¿Tiene derecho Italia a cerrar sus puertos a los migrantes?
Un repaso a las reglas del mar y las 'praxis' de los rescates para entender qué pasa en el Mediterráneo
Más de 600 migrantes llevan un día bloqueados en medio del Mediterráneo a bordo del buque humanitario Aquarius, después de que el líder de la xenófoba Liga y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, anunciara el cierre de los puertos del país y exigiera que la vecina Malta se encargara del desembarco. La pregunta nace espontánea: ¿Italia puede cerrar sus puertos? ¿Quién es responsable de acoger a los migrantes? ¿Puede acogerlos España, país que acaba de ofrecerse a recibir al barco operado por las ONG SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras?
La respuesta es más compleja de lo que parece. Si por un lado Italia puede cerrar sus puertos, por el otro tiene que cumplir con la obligación internacional de acoger a quienes estén en peligro en el mar. El experto en Derecho Marítimo y oficial retirado de la Marina Militar italiana, Fabio Caffio, explica que un país puede restringir la entrada a su territorio en el ejercicio de su derecho soberano. "Se puede alegar una violación del orden público debida a la inmigración irregular", detalla, "aunque esto choca siempre con el bien prioritario de la salvaguarda de la vida".
Tanto la normativa internacional como, indirectamente, la Constitución Italiana, establecen la obligación de los Estados de ayudar a quienes se encuentren en el mar en peligro de muerte, así como informar a las autoridades competentes, prestar la primera asistencia y llevar a los rescatados a un puerto seguro. Asimismo, negar la ayuda a los náufragos en Italia constituye un delito: el Código de la Navegación exige que cualquier buque, público o privado, intervenga en caso de emergencia.
Roberto Virzo, docente de Derecho Internacional en la Universidad LUISS, aclara que, más que cerrar sus puertos, un país puede impedir el acceso a sus aguas territoriales (hasta 12 millas desde la costa). "Pero una vez que una nave entre [en su territorio soberano] ya no puede ser rechazada, debido a que entre sus pasajeros puede haber quienes necesiten asistencia o tengan derecho a solicitar protección internacional", explica en conversación telefónica. "Hasta el momento, el Aquarius no ha entrado en aguas territoriales italianas, y hacerlo sin permiso supondría un delito".
Pero, ¿quién decide qué país tiene que hacerse cargo de un rescate? La Convención de Hamburgo establece que los países firmantes garanticen una zona de búsqueda y rescate (SAR, del inglés search and rescue). "Si el rescate tiene lugar en la SAR italiana, el barco debería ser llevado a un puerto seguro en Italia y viceversa si ocurre en Malta", detalla Virzo. "Pero Italia y Malta están jugando a que no se entiende muy bien dónde ha tenido lugar la operación". El Aquarius rescató a seis pateras en seis puntos distintos del Mediterráneo bajo instrucciones de Roma, informa Naiara Galarraga desde el buque humanitario.
El Centro Nacional de Coordinación del Rescate Marítimo de la Guardia Costera de Roma (IMRCC, por sus siglas en inglés) debe coordinar las acciones de rescate cuando recibe un aviso de emergencia en aguas internacionales del Mediterráneo, más allá de zona SAR. De la misma manera, debe alertar a la autoridad SAR del país competente para que se haga cargo de la operación, pero si esta no contesta o no está disponible, es el IMRCC responsable de coordinar las operaciones y asignar un lugar seguro de desembarco. La Guardia Costera italiana también aclara que la obligación no termina con el simple rescate en el mar: los rescatados deben ser desembarcados en un lugar seguro, donde se les garantice asistencia médica y la posibilidad de solicitar protección internacional.
Caffio mantiene que el concepto de puerto seguro no equivale a acogida. "No necesariamente tiene que ser el puerto más cercano ni en el país que coordina el rescate". El también experto del think tank Istituto Affari Internazionali asegura que Roma lleva años coordinando la mayoría de los rescates en el Mediterráneo central aunque estén fuera de su zona de competencia. Encargada de ocuparse de la SAR de Libia desde la caída de Muamar el Gadafi en 2011 —Libia volvió a ocuparse de su zona SAR en julio del año pasado y dio un paso atrás en diciembre—, añade que "la coordinación con Malta nunca ha funcionado bien". Por otro lado, explica que la nueva misión de Frontex en el Mediterráneo lanzada en febrero (Themis) ya no opera en alta mar, lo que ha vuelto a poner la pelota entre Italia y Malta.
"El problema es que Malta tiene una zona SAR demasiado amplia para su capacidad, y hasta el anterior Gobierno (italiano de centroizquierda), Italia cerraba un ojo y se hacía cargo", confirma Virzo, quien añade que el ofrecimiento de España para acoger al Aquarius en su puerto de Valencia "puede ser una solución, pero tanto Italia como Malta van a quedar muy mal". Caffio, por su parte, se pregunta que pasará con el próximo barco. "Quizás Italia y España formarán el primer núcleo de países europeos que tengan un acuerdo SAR en el Mediterráneo", desliza.
El derecho a la protección internacional
La agencia de la ONU para los refugiados ha pedido este lunes a ambos Gobiernos, tanto al italiano como al maltés, permitir el inmediato desembarque de los migrantes a bordo del Aquarius. "Hay un imperativo humanitario urgente", ha dicho Vincent Cochetel, enviado especial del organismo para el Mediterráneo Central. "Las personas están en apuros, se están quedando sin provisiones y necesitan ayuda rápidamente. Asuntos más amplios, como quién tiene la responsabilidad y cómo estas responsabilidades se pueden compartir mejor entre los Estados, deberían analizarse después", ha añadido.
La Convención de Ginebra sobre Refugiados establece en su artículo 33 el principio de no devolución y la Convención Europea de los Derechos Humanos obliga a ayudar a los rescatados si precisan curas urgentes y tienen necesidades primarias que no puedan satisfacerse a bordo del buque. "Fundamentalmente, el principio de rescate en el mar no debe ponerse en duda por incidentes como este", ha añadido Cochetel. "Otros Gobiernos deben actuar para apoyar a los países que se ocupan de las llegadas por mar. Esto podría incluir un mecanismo predecible en toda la región para el desembarco, basado en una buena cooperación entre los Estados y otros actores relevantes".
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