El volantazo de EE UU: tan exigente con Ucrania como amable con Rusia
La Administración de Trump insiste en que Zelenski debe disculparse tras la riña en el Despacho Oval y pone en duda su buena fe

Mientras Europa reiteraba su apoyo a Volodímir Zelenski en la cumbre de este domingo en Londres, la Administración de Donald Trump se reafirmaba en el volantazo de su política exterior, desgajándose de sus tradicionales aliados continentales y asumiendo las posiciones rusas. En vísperas de que el presidente de Estados Unidos se dirija a ambas cámaras del Congreso, este martes, en su primer discurso sobre el estado de la nación de este mandato, y cuando todavía resuena la reprimenda del republicano al presidente de Ucrania en el Despacho Oval, la Casa Blanca ha vuelto a poner en duda la buena fe del líder del país ocupado por Rusia.
Durante la tarascada del viernes —y también antes y después— Trump se mostró tan exigente con Zelenski como amable hacia el presidente ruso, Vladímir Putin. Si al primero le exige que se muestre agradecido a Estados Unidos y le acusa de no querer la paz, sobre el segundo afirma que no le ha “engañado nunca” y que ha padecido, como él, las “falsas” investigaciones sobre la injerencia de Moscú en las elecciones estadounidenses de 2016.
Incluso horas más tarde, antes de volar a Florida para un fin de semana de golf, el presidente insistió en que su homólogo ucranio “tiene que decir que quiere la paz, no tiene que ponerse todo el rato con que Putin esto, Putin aquello… Todo cosas negativas”. Sin embargo, en ningún momento se le ha escuchado decir nada en contra del líder ruso.
En Londres, Zelenski se declaraba optimista sobre las posibilidades de relanzar los contactos y de firmar el acuerdo económico que quedó aparcado en el rapapolvo. “Creo que nuestra relación va a continuar”, apuntaba en una rueda de prensa. Pero también criticaba el contexto en el que se dio el encontronazo, durante una larga sesión de preguntas de los periodistas en el Despacho Oval al comienzo de la reunión y cuando ya estaba prevista una rueda de prensa tras el encuentro. “No me parece que sea correcto que este tipo de conversaciones estén completamente abiertas... el formato de lo que ocurrió, no creo que aportase nada positivo o adicional a ninguno de nosotros como socios”.
Al tiempo que la Administración estadounidense redoblaba sus ataques contra el presidente ucranio, este domingo el Pentágono ―que dirige el expresentador de la cadena conservadora de televisión Fox News, Pete Hegseth― dio la orden al mando estadounidense especializado en la guerra cibernética de que detenga sus operaciones ofensivas contra Rusia, según publica The New York Times. El periódico, que cita a un alto cargo en activo y dos ex altos cargos, apunta que la decisión, tomada antes de la reunión del viernes en el Despacho Oval, forma parte de una serie de pasos para convencer a Putin de que se siente a la mesa de negociaciones.
La duración y el alcance de la medida no está clara, matiza el medio, que precisa que las instrucciones de Hegseth están incluidas en una evaluación más amplia de todas las operaciones contra Rusia. Mantener el acceso de inteligencia a los sistemas rusos, agrega The New York Times, es fundamental no solo para entender cuáles son las intenciones del Kremlin cuando van a iniciarse negociaciones, sino también para tener una idea de los debates internos en Moscú sobre cuáles son sus exigencias prioritarias y a cuáles están dispuestos a renunciar.
Trump insiste en que no está de un lado ni de otro —en sí, esta afirmación ya supone una ruptura del apoyo incondicional de Estados Unidos a Kiev durante los tres años de guerra— y que lo que quiere es la paz lo antes posible para detener lo que su secretario de Estado, Marco Rubio, define como “una carnicería en un conflicto estancado”. Pero sus llamamientos a un alto el fuego rápido, sin aparentes condiciones a Moscú y con exigencias a Ucrania, dejan al país invadido a los pies de los caballos. Tanto más cuando representantes de su Gobierno han apuntado la posibilidad de que el republicano decida suspender la ayuda estadounidense aún pendiente de entrega.
