fondo especial por valor de casi un billón de euros. El objetivo es financiar gastos urgentes de defensa e infraestructura que escapen al freno de deuda que impone el sistema alemán. Otros, como Países Bajos se han opuesto a emitir deuda común. Sin embargo, países tradicionalmente frugales como los nórdicos se han mostrado muy receptivos a la idea, ya que para ellos, incrementar el gasto militar es una prioridad.
Bruselas estima que se necesita una inversión de 500.000 millones de euros adicionales en defensa para los próximos años —Von der Leyen ha llegado a mencionar la próxima década—. Otras voces, como la del presidente francés, Emmanuel Macron, hablan de unos 200.000 millones de euros de manera rápida. De hecho, el jefe del Elíseo ha sugerido este fin de semana usar el llamado fondo de rescate (el mecanismo europeo de estabilidad, MEDE), que jugó un papel destacado durante los años más turbulentos de la crisis financiera. Aunque los accionistas de ese fondo son los países de la zona euro (no todos los de la UE) y probablemente necesitaría una reforma; con lo que sería políticamente más difícil. El MEDE podría tener una capacidad de hasta 400.000 millones de euros para prestar a los países, según distintas fuentes.
“Se necesita un salto cuántico en la manera de la UE de pensar sobre defensa. Y la fórmula de poner dinero europeo, sobre todo a través de deuda común, es una señal poderosa de que hay intención. Pero eso puede llegar a medio plazo. Mientras tanto, es urgente tomar decisiones”, señala una alta fuente comunitaria. Entre 2021 y 2024, el gasto total en defensa de los Estados miembros de la UE aumentó más del 30% hasta los 326.000 millones de euros; un 1,9% del PIB de la UE, según datos de Bruselas. Pero mientras hay países, como Polonia, que gastan más del 4% de su PIB en defensa hay otros, como España, no llegan al 2% marcado por el compromiso de la OTAN. En pleno debate sobre el gasto militar, los valores europeos ligados a la defensa subieron en Bolsa este lunes.
La Unión está a punto, por tanto, a romper otro de esos grandes tabúes que ha ido derribando desde que Rusia lanzó la guerra a gran escala sobre Ucrania: el de acercarse a una unión europea de la defensa. Aunque, señalan las fuentes, de la ambición de la propuesta de Von der Leyen y la urgencia que indiquen los países, dependerá que ese nuevo plan de rearme sea algo verdaderamente crucial. Las presiones de Trump sobre los aliados europeos para que aumenten su gasto de defensa y el contexto internacional pueden ser el gran catalizador para ello.
Proyectos paneuropeos
La intención de la Comisión Europea —que presentará un plan más preciso a finales de mes, con el llamado Libro Blanco de Defensa— es que el plan de rearme se estructure en varias vías. La principal es que los Estados miembros aumenten su gasto en defensa (de ahí, la ayuda con la cláusula de escape y una gran relajación del corsé fiscal que impone Bruselas). Después, poner a disposición los otros elementos del plan (como esa partida del fondo de recuperación o fondos estructurales) para financiar y apuntalar esos “grandes proyectos paneuropeos”, que de hecho ya se están estudiando y que incluyen elementos punteros como la Inteligencia Artificial.
Y mientras, señalan fuentes de Bruselas, se busca desarrollar la estrategia europea de defensa, presentada en 2024 y que incluye fórmulas potentes de compras conjuntas para los Estados miembros y pone el acento en la estandarización de los arsenales y el armamento. Esa estrategia también contempla la integración de la industria ucrania en programas europeos y la colaboración con otros “socios afines” de fuera de la UE.
Es el otro gran debate que los líderes deben abordar en las próximas semanas: ampliar el foco para incluir al Reino Unido y Noruega, por ejemplo, para seguir haciéndole guiños a Estados Unidos y ensanchar aún más la capacidad de gasto. Sobre la mesa está la propuesta de un grupo de expertos, que ha hecho suya Londres y que Bruselas no ve con malos ojos, de crear un banco de rearme, que podría emitir préstamos con intereses relativamente bajos y con buena calificación. Eso permitiría a los Estados miembros hacer más encargos a la industria de defensa, que ha señalado que necesita saber cuál será su demanda a largo plazo para activar las cadenas de producción De hecho, estos días hay ya alguna iniciativa privada que va por esa vía.
Salvavidas militar para Ucrania
Además, con la situación de Ucrania pendiendo de un hilo, en espera de ver si Trump deja de enviar su ayuda militar o la reduce significativamente, Bruselas ha planteado a los Estados miembros un nuevo salvavidas militar para Kiev de unos 20.000 millones de euros. La propuesta de la alta representante para Política Exterior y Seguridad, Kaja Kallas, recicla el sistema ya planteado por su antecesor, Josep Borrell, de nutrir ese fondo intergubernamental con contribuciones mancomunadas para salvar los vetos de Hungría, que lleva casi dos años bloqueando el Fondo Europeo para la Paz, que se había estado usando para devolver a los socios los envíos a Ucrania. Desde el inicio de le invasión a gran escala, la UE ha enviado a Ucrania unos 135.000 millones de euros (incluidos 48.700 millones para apoyar al Ejército).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
