Rusia y China impulsan su relación bilateral a un nivel “sin precedentes”, según Putin
El presidente ruso y el líder chino firman un paquete de acuerdos económicos. Huawei desarrollará la tecnología 5G en Rusia
Pocos líderes están tan cómodos el uno con el otro como el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping. Aliados por conveniencia nacional, amigos por afinidad personal, se han reunido 30 veces en seis años. Este miércoles, en una nueva cumbre en Moscú firmaron una serie acuerdos comerciales y una declaración conjunta en la que visibilizaron su posición común en temas globales clave. Con ello dieron “un nuevo impulso” a un vínculo bilateral que Putin describió situada en un nivel “sin precedentes”.
La relación bilateral ha cobrado más importancia que nunca para ambos, con Rusia aislada de Occidente y en plena guerra comercial entre Washington y Pekín. Ambos líderes se han saludado con calurosas sonrisas y un apretón de manos. El presidente chino inició su viaje a Rusia en Moscú, pero será invitado de honor en el Foro Económico de San Petersburgo estos días, el evento empresarial más importante del país. “Estoy convencido de que esta visita nos reportará nuevos éxitos impresionantes”, aseguró Xi. “Paso a paso hemos sabido llevar nuestras relaciones al más alto nivel de su historia. No hay límites para el perfeccionamiento de nuestras relaciones. Serán sólo mejores y mejores”, añadió.
El líder chino necesitaba ese entusiasmo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de rebajar las perspectivas de crecimiento de China, del 6,3% al 6,2%, por los efectos de la guerra comercial, y su Gobierno estudia cómo responder de manera efectiva a unos golpes estadounidenses que han elevado hasta el 25% los aranceles sobre productos chinos por 200.000 millones de dólares (178.000 millones de euros), que amenazan con extender esos impuestos sobre los 300.000 millones restantes y que han cerrado el acceso al mercado estadounidense a Huawei, el gigante tecnológico chino. Por el momento, Pekín ha contestado con nuevos aranceles sobre 110.000 millones de dólares de sus importaciones de EE UU y anunciando una “lista negra” de empresas que veten a compañías chinas por razones ajenas al interés comercial.
Con las relaciones entre Moscú y Washington cada vez más perjudicadas por las acusaciones de injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016 y una economía renqueante, también Putin necesita el apoyo del hombre que le ve como un “amigo del alma”, como le definió Xi en una entrevista a la agencia estatal rusa Tass. Rusia tiene esperanzas de que el aumento de sus relaciones con China supongan un incremento de la inversión ahora que la economía rusa se desacelera.
Con esos mimbres, Putin y Xi pusieron este miércoles sobre el tapete una serie de acuerdos en materia de energía, defensa, aviación, agricultura, tecnología y comercio electrónico. Uno de ellos, entre Huawei y compañías de telecomunicaciones rusas para el desarrollo de una red 5G en Rusia. Otro, entre Alibaba, la mayor empresa de comercio online de China, con empresas rusas. Alianzas para “contrarrestar las restricciones infundadas al acceso a los mercados de productos de tecnologías de la información, con la excusa de garantizar la seguridad nacional”, dijeron ambos líderes en una declaración conjunta, en clara referencia a EE UU. Además, impulsados por el riesgo de nuevas sanciones sobre Rusia, acordaron desarrollar un sistema para utilizar rublos y yuanes en su comercio bilateral y reducir todo lo posible el uso del dólar.
El año pasado, China se convirtió en el mayor socio comercial de Rusia, con intercambios por unos 100.000 millones de dólares (89.000 millones de euros). En comparación, el comercio de Estados Unidos con Rusia fue de 27.500 millones de dólares. Y aunque la inversión directa de China en Rusia está por debajo de la de EE UU o la UE, importantes proyectos han impulsado las relaciones entre Moscú y Pekín en los últimos tiempos. Como el gasoducto Power of Siberia, que está previsto que empiece a bombear gas a China en diciembre. También el firmado por la gasista Novatek para vender una participación en su proyecto de gas licuado en el Ártico a empresas chinas.
