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Borrell pide en Múnich a la UE más “apetito de poder”

El Alto representante defiende mayor autonomía europea ante la bipolaridad China-EE UU

El Alto Representante de la Unión Europea para política Exterior, Josep Borrell, durante su intervención en la conferencia de Seguridad de Múnich el domingo.
Ana Carbajosa

Una política europea exterior y de defensa más decidida y asertiva. Ese es el mensaje que han defendido destacados lideres europeos en la conferencia de seguridad de Múnich este fin de semana. “Europa tiene que desarrollar apetito de poder”, ha dicho Josep Borrell, Alto Representante de la UE para la Política Exterior, quién en línea con lo que pidió el presidente francés, Emmanuel Macron, el día anterior, pidió una mayor autonomía y agilidad europea.

Ante los desafíos que se acumulan dentro, pero también fuera de la Unión, Borrell defendió que “decir que estamos preocupados no soluciona nada. Europa tiene que desarrollar apetito de poder, el deseo de actuar y aprender el lenguaje del poder”. Ese lenguaje debe pasar, según el Alto comisionado por prescindir de la unanimidad cuando sea necesario.

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Poder militar, pero no solo. Se refirió el Alto representante a la política de lucha contra la crisis climática, a la necesidad de desarrollar una diplomacia climática europea, porque por mucho que Europa reduzca sus emisiones, sin el consenso internacional será insuficiente. Defendió que cada vez que se firme un acuerdo comercial, el capítulo climático forme parte de la negociación. Lo mismo con la exigencia del respeto a los derechos humanos, aunque eso suponga prescindir en ocasiones de la unanimidad en el Consejo Europeo para esquivar vetos nacionales. Quienes se pongan de acuerdo actuarán, aunque no pueda ser bajo la bandera de toda la UE. “Si no, estaremos completamente paralizados”. También como Macron, Borrell consideró que “hacemos demasiado poco y somos demasiado lentos. […] Si viene una crisis, no estaremos preparados para afrontarla”.

El rol de Occidente, debilitado debido a las fisuras internas y a la evolución de potencias globales como China y Rusia desde fuera ha sido el tema de esta conferencia de seguridad de Múnich, que ha reunido a más de 40 jefes de Estado y de Gobierno. La fragilidad del vínculo transatlántico ha sido precisamente uno de los temas más presentes en el encuentro, al que han asistido el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo y el de Defensa, Mark Esper.

Borrell prescindió de los rodeos al afirmar que “hay que aceptar que hay diferencias sustanciales con los Estados Unidos actuales”, y citó entre las diferencias el tratado nuclear iraní, del que Washington se ha desmarcado. Mencionó también Oriente Próximo y la necesidad de un posicionamiento europeo al último plan estadounidense. “No basta con decir que no va a funcionar, tenemos que ser capaces de ofrecer algo mejor”.

Eso no quiere decir que no haya que trabajar para fortalecer la Alianza Atlántica, sin la cual, según Borrell, Europa no sería capaz de defenderse. Pero advirtió, de que en un contexto de bipolaridad China-EE UU, Europa no puede “quedar atrapada, tiene que tener cierta autonomía”. A las tensiones comerciales entre Pekín y Washington se suma una guerra fría tecnológica y latente, que ha cobrado cuerpo con Huawei, el gigante de las telecomunicaciones, que EE UU considera un instrumento de injerencia. Los países europeos no comparten la visión estadounidense y trabajan en su propia política comercial con China.

Laschet critica a Merkel

El presidente francés, Emmanuel Macron, criticó en Múnich la falta de respuesta alemana a sus propuestas para reformar la UE. Su supuesta frustración –él lo llamó “impaciencia”- era esperable. La verdadera sorpresa fue que hiciera suyas semejantes críticas un político alemán, y en particular que ese político fuera Armin Laschet. Este político conservador es el jefe de Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, el Estado federado alemán más poblado. Pero es sobre todo uno de los favoritos para suceder a Merkel y un conocido aliado de la canciller.

En Múnich sin embargo, Laschet criticó a Merkel, por considerar que Berlín ha arrastrado los pies, ante las ambiciones francesas de reformas. “me hubiera gustado una respuesta más determinada, más rápida”, dijo. “El presidente francés hace propuestas y nosotros tardamos mucho en reaccionar, dijo lamentándose de que a pesar de que el contrato de coalición contempla un nuevo punto de partida para Europa, “no hemos visto gran cosa por el momento”.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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