De pie sobre el váter para hacer sitio: 900 inmigrantes en un espacio para 125
Un informe oficial describe la situación límite en el centro de detención de inmigrantes en El Paso, Texas, donde se ha disparado la llegada de familias centroamericanas
El lugar se llama Centro de Procesamiento de El Paso del Norte y es el centro de detención al que van los inmigrantes irregulares inmediatamente después de ser detenidos al cruzar el río Grande en dirección a Estados Unidos, en El Paso, Texas. Es un centro temporal y tiene capacidad para 125 personas. El pasado 7 de marzo, una inspección oficial del Gobierno encontró allí hacinadas a 750 personas. Cuando volvió dos días después, se encontró a 900.
El Paso se ha convertido en la zona cero de la nueva forma de la inmigración irregular en Estados Unidos. Los inmigrantes llegan caminando por el río a la valla que está en el centro de la ciudad y se entregan allí a la policía. En los primeros seis meses de este año fiscal (desde octubre) ya han llegado más inmigrantes que en todo 2017 o todo 2018. El informe oficial de la inspección de DHS (siglas en inglés del Departamento de Seguridad Nacional), adelantado este viernes por CNN, destaca en concreto que la llegada de “unidades familiares” (al menos un adulto con al menos un menor) ha aumentado un 1.816% hasta las 74.000 personas en seis meses. Más 14.000 adultos solos, más 10.000 menores no acompañados.
El hacinamiento que describe el informe oficial viola las normas de seguridad del lugar. En una celda preparada para 12 personas había 76, en otra para 35 había 155. El informe se acompaña de imágenes en las que se aprecia el hacinamiento y no se ve un centímetro de suelo libre. Las celdas pensadas para aislamiento de individuos peligrosos están siendo usadas para aislar a personas con enfermedades contagiosas.
“Nos preocupa que la congestión y la detención prolongada supongan un peligro no solo para los detenidos sino también para los agentes y funcionarios de DHS”, alerta el informe, firmado por el inspector general del departamento y dirigido a Kevin McAleenan, secretario interino. McAleenan dio una rueda de prensa hace dos meses en El Paso para denunciar estas condiciones delante de un grupo de inmigrantes que pasó una noche detenido debajo de un puente, en una especie de corral improvisado. La Patrulla Fronteriza ha instalado tiendas de campaña en el exterior del centro de procesamiento y está trasladando a algunos detenidos a otros puntos de la frontera.
Los agentes entrevistados dijeron que muchos detenidos habían estado en condiciones que les impedían sentarse en el suelo durante días o semanas. El informe explica que los empleados no pueden mantener los estándares higiénicos requeridos. “Con poco acceso a duchas o ropa limpia, los detenidos llevaban ropa manchada durante días o semanas”, dice el informe. “También observamos detenidos que se subían de pie en el váter para hacer sitio y poder respirar, y de esta forma impedían el acceso al retrete”.
El Departamento de Interior lleva varios meses publicando datos para ilustrar la crisis de capacidad de respuesta en la frontera. Los agentes que están en reclaman más recursos para poder hacer su trabajo y cambios en las leyes de inmigración. El jueves, la Patrulla Fronteriza anunció en un comunicado que en la madrugada anterior detuvo al grupo más grande jamás encontrado en la frontera de Estados Unidos. Fueron 1.036 personas que cruzaron el río Grande todas a la vez a las 4 de la mañana en El Paso, Texas.
Por este punto pasan familias de inmigrantes constantemente, que nada más llegar al otro lado se entregan a los agentes para pedir asilo. La situación ha desbordado la capacidad de respuesta, según ha denunciado el departamento. “La llegada de 1.036 individuos en un solo grupo, el grupo más grande que se hayan encontrado jamás los agentes, demuestra la gravedad de la crisis humanitaria y de seguridad en nuestra frontera suroeste”, dijo el comisionado Robert E. Perez en el comunicado.
Todos los detenidos en el grupo eran de Guatemala, Honduras o El Salvador. En el grupo había 39 adultos y 934 miembros de 2unidades familiares” el término técnico que se usa para definir al menos un adulto acompañado de al menos un niño. Otros 63 eran menores solos. La diferencia entre unos casos y otros es que los adultos solos pueden ser detenidos hasta que se vea su caso ante un juez. Si son mexicanos, son deportados inmediatamente. Si no, están detenidos lo que dure el proceso.
Los niños, sin embargo, solo pueden estar detenidos 72 horas y después tienen que pasar a custodia de los servicios sociales para ser alojados en refugios, con familias de acogida, o con familiares que se hagan cargo de ellos en Estados Unidos. Esta situación complica enormemente el papeleo y los traslados y hace imposible gestionarlo eficientemente, según el departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), lo que colapsa los centros de internamiento. La llegada de familias con niños ha aumentado considerablemente en el último año, a pesar de que las cifras absolutas de detenciones en la frontera son bajas comparadas con los máximos históricos.
El mismo jueves, The Washington Post aseguró que más de la mitad de los 2.000 menores que se encuentran detenidos por la policía de fronteras de Estados Unidos han sobrepasado el límite legal establecido para su liberación. El diario cita fuentes del departamento y su propio análisis de los datos oficiales.
Cientos de menores están detenidos más de una semana, según las fuentes anónimas citadas por el periódico. Más de 250 menores de 12 años han estado en centros de detención, un ambiente carcelario pensado para hombres adultos solos, una media de seis días. El Departamento de Vivienda y Servicios Sociales (HHS) dijo al Post que es consciente del atraso en la entrega de los menores y afirmó que tiene sitio para acogerlos, pero aclaró que su responsabilidad empieza solo cuando están bajo su custodia.
Los agentes de fronteras aseguran que las familias migrantes llegan más deprisa de lo que las pueden procesar y por eso no pueden cumplir los plazos legales. El informe de la inspección conocido el viernes explica que la actual situación impide no solo cumplir con las entregas de los menores a HHS en plazo, sino también con las entregas de los adultos para llevarlos a detención y también con la logística para moverlos a otros lugares de la frontera.
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