Acuerdos que dan más peso a una alianza que ha resultado muy beneficiosa para ambos, señala Serguéi Lukokin, de la Academia de Ciencias de Rusia. Putin y Xi avanzan así la senda por la que caminan desde 2014, cuando las sanciones occidentales contra Rusia por anexionarse la península ucrania de Crimea, le acercó a Asia. “La relación y los acuerdos con China no van a paliar el efecto de esas sanciones pero sí que pueden aliviarlo en sectores concretos, como el energético o el tecnológico, donde aún hay margen”, apunta Lukokin.
Los dos ex rivales comunistas de la Guerra Fría mostraron este miércoles de nuevo que su acercamiento no es una cosa puntual con fecha de caducidad, como habían previsto hace años muchos analistas, sino un movimiento geoestratégico de alto alcance y largo aliento. Su cita en Moscú se produjo mientras los principales líderes occidentales conmemoraban el 75 aniversario del desembarco del Día D de la Segunda Guerra Mundial. Una cita a la que Putin —que sí asistió al 70 aniversario—, no fue invitado. Rusia (la URSS) no participó en el Día D, pero el empuje soviético en el frente oriental fue crucial para derrotar a los nazis.
Putin y Xi tenían previsto coronar su provechosa jornada con una visita al famoso Teatro Bolshoi. Además, en uno de los gestos que ponen evidencian la predilección china por el país, Xi entregó al zoo de Moscú una pareja de osos panda. “Aceptamos este regalo con gran respeto y gratitud. Estos animales son el símbolo nacional de China, y apreciamos mucho este gesto de amistad", dijo el presidente ruso con una sonrisa.
La visita de Xi a Rusia, donde encabeza una delegación de más de un millar de empresarios y funcionarios de alto nivel, “dará un fuerte impulso suplementario al desarrollo de las relaciones bilaterales”, prometió Putin. Ambos líderes seguirán compartiendo mesa y mantel en el Foro de San Petersburgo, pero si queda algún fleco no tendrán que esperar mucho para retomarlo. Coincidirán de nuevo en el G20 de Osaka a finales de mes. Su trigésimo primer encuentro.
Con Venezuela e Irán
Rusia y China, los principales respaldos internacionales del régimen de Nicolás Maduro, emitieron este miércoles una declaración conjunta en la que llamaron al diálogo en Venezuela y se opusieron a una intervención extranjera en el país latinoamericano. Además, recalcaron su oposición a las sanciones unilaterales de EE UU a Irán y piden a Teherán que se abstenga de tomar medidas para terminar el Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear iraní.
En el texto critican también la retirada de EE UU del tratado de armas nucleares de medio alcance (INF), un pacto clave para el control de armas de la época de la Guerra Fría. Esa medida (que Moscú replicó después, retirándose a su vez del pacto) "socavará la estabilidad estratégica", dijeron.
También mostraron su preocupación por la creciente amenaza de una carrera de armamentos en el espacio y pidieron un acuerdo internacional legalmente vinculante que las prohíba. "La prohibición del despliegue de cualquier arma en el espacio evitaría una amenaza grave para la paz y la seguridad mundiales", dijeron Putin y Xi en el comunicado.
Los dos mandatarios quisieron dejar clara su postura común en el terreno internacional, donde comparten posturas sobre Siria y Corea del Norte. Este miércoles, bloquearon este miércoles en la ONU una declaración sobre la represión en Sudán.
“Ahora nos estamos esforzando por trabajar estrechamente en el escenario mundial en aras de la estabilidad, la seguridad global y regional. Juntos, nuestros países hacen una gran contribución para resolver los problemas mundiales agudos, contrarrestar los nuevos desafíos y amenazas, abogan conjuntamente por la formación de un nuevo orden mundial equitativo basado en la multipolaridad", dijo Putin en su discurso durante la cena de gala para el líder chino.
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