México extradita a Estados Unidos a ‘El Chapo’ Guzmán

Joaquín El Chapo Guzmán se ha ido de México. El violento líder del cartel de Sinaloa encara ahora su mayor miedo: ser juzgado por Estados Unidos. El Gobierno mexicano ha confirmado que el capo ha sido extraditado al país del norte, donde enfrentará seis procesos por varios delitos en al menos tres juzgados estadounidenses. De esta manera ha culminado la relación de México con su prisionero 3192, que se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para el Estado al encabezar un imperio criminal y por haberse fugado en dos ocasiones de prisiones de máxima seguridad.

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Guzmán aterrizó en Nueva York minutos antes de las nueve de la noche. Fue recibido en el aeropuerto por elementos de la DEA, la fuerza antidrogas de Estados Unidos. El líder del cartel de Sinaloa enfrentará acusaciones de tráfico de drogas en cortes de California y cargos por asesinato y lavado de dinero en juzgados de Texas. Sin embargo, se presume que la mayor batalla legal sea librada en el Estado donde el capo aterrizó esta noche. La fiscal Loretta Lynch había llevado en 2009 a una corte federal del distrito este en Brooklyn cientos de denuncias que responsabilizan a El Chapo de introducir desde 230 kilos hasta 23 toneladas de cocaína al país por más de una década. El Departamento de Justicia ha dicho esta tarde en un comunicado que pronto dará a conocer los detalles del día y la hora en que Guzmán se parará por primera vez frente a un togado estadounidense.

La Secretaría de Relaciones Exteriores informó la tarde de este jueves de que el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México negó un amparo a Guzmán Loera. La defensa del narcotraficante había elegido desde septiembre de 2015, cuando la justicia mexicana dio luz verde a la extradición, una estrategia legal que empantanó el proceso con amparos y triquiñuelas legales. El fallo del tribunal de este jueves consideró que “no fueron ni han sido vulnerados” los derechos humanos del delincuente en los procedimientos.

Exteriores informó que tras la decisión judicial se puso al prisionero a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía). “El Gobierno de la República el día de hoy entregó al señor Guzmán Loera a las autoridades de los Estados Unidos”, afirma el comunicado. El Departamento de Justicia de EE UU confirmó la información y agradeció al Gobierno mexicano "la extensa cooperación y asistencia" brindada a este caso. 

La llegada de Guzmán Loera a Estados Unidos ha sido bien vista por los políticos republicanos. Horas antes de que inicie la Administración Trump, Ed Royce, un congresista que preside el Comité de Relaciones Exteriores en la Cámara de representantes dijo que la extradición "marca un momento importante en la relación entre Estados Unidos y México". "Espero que esto lleve a una mayor cooperación entre nuestros países para destruir a los carteles de la droga", dijo el legislador en un comunicado.    

La Suprema Corte de Justicia rechazó el miércoles dar trámite a dos nuevos recursos de amparo promovidos por los letrados del narcotraficante. El tribunal constitucional consideró que la defensa no estaba legitimada para promoverlos. La familia del capo también ha protagonizado un culebrón para mantener a Guzmán Loera en México. En octubre, Emma Coronel, la esposa de El Chapo, acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington para denunciar el maltrato del que era víctima su marido. “Está enfermo de los nervios, de depresión”. En diciembre, el capo había tramitado un nuevo amparo para obtener una segunda cobija en su celda y así afrontar las gélidas noches en prisión.

El Chapo Guzmán está ahora bajo custodia de las autoridades de Estados Unidos. El preso había sido enviado a una prisión de Ciudad Juárez, en Chihuahua (al norte de México, en la frontera con Texas) en mayo de 2016. Antes de eso, Guzmán estuvo cuatro meses en la prisión del Altiplano, desde el 8 de enero de 2016, cuando fue recapturado en Los Mochis, Sinaloa. El Chapo se había fugado de esa misma cárcel en julio de 2015, cuando sus secuaces cavaron un túnel de 1.500 metros desde una construcción hasta la celda del capo. Durante más de seis meses fue el prófugo más buscado de México.