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China reducirá los aranceles a los automóviles importados en plenas negociaciones con EE UU

Trump se declara insatisfecho por la marcha de la negociación y niega acuerdos sobre ZTE

Un modelo de Tesla en la feria del automóvil de Pekín.
Un modelo de Tesla en la feria del automóvil de Pekín.Jason Lee (REUTERS)

El acuerdo entre China y Estados Unidos para rebajar sus tensiones comerciales empieza a traducirse en medidas concretas. El Ministerio de Finanzas del país asiático anunció este martes que reducirá los aranceles a los automóviles importados, pocos días después de que delegaciones de alto nivel de ambos países pactaran cesar sus hostilidades en materia comercial tras el compromiso de Pekín de incrementar “significativamente” las compras de productos estadounidenses.

Pese a los gestos, Donald Trump dejó claro este martes que el riesgo de una guerra comercial no ha desaparecido. En declaraciones a la prensa, el presidente de EE UU expresó su descontento por cómo está evolucionando las conversaciones con Pekín. "No estoy satisfecho pero tenemos un largo camino por delante", dijo. También recalcó que no hay de momento ningún acuerdo para devolver al fabricante chino de teléfonos móviles, ZTE, la posibilidad de volver a recibir materiales de EE UU, lo que significa levantarle una importante sanción que ha llevado a la firma a cesar buena parte de su actividad, informa Amanda Mars.

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Las autoridades chinas informaron de que se rebajarán las tasas a los vehículos fabricados en el extranjero en diez puntos porcentuales, del 25% actual hasta el 15%. La medida, que también afecta a componentes y piezas de recambio (en este caso las tasas se reducirán hasta el 6%), entrará en vigor el próximo 1 de julio. Si bien el mismo presidente Xi Jinping había anunciado ya en abril su intención de rebajar los impuestos de estos productos, su concreción se interpreta también como una concesión a Washington en plenas negociaciones sobre su relación comercial.

Trump había puesto precisamente el ejemplo de los automóviles en sus denuncias contra el proteccionismo y las prácticas desleales de China. El presidente estadounidense pedía una reducción de los aranceles hasta que se situaran en la misma tasa que su país aplica a estos productos procedentes del extranjero, actualmente del 2,5%. La cifra final queda lejos y sigue siendo alta si se compara con los estándares internacionales, pero supone la primera vez en una década que la administración china recorta impuestos a la importación de vehículos de pasajeros. En abril, dentro de un plan más amplio para liberalizar el sector, China anunció la eliminación progresiva de las restricciones que limitan el porcentaje de propiedad de las empresas extranjeras que fabrican automóviles en el país.

No es el primer gesto que se produce en China con el objetivo de disipar la posibilidad de un amplio conflicto comercial con Estados Unidos. A finales de la semana pasada, coincidiendo con la visita del equipo negociador chino a Washington, el Ministerio de Comercio suspendió sus medidas arancelarias y la investigación por prácticas desleales sobre el sorgo estadounidense al considerar que perjudicaban “el interés público”.

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Por otra parte, Estados Unidos ultima, según Reuters, una vía para eliminar la prohibición sobre el gigante de las telecomunicaciones chino ZTE, pero Trump negó acuerdo algunos. La Administración ha prohibido a esta firma hacer negocios con empresas estadounidenses durante siete años por el incumplimiento de una sentencia en la que se declaró culpable de vender tecnología a Irán y a Corea del Norte. El grupo, que se nutre de proveedores estadounidenses para fabricar teléfonos móviles, suspendió su actividad operativa este mes y paralizó sus ventas. Para la delegación china, encontrar una salida a la compleja situación de ZTE ha sido una de las grandes prioridades de las negociaciones. El plan implicaría que la empresa china hiciera frente a fuertes multas y relevara a su equipo directivo en Estados Unidos, pero garantizaría su aprovisionamiento de componentes.

Eximir a ZTE de este veto comercial comportaría, a cambio, un incremento sustancial de la compra de productos agrícolas estadounidenses por parte de China, algo que sí se vio reflejado en el documento conjunto que publicaron ambos países durante el fin de semana. El pacto, aún no definitivo, podría firmarse antes o durante el próximo viaje a Pekín del secretario de Comercio, Wilbur Ross, planeado para la última semana de mayo. Este lunes, a través de Twitter, Trump aseguró que China “comprará de nuestros agricultores tanto como puedan producir”. La posibilidad de que el gigante asiático rebaje los impuestos a estos productos estaría también sobre la mesa.

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