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Argentina

La Corte Suprema de Argentina demora el primer juicio oral contra Cristina Fernández de Kirchner

Los jueces piden el expediente para analizar reclamos de la defensa de la expresidenta. La primera audiencia estaba prevista para el 21 de mayo

Federico Rivas Molina
Cristina Fernández de Kirchner, al centro, posa con los dirigentes del peronismo que participaron el martes de la cumbre del Partido Justicialista, en Buenos Aires.
Cristina Fernández de Kirchner, al centro, posa con los dirigentes del peronismo que participaron el martes de la cumbre del Partido Justicialista, en Buenos Aires.Partido Justicialista

No habrá foto de Cristina Fernández de Kirchner en el banquillo de los acusados, al menos en la fecha prevista. El 21 de mayo, la expresidenta y un grupo de exaltos funcionarios y empresarios vinculados a la obra pública debían enfrentar su primer juicio oral por presunta corrupción. La Corte Suprema, en una decisión inesperada, ha puesto cerca de la suspensión el inicio de las audiencias. Por cuatro votos contra uno, los supremos pidieron el martes el expediente para analizar pedidos de las defensas, un trámite que puede demorar varios meses. El Gobierno de Mauricio Macri criticó con dureza la decisión de la Corte, a la que vincula con el peronismo.

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Cristina Fernández de Kirchner está procesada en 10 expedientes, de los cuales cinco ya fueron elevados a juicio oral. El único con fecha de sesiones era la causa Vialidad, que investiga los contratos que el empresario Lázaro Báez obtuvo durante el kirchnerismo y que lo convirtieron de cajero de banco en millonario en unos pocos años. La defensa de la expresidenta y el resto de los acusados presentó recursos ante todas las instancias posibles, pero los tribunales de segunda instancia rechazaron cada uno de ellos. Hasta que el tema llegó a la Corte. Sin expediente, el juicio no podrá empezar y la Corte no tiene plazo para analizarlo. La agenda judicial de Kirchner quedá, así, en manos del máximo tribunal.

El argumento de los jueces fue que cualquier fisura en la instrucción provocará demoras a futuro y hasta puede anular el proceso. Para el Gobierno, en cambio, detrás del fallo hubo motivaciones políticas. La Corte Suprema de Argentina está integrada por cinco jueces. Para el Ejecutivo, cuatro son peronistas y responden a los mandatos de la oposición. El único voto en disidencia fue el del presidente del Tribunal, Carlos Rosenkrantz, en su cargo desde octubre del año pasado tras una dura pulseada con su antecesor, Ricardo Lorenzetti.

Un fiscal federal ha pedido a la Corte que devuelva el expediente de la causa a mas tardar el martes próximo, para que sea posible iniciar el juicio, y que continúe los análisis que crea necesarios con la versión digigtal del expediente. Más allá de las cuestiones técnicas, Macri y varios de sus ministros no ocultaron su malestar, evidencia, a estas alturas, de que la relación con el máximo tribunal del país está muy deteriorada.

El fallo “genera la impresión en mucha gente de que la impunidad se puede consagrar, sobre todo teniendo en cuenta que el kirchnerismo manifiesta la Justicia debe ser militante”, es decir alineada con el oficialismo, dijo Peña a radio La Red. Para el ministro de Justicia, Germán Garavano, la decisión de la Corte tuvo “un condimento político muy grande”. “Lo que preocupa es que esto impide la realización de un juicio oral y nuestra Justicia siempre ha tenido una tendencia a no hacer los juicios orales”, dijo.

El calendario acompaña a Cristina Fernández de Kirchner. El 22 de junio vencerá el plazo para la presentación de los candidatos que participarán de las elecciones primarias abiertas y obligatorias, previstas para el 11 de agosto. Las generales se celebrarán el 27 de octubre. La expresidenta no ha dicho aún si será o no candidata a presidente y la suspensión del juicio le evita una foto al menos incómoda. Mientras tanto, Fernández de Kirchner no ha perdido el tiempo en el juego de las candidaturas.

El jueves pasado, la expresidenta presentó ante miles de personas su autobiografía Sinceramente, un libro que con 300.000 ejemplares vendidos se ha convertido en un fenómeno editorial que no tiene precedentes en Argentina. El martes, dio otro paso en la carrera. Cuando nadie la esperaba, Fernández de Kirchner se presentó en la convención que el Partido Justicialista, las siglas del peronismo, realizaba en Buenos Aires. Fue un regreso a las fuentes después de 23 años, cuando acompañó a su marido, por entonces presidente, Néstor Kirchner antes de romper con la estructura partidaria. La reunión la mostró junto a dirigentes históricos del partido. Hasta estuvo el sindicalista camionero Hugo Moyano, un hombre poderoso en capacidad de movilización y votos que alguna vez hizo campaña por Macri.

El inusual acercamiento de la expresidenta puso a la defensiva Alternativa Federal, un sector del peronismo liderado por gobernadores que ha advertido que cualquier alianza opositora no debe tener a Kirchner entre los socios. Queda poco más de un mes para que el peronismo defina cómo enfrentará a Macri en octubre y Cristina Fernández de Kirchner es aún el árbitro de la contienda.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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