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El izquierdista Boric flexibiliza sus promesas económicas para captar al centro chileno

A menos de dos semanas de la segunda vuelta electoral, el candidato dice que los cambios darán “viabilidad política” a su programa

Federico Rivas Molina
Simpatizantes de Gabriel Boric cuelgan una pancarta del candidato en un parque de Santiago
Simpatizantes de Gabriel Boric cuelgan una pancarta del candidato en un parque de Santiago, el 8 de diciembre de 2021.MARTIN BERNETTI (AFP)

El candidato de la izquierda chilena, Gabriel Boric, presentó el miércoles un programa económico más moderado que aquel que promovió para la primera vuelta por la presidencia. A menos de dos semanas del desempate con José Antonio Kast, representante de la extrema derecha, Boric hizo equilibrio entre los reclamos de los equipos técnicos, que consideraban al original demasiado ambicioso en sus plazos, y las expectativas de su base electoral, que espera cambios drásticos y veloces si gana tras las elecciones del 19 de diciembre.

El candidato dijo que las “adecuaciones”, como las llamó, darán “viabilidad política” a su programa. La alianza de izquierda, de la que participa el Partido Comunista, sumó además las propuestas de la excandidata democristiana Yasna Provoste y del progresista Marco Enríquez Ominami, quienes dieron su apoyo a Boric para la segunda vuelta.

El nuevo plan de Boric quedó resumido en 18 páginas, de las 230 que tenía el anterior. En términos generales, mantiene la propuesta de cambiar el sistema privado de pensiones (AFP) vigente desde la dictadura por otro estatal solidario; pero reconoce por primera vez “las dificultades técnicas y políticas de este tipo de reformas” estructurales. Como solución, Boric propone un diálogo social que marchará en paralelo al tratamiento de la reforma. El programa insiste también con la idea de aumentar la presión tributaria hasta el 8% del PIB, aunque ahora con plazos más largos que garanticen la sostenibilidad fiscal del modelo.

La propuesta tiene medidas específicas para las pequeñas y medianas empresas, a las que Boric consideró el principal objetivo de un eventual Gobierno de la izquierda. “Nuestro programa considera una serie medidas de apoyo, tanto en el corto plazo como mediano y largo plazo”, dijo Boric al presentar el documento. En la lista figuran créditos blandos para el sector, la condonación de deudas tributarias contraídas durante la pandemia y una reducción del IVA durante los tres primeros tres meses de gestión.

El grupo asesor del candidato, integrado por técnicos de la centroizquierda moderada, instó a Boric a ceñirse en 2022 al nivel de gasto acordado en el presupuesto que fue aprobado en el Congreso. Por eso, la consolidación fiscal es ahora “un compromiso del programa”, leído como un esfuerzo por no espantar a inversores y empresarios, dos sectores que apoyan sin fisuras al derechista José Antonio Kast. La consolidación fiscal, djo Boric, debe permitir “estabilizar la deuda como proporción del PIB hacia el final del término de nuestro periodo de Gobierno”. El candidato se abrió también a la posibilidad de reevaluar las medidas si el contexto económico no acompaña.

No solo Boric moderó su propuesta de campaña. José Antonio Kast hizo lo propio el martes. A ambos los mueve la misma necesidad: captar al voto del centro, espantado por programas que consideró radicales. Tienen además que seducir al 46,25% de los electores que el 21 de noviembre decidieron quedarse en su casa. Boric y Kast llegan al desempate con un capital electoral por debajo del 30%. Si bien los sondeos dan más chances de triunfo al candidato izquierdista, hay un 25% de indecisos que alcanzan para torcer cualquier previsión.

Kast presentó sus cambios el martes, en un documento de 58 páginas que recoge la recomendaciones de las diferentes tendencias de la derecha que lo apoyan. El candidato abandonó por inviable la reducción de 10% de impuestos que había prometido y limpió el texto original de las referencia xenófobas y misóginas que lastraron su campaña en la primera vuelta. Kast se mantuvo en sus trece contra al aborto, pero se comprometió a no imponer sus creencias religiosas en el Congreso, donde tendrá 15 de 155 diputados. “En nuestro primer programa nos ganó el entusiasmo”, cuando no esperaba pasar a la segunda vuelta. Boric tomó nota de los cambios que impulsó su rival al listado original de propuestas. “A nosotros no nos avergüenza nuestro programa”, dijo, “el otro candidato pasó de cientos de páginas, a avergonzarse del 80% de su programa”.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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