“Putin gana con cada pelea entre Washington y Kiev”, apunta Dan Fried, antiguo asesor para Europa en la Casa Blanca de Barack Obama, y ahora en el centro de estudios estadounidense Atlantic Council. “Mientras Occidente negocia o se enfrenta entre sí, Putin se hace cada vez más arrogante en sus exigencias. Trump se arriesga a hacerle el juego al ruso”.
El equipo del republicano trata de defenderlo con el argumento de que Trump solo intenta conseguir que el inquilino del Kremlin acepte negociar. A lo que hasta ahora se ha resistido, ante la creencia de que la marcha de la guerra le favorece y que los aliados occidentales de Kiev, antes o después, acabarán cansándose y dividiéndose. En una entrevista en el programa This Week de la cadena de televisión ABC, el secretario de Estado, Marco Rubio, opinó que “el único modo de terminar la guerra es que Putin se siente a negociar. Ahora mismo, el presidente Trump es la única persona que puede conseguirlo. Puede que plantee condiciones imposibles. No sabemos. Pero se tiene que sentar a la mesa. No lo vas a conseguir si le insultas, si te enfrentas a él”.
Posturas alejadas
Por el momento, ni la Casa Blanca ni los republicanos dan señales de flexibilizar su postura. El propio Rubio reconoció en su entrevista que desde el viernes no ha mantenido contacto con Zelenski. Trump, que no ha celebrado ningún acto oficial este fin de semana, compartió en sus redes sociales un comentario que defiende su posición como “un golpe de genio”. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, insinuó que si el ucranio no cede y “vuelve a la mesa de negociaciones agradecido, hará falta otra persona al frente de ese país para hacerlo”.
El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, insistió este domingo en que Washington desea una paz permanente entre Moscú y Kiev. Ambos tendrían que ceder: Ucrania, renunciando definitivamente a una parte del territorio ocupado por su enemigo; Rusia, aceptar las garantías de seguridad para el país agredido ofrecidas por Europa. Y dejó claro que la Administración republicana duda mucho que pueda colaborar con Zelenski para conseguirlo, especialmente tras el encontronazo del viernes.
“Necesitamos un líder que pueda tratar con nosotros, que pueda acabar pactando con los rusos y terminar esta guerra”, apuntó Waltz, el hombre que se encargó de anunciar a Zelenski que debía marcharse de la Casa Blanca tras aquel enfrentamiento, en una entrevista con la cadena CNN. Y subrayó: “Si se acaba haciendo evidente que los objetivos personales o políticos del presidente Zelenski difieren del final de la guerra, tendremos un verdadero problema. No teníamos claro que él estuviera dispuesto a negociar y mostrar buena fe de cara al fin de esta guerra”, resaltó el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca.
Por otra parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, apuntó en una comparecencia en la cadena CBS que, por el momento, no hay visos de recuperar el acuerdo económico que Zelenski iba a firmar para compartir con Estados Unidos la explotación de los recursos naturales de Ucrania. Washington aseguraba que ese acuerdo vincularía ambas economías y le ofrecería un interés para defender al país agredido. “Creo que tenemos que ver si el presidente ucranio quiere seguir adelante. ¿De qué sirve tener un acuerdo económico que se volverá irrelevante si él quiere que continúen los combates?”, se preguntó el alto cargo.
La próxima gran pista sobre el rumbo de la política exterior estadounidense llegará el martes, en el discurso de Trump ante el Congreso. Será, sin duda, muy distinto del que pronunció en 2017, recién estrenado su primer mandato. Hace ocho años, Trump repitió una frase utilizada por sus predecesores durante décadas: “Apoyamos con firmeza a la OTAN”. Que vuelva a hacerlo en esta ocasión será una sorpresa. Su mano derecha y nuevo mejor amigo, el oligarca tecnológico Elon Musk, el hombre más rico del planeta, tuiteó este fin de semana su respaldo a que Estados Unidos salga de la OTAN y de la ONU. “Estoy de acuerdo”, respondió a un usuario estadounidense que reclamaba ese paso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
