Leopoldo López, un huésped excepcional y un protagonismo inesperado para España
La protección que otorga España al líder opositor la lleva a implicarse más en la búsqueda de soluciones
El recrudecimiento de la crisis que vive Venezuela ha otorgado a España un protagonismo inesperado. En pocas horas, que coincidieron con la madrugada española de un festivo —Primero de Mayo—, unas gestiones diplomáticas apresuradas concluyeron con la llegada del líder opositor Leopoldo López a dependencias españolas. La presión para todos los actores implicados en esta trama creció este jueves con la orden de detención que emitió el Tribunal Supremo contra López. El dirigente no tiene intención de abandonar la residencia del embajador, en la que lleva alojado ya más de 48 horas, ni España considera que esta vuelta de tuerca del régimen de Nicolás Maduro ponga en más aprietos al Gobierno de Pedro Sánchez. El Ejecutivo anunció este jueves por la noche que no tiene intención de entregar al líder opositor. En un comunicado, La Moncloa señala que se trata de un “movimiento judicial esperado” y confía en que Caracas “respete la inviolabilidad de la residencia del embajador español”. El Gobierno recuerda que López, su mujer y su hija de 15 meses se alojan en la residencia del embajador por “voluntad propia”, algo que corroboró casi al mismo tiempo el propio López en declaraciones a la prensa en el jardín de la vivienda del diplomático.
Las autoridades españolas no sospechaban que la icónica salida de López de su arresto domiciliario —fue liberado por el presidente provisional, Juan Guaidó— fuera a saldarse, en apenas unas horas, con la llegada de ese huésped excepcional a suelo diplomático español. El primer impulso de López fue refugiarse en la Embajada de Chile en Caracas (todas las legaciones diplomáticas son inviolables). Allí se dirigió, antes de la medianoche del 30 de abril (hora española), por sus propios medios. Lo hizo porque, además de ser uno de los países más favorables a Guaidó, se trataba del lugar seguro más cercano a donde se encontraba.
Primero llegaron la esposa de López, Lilian Tintori, y su hija. Después se sumó el líder opositor. Pero las circunstancias que se daban en las dependencias chilenas frustraron esa primera vía. La residencia del embajador chileno ya alojaba a otros disidentes venezolanos: Freddy Guevara y Roberto Enríquez viven allí desde 2017. Así que alrededor de las 2.00 de esa misma madrugada, los tres miembros de la familia se trasladaron a la residencia del embajador español, Jesús Silva Fernández.
Consentimiento
La decisión requirió el consentimiento del ministro de Exteriores y jefe de la diplomacia, Josep Borrell. Para evitar un posible arresto o asalto, el traslado entre esas dos dependencias —la chilena y la española— se hizo en un vehículo diplomático, muy probablemente de la legación chilena, según detallan fuentes cercanas a la oposición venezolana.
La elección de la vivienda española —fue el propio López el que pidió alojarse allí— otorga un mayor protagonismo al Ejecutivo español en la gestión de esta crisis. Aunque España ya ejercía un cierto liderazgo en la Unión Europea respecto al conflicto venezolano, la baza de acoger a uno de los mayores rivales de Maduro abre nuevas posibilidades. “Aún es pronto para hablar, pero nosotros haremos todo lo posible, con el grupo de contacto conformado por países europeos y latinoamericanos, para que el proceso se encamine a la celebración de elecciones”, aseguran fuentes gubernamentales españolas.
La familia López-Tintori testó este jueves los límites del cerco que le impone el régimen de Maduro. Durante el día, Tintori pudo abandonar la residencia del embajador y desplazarse a su domicilio, que había sido saqueado, acompañada de varios medios de comunicación. Pese al acoso que denunció de los servicios de inteligencia, Tintori regresó sin problemas a la Embajada española. López, en cambio, no podrá poner un pie en la calle porque se arriesga a ser detenido y encarcelado. Los próximos pasos dependerán de cómo evolucione el pulso entre Guaidó y Maduro.
Borrell desmiente a Iglesias
El ministro de Exteriores, Josep Borrell, se mostró este jueves muy molesto por las reflexiones de Pablo Iglesias a cuenta de la crisis en Venezuela. El ministro lamentó que el líder de Podemos afirmara que el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, “no quiere elecciones libres”. Respecto a la insinuación que hizo Iglesias de que Exteriores había admitido a esta formación que fue un error reconocer a Guaidó, Borrell señaló desde Jordania: “Debo desmentirlo rotundamente”.
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