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Venezuela conmemora el Bicentenario de Carabobo, la batalla que le dio la independencia

Nicolás Maduro organiza festividades de Estado y una parada militar mientras recibe a sus aliados regionales del ALBA

Venezuela Batalla de Carabobo
Momento en el que se realiza la parada militar que conmemora la Batalla de Carabobo, en Venezuela.Miraflores Press HANDOUT (EFE)

Venezuela celebra los 200 años de la Batalla de Carabobo, el combate decisivo de las tropas comandadas por Simón Bolívar en 1821 para consolidar la independencia de la Corona Española. La batalla puso fin a una relación colonial de 300 años y a un descarnado conflicto civil, la Guerra de Independencia, de diez años de duración.

Con la victoria obtenida por las fuerzas patriotas en contra de las tropas españolas comandadas por el general Miguel de la Torre, Bolívar ocupa militarmente el centro del país y consolida su control sobre Venezuela y la Nueva Granada, hoy Colombia, ya liberada luego de la batalla de Boyacá. Sería la primera piedra para la construcción de la Gran Colombia, el famoso intento de construir una nación federada que iba a incluir también el Ecuador, y que se iba a derrumbar nueve años después.

El 24 de junio es, desde entonces, uno de los feriados más importantes de Venezuela: el Día del Ejército. En medio de una inusitada escasez de recursos, Nicolás Maduro ha decidido continuar con las festividades de Estado y ha nombrado una Comisión Presidencial Bicentenaria para conmemorar la efemérides. La televisión estatal ha estrenado un seriado sobre la Batalla de Carabobo dirigido por el realizador Luis Alberto Lamata.

Se han invertido recursos para reparar el ornato público y engalanar las plazas y avenidas, —uniformando la fachada de las ciudades de color gris—, y se han colocado motivos alusivos, murales y afiches en Caracas y otras ciudades venezolanas.

Luego de haber quedado suspendido en 2020 por los efectos de la pandemia, este año se ha organizado de nuevo el tradicional desfile militar en el Campo de Carabobo, el sitio en el cual tuvo lugar el combate: un parque cívico conmemorativo inaugurado hace 100 años, ubicado a unos 200 kilómetros de Caracas. El desfile fue presidido por el ministro de la Defensa, el General en Jefe Vladimir Padrino López, una de las piezas claves del régimen. Curiosamente, Maduro no estuvo presente, estaba recibiendo a los cancilleres de los países que integran la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos, ALBA, el foro subregional de los aliados del chavismo.

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La efemérides de Carabobo ha sido combustible para la propaganda chavista en torno a la soberanía nacional y la injerencia extranjera en el contexto político actual, y le da continuidad a la interpretación militar del devenir histórico nacional, que tradicionalmente ha sobrevalorado las proezas de la guerra de independencia en detrimento de sus logros civiles.

“Volver a Carabobo”, a rescatar el mito fundacional de la patria, y consolidar en el presente “la segunda independencia nacional”, ha sido una proclama extremadamente común en la mayoría de los políticos y militares venezolanos de estas décadas.

“No creo que se trate de evaluarlo desde la épica pura y simple”, matiza el historiador y académico Edgardo Mondolfi Gudat. “Pero sin dudas que Carabobo concreta logros fundamentales para lo que iba a ser la estructura futura de la República. Carabobo es un desarrollo político y militar muy importante para la causa de la independencia. Entre otras, originó la consolidación del Ejército Libertador y la integración militar definitiva con las fuerzas colombianas bajo el mando de Bolívar”, añade.

Las reflexiones sobre los 200 años de Carabobo han incluido a los sectores opositores políticos y civiles y los centros de pensamiento del país. “Destaco en particular el esfuerzo que han hecho las universidades y la Academia Nacional de la Historia para ofrecer reflexiones sobre la Batalla de Carabobo, particularmente desde el punto de vista de la nueva historiografía militar”, afirma Mondolfi Gudat.

“No es necesariamente pernicioso que revisemos el desarrollo de la historia militar del país”, afirma el también historiador y escritor Tomás Straka. “Si Bolívar hubiese perdido la Batalla de Carabobo, lo que soñaron los pensadores civiles venezolanos para darle los perfiles definitivos a la República no hubiese sido posible”, agrega.

La Batalla de Carabobo es la consecuencia de un pacto militar sellado por Simón Bolívar y el general Pablo Morillo a nombre del Reino de España, el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, o Tratado de Trujillo, que otorga parámetros humanitarios y consideraciones mínimas dentro de las hostilidades, y que cierra el ciclo de la guerra de exterminio, o guerra a muerte, que ambos bandos venían desarrollando desde 1813. Poco después, Morillo regresa a España y deja en el mando a La Torre.

Straka relata: “En 1820, la República de Colombia que ha ideado Bolívar —fruto de la fusión de Venezuela, la Nueva Granada y Ecuador— ya era una realidad en la Orinoquia, la Guayana venezolana y el centro de la Nueva Granada, con su capital Bogotá. Luego de la victoria de Carabobo, acompañado de otros éxitos militares, Bolívar suma a Cartagena, Maracaibo, y Panamá, cuyos líderes también deciden acompañarlo, e incorpora a Caracas a la futura República de Colombia”.

Poco después de la Batalla de Carabobo, Bolívar emprendería la campaña militar independentista sudamericana, camino a Ecuador, Perú y Bolivia. La Torre viajará a Puerto Rico, uno de los bastiones españoles en el caribe, donde ocuparía durante los 15 años siguientes el cargo de Capitán General.

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