El Chapo Guzmán, auge y caída del narcotraficante más poderoso

Uno de los interrogantes que sembró el juicio es el de que El Chapo no es en realidad quien ha movido los hilos del narcotráfico todos estos años. Que el poder detrás del trono ha sido siempre su socio y compadre Ismael Zambada García, un capo de bajo perfil conocido como El Mayo, quien lleva medio siglo dedicado al tráfico de drogas sin haber pisado nunca una cárcel. Este reportaje especial indaga sobre la compleja estructura del cartel de Sinaloa, la relación con los políticos mexicanos y el auge del grupo criminal.

La celda es pequeña. No más de nueve metros cuadrados. Un ventanuco dispara una luz azulada en la estancia. Hay un lavabo metálico, una taza, dos rollos de papel higiénico y, en una esquina, un camastro con un antifaz. EL PAÍS reconstruye en este reportaje la vida de El Chapo en el penal de Ciudad Juárez, la última prisión mexicana que acogió al narcotraficante más buscado del planeta.

Hijo de campesinos pobres, El Chapo nació en La Tuna, un pequeño pueblo de Sinaloa, en el noroeste de México. Estudió hasta sexto de primaria y se fue de su casa cuando era un adolescente. Aquí puede leer más sobre los primeros pasos de Joaquín Guzmán Loera hasta su segunda fuga de prisión en julio de 2015.

Oculto en el carrito de la ropa sucia, el capo mexicano escapó en 2001 de Puente Grande, una cárcel de máxima seguridad en el occidente de México. Más de 60 funcionarios de la prisión participaron en el plan de fuga, según la investigación oficial del caso. La revista Forbes ya lo había considerado entonces como uno de los hombres más ricos del mundo.

"Reconozco la labor de las instituciones de seguridad del Estado mexicano, para lograr la aprehensión de Joaquín Guzmán Loera en Mazatlán [noroeste de México]". Así anunció el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, la captura de El Chapo en febrero de 2014. La detención definitiva fue producto de la colaboración de las autoridades de México y EE UU, y se presumió como un golpe tremendo al cartel de Sinaloa, el más longevo del país. 

Tras su detención, unas 2.000 personas salieron a la calle para pedir la liberación del narcotraficante mexicano. Desde entonces planeaba la exigencia de Estados Unidos para que fuera extraditado. “El pueblo no está conforme con la extradición. No lo permitimos. Exigimos que no proceda”, decía una pancarta. La policía lanzó gas lacrimógeno y detuvo a 10 personas que participaban en la manifestación.

La persecución llegó a su fin. El Chapo fue detenido en enero de 2016. Joaquín Guzmán Loera, el hombre cuyas fugas habían humillado al Gobierno de México y cuya historia ya forma parte de la leyenda criminal, cayó en Sinaloa, su tierra natal, a manos de comandos de la Marina.

La captura del capo fue oficializada por el entonces presidente, Enrique Peña Nieto con un eufórico mensaje en Twitter: "Misión cumplida: Lo tenemos".

El líder del cartel de Sinaloa se escapó a las nueve de la noche del sábado 11 de julio del penal de máxima seguridad de El Altiplano por un túnel de 1.500 metros de longitud. El pasadizo, iluminado y ventilado; la peligrosidad del reo, que solo necesitó ir a la ducha para desaparecer, y la impunidad que revela todo el increíble plan de huida situaron al Gobierno mexicano ante el más grave de los retos y pusieron en duda su capacidad para hacer frente a su enemigo público número uno. Este gráfico detalla la segunda fuga de El Chapo.

El Chapo dio rienda suelta a su megalomanía y movió los hilos para poner en marcha una película sobre su propia vida. Se reunió en secreto en octubre de 2015 con el actor Sean Penn y con la actriz Kate del Castillo para planear el supuesto filme. Penn publicó una polémica entrevista para la revista Rolling Stone. Todo ello mientras las fuerzas de seguridad mexicanas desplegaban a miles de soldados en busca del sanguinario narco, que eventualmente lo ubicaron gracias al encuentro con los actores.

La pasión de El Chapo por la protagonista de La reina del Sur se desveló en una serie de mensajes cifrados a los que tuvo acceso EL PAÍS y después en una carta que se filtró a la prensa. Kate del Castillo denunció una persecución del Gobierno y después dio su versión del encuentro con Guzmán en un documental de Netflix.

Guzmán fue extraditado el 20 de enero de 2017 a Estados Unidos. El violento líder del cartel de Sinaloa encara su mayor miedo: ser juzgado por Estados Unidos. El traslado se produjo en el último día de la presidencia de Barack Obama y en vísperas de la investidura de Donald Trump, en un intento del Gobierno de México de enviar una señal de buena voluntad en tiempos inciertos para la relación bilateral.

El juicio de El Chapo no tuvo precedentes, no solo por lo que sucedió en la corte federal de Brooklyn, sino por todo lo que rodeó al caso. El jurado estuvo completamente aislado y protegido por guardias armados en todo momento. Además, el traslado del capo fue vigilado por helicóptero y obligó a cortar el tráfico en los alrededores de la corte dos veces al día.

El juicio arrancó con el testimonio de Jesús El Rey Zambada García, hermano de El Mayo. El Rey fue detenido en octubre de 2008 y dio una clase magistral sobre el narco: las ganancias, el tráfico de cocaína y el reparto de beneficios de una cadena que se extendía desde Colombia hasta las calles de EE UU. Fue el primero de más de una decena de antiguos colaboradores que testificaron contra Guzmán.

Sinaloa vivía bajo una suerte de pax narca mientras se desarrollaba el juicio contra el capo. Con Guzmán en el banquillo, la figura de El Mayo Zambada cobró más fuerza, en la extensa hidra que es el cartel de Sinaloa.

El caso arrojó luz sobre los rincones más siniestros del tráfico de drogas: los asesinatos, la traición, los sobornos, las guerras entre rivales... En estas 40 crónicas de las sesiones judiciales se encuentran los protagonistas y las claves del mayor juicio por narcotráfico celebrado en Estados Unidos.

El juicio ha sido un momento clave en la historia de la lucha contra las drogas. Y ha permitido al Gobierno estadounidense exponer, con todo lujo de detalles, un mundo de crímenes, excesos y corrupción, que han ido desentrañando a través de años de investigación 300.000 páginas de documentos y miles de conversaciones grabadas.

El Chapo fue declarado culpable en febrero de los cargos que le imputaba la justicia estadounidense, principalmente liderar un grupo criminal, traficar con cocaína y torturar, sobornar y asesinar para defender su negocio. Ese fue el veredicto del jurado popular que durante casi tres meses examinó en Brooklyn (Nueva York) los testimonios y la avalancha de pruebas presentadas contra el capo mexicano.