Colaboradores de Biden hallan un segundo lote de documentos clasificados
Los papeles se encontraban en un lugar distinto de la oficina privada donde se conservaban los que encendieron la polémica esta semana
Después de descubrir en noviembre un lote de documentos clasificados en la oficina de Washington que Joe Biden usó entre el final de su etapa como vicepresidente con Barack Obama (2017) y el inicio de la campaña que lo llevó a la Casa Blanca en 2020, un equipo de colaboradores del líder demócrata se lanzó a peinar otros lugares de trabajo de este en busca de más papeles. Este miércoles, la cadena televisiva NBC ha publicado, citando fuentes anónimas, el hallazgo de un segundo grupo de documentos, que estaban guardados en una localización diferente al despacho que el hoy presidente usaba en la capital federal.
Poco se conoce de este nuevo bloque de papeles. El nivel de secreto que los amparaba, el número y la ubicación precisa no han trascendido. Tampoco sabe cómo se llegó a su hallazgo o si la búsqueda de cualquier otro material clasificado que Biden pudiera conservar de los tiempos de la administración de Obama queda cerrada con este descubrimiento.
La semana empezó para Biden con la noticia, avanzada por la CBS, de la existencia de una decena de documentos clasificados como confidenciales en un armario del Centro Penn Biden en Washington, una oficina privada del presidente en el centro de la ciudad. Los papeles se pusieron a disposición de los Archivos Nacionales y el caso, en conocimiento del Departamento de Justicia. Entre ellos hay memorandos de los servicios de inteligencia estadounidenses y material sobre relaciones geopolíticas candentes, como las de Washington con Ucrania, Irán o el Reino Unido. La ley estadounidense obliga a conservar los registros presidenciales y a que sean puestos a disposición de los Archivos Nacionales tras abandonar el cargo.
El descubrimiento se colocó inmediatamente en la desfavorecedora perspectiva de la indignación que mostró Biden cuando en verano el FBI registró la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago (Florida), adonde el expresidente se llevó una cantidad, muy superior, eso sí, de papeles al dejar la Casa Blanca. En una entrevista para el programa 60 Minutes emitida en septiembre pasado, Biden dijo lo siguiente: “¿Cómo es posible que eso ocurra? ¿Cómo alguien puede ser tan irresponsable? [Al saber de su existencia] pensé: ¿qué datos había ahí que pudieran comprometer las fuentes y los métodos? Me refiero a los nombres de las personas que ayudaron... Sencillamente... es totalmente irresponsable”.
El martes, Biden, de visita oficial en Ciudad de México para verse con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, habló sobre el primer hallazgo. Se dijo “sorprendido” de enterarse de que había documentos de esa etapa en un armario de una oficina a la que dio uso privado. Aseguró que se toma en serio la información confidencial y que desconoce el contenido de dichos documentos.
“Encontraron unos documentos en una caja, en un armario cerrado, y en cuanto lo hicieron se dieron cuenta de que había varios documentos clasificados en esa caja. E hicieron lo que debían: llamar inmediatamente a los Archivos [Nacionales] y entregárselos. Me informaron sobre este descubrimiento y me sorprendió saber que hay registros gubernamentales que fueron llevados a esa oficina, pero no sé lo que hay en los documentos”, añadió el presidente estadounidense. “Mis abogados han entregado las cajas a los Archivos [Nacionales], y estamos cooperando plenamente con la revisión. Espero que termine pronto y será el momento de dar más detalles”.
Desde el principio de este escándalo, la Casa Blanca ha tratado de subrayar la diferencia entre el caso de Trump y el de Biden. Por muy distintos que sean ambos, hay una pregunta que precisa respuesta. ¿Por qué la Administración no puso antes en conocimiento de la opinión publica el hallazgo? Encontraron los papeles el 2 de noviembre, seis días antes de las elecciones legislativas, en las que el Partido Republicano registró una histórica decepción, así que han pasado más de dos meses hasta que han trascendido los hechos.
En su conferencia de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha peleado este miércoles con los reporteros para lograr no decir nada sobre el tema.
Después, su departamento ha informado que la primera dama, Jill Biden, ha sido intervenida en el Hospital Militar Walter Reed, situado en un suburbio de la capital, de dos lesiones cancerosas de poca importancia.
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