Putin condena el ataque a Siria pero no amenaza con represalias
Rusia observa con alivio la contención del ataque occidental
La contención —y no la escalada— caracterizó las primeras reacciones rusas a la acción militar de EE UU y los aliados británicos y franceses contra instalaciones militares sirias en la noche del viernes. A juzgar por las declaraciones de los representantes rusos, el realismo pragmático, basado en la situación sobre el terreno, la inexistencia de víctimas rusas y las imprevisibles consecuencias de una respuesta militar, prevalecen sobre la traducción de la retórica bélica en acciones concretas.
El sábado por la mañana, el presidente Vladímir Putin, acusó a Washington de “hacer el juego” a los terroristas y de “agravar la catástrofe humanitaria” en Siria. En una declaración difundida por el Kremlin, Putin condenó “de la forma más seria” la “agresión” cometida por EE UU y sus aliados “contra un Estado soberano que se encuentra en la vanguardia de la lucha contra el terrorismo”. Además, el jefe del Estado ruso anunció la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU para “debatir las acciones agresivas de EE UU y sus aliados”. Putin, sin embargo, no advirtió ni anunció respuestas concretas rusas al ataque aliado.
El Ministerio de Defensa, por su parte, anunció que ninguno de los misiles aliados había caído en la zona controlada por las defensas antiaéreas rusas, responsables de las instalaciones en las bases de Tartus y Jmeinim. Los rusos fueron advertidos previamente de las circunstancias del ataque, según confirmó el embajador norteamericano en Moscú, Jon Huntsman. Fuentes no verificadas señalan que aviadores sirios habían encontrado refugio en las bases rusas en Siria. Fuentes israelíes habían informado previamente de que los buques rusos habían abandonado temporalmente sus bases en Siria en previsión del ataque norteamericano.
La circunstancia de que no se hayan producido ni víctimas ni daños en el contingente militar ruso desplazado a Siria desde otoño de 2015 en apoyo del régimen de Asad indica que el peligro de una escalada incontrolada entre Moscú y Washington, de momento, se ha conjurado. Los expertos militares rusos están divididos sobre las medidas que Moscú podría tomar (o haber tomado) en ese caso. Ahora, concentran su idea de éxito en el potencial bélico de los sistemas antimisiles suministrados por Rusia a Damasco y en el porcentaje de misiles aliados interceptados.
El Ministerio de Defensa de Rusia informó de que el ataque aliado había lanzado más de 100 misiles de crucero aire-tierra, de los cuales "una parte sustancial" había sido interceptado por las defensas antiaéreas sirias, instalaciones del tipo S-125, S-200, Buk, Kvadrat, que habían sido fabricadas hace más de 30 años por la Unión Soviética. En abril de 2017, el número de misiles de crucero lanzados por EE UU fue de 59.
En el Estado Mayor declararon que estaban dispuestos a examinar el suministro de equipo de misiles antiaéreos S-300 a Siria y a otros países, según el general Serguéi Rudskói. Este militar precisó que el Estado Mayor sirio interceptó con éxito 71 de los 103 misiles lanzados por los aliados.
Según Putin, al igual que hace un año cuando EE UU atacó la base siria de Shairat, la “excusa” para la acción norteamericana ha sido la “escenificación de un ataque a la población civil con sustancias tóxicas”, esta vez en Duma, en las afueras de Damasco. Putin aseguró que los expertos militares rusos, que estuvieron en el lugar del incidente, “no detectaron huellas del empleo de cloro o de otra sustancia tóxica” y que “ningún habitante local confirmó el ataque químico”. El líder ruso acusa a EE UU y sus aliados de emprender acciones militares “ignorando de forma cínica” la misión enviada a Siria por la Organización de Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y sin esperar los resultados de la investigación que deben llevar a cabo los especialistas de esta organización.
“Con sus acciones, EE UU agrava aún más la catástrofe humanitaria en Siria, causa sufrimiento a la población civil y de hecho hacen el juego a los terroristas que desde hace siete años martirizan al pueblo sirio”. “La actual escalada de la situación en torno a Siria ejerce una influencia destructiva en todo el sistema de relaciones internacionales”, afirma Putin. En Siria, Moscú actúa conjuntamente con Turquía e Irán en una alianza interesada entre socios cuyos objetivos estratégicos difieren entre sí.
En la situación actual resultan interesantes las declaraciones del experto Fedor Lukianov realizadas el sábado a la agencia Interfax. “Rusia necesita una revisión de sus objetivos y posibilidades en Siria y una estrategia de salida del conflicto en el país en una perspectiva a medio plazo, ya que la vulnerabilidad aumentará”, según manifestó Lukiánov que es director de investigación del Club Valdai, una institución que sirve los intereses del Kremlin.
“El ataque a Siria ha mostrado”, según Lukianov, “que EE UU tiene la posibilidad de demostrar su papel dominante en la región con pérdidas mínimas”. “En otras palabras, que el grado de influencia que Rusia logra mediante un arduo y difícil, y en ocasiones arriesgado, trabajo, puede ser hundido por EE UU mediante una sola acción de fuerza destructiva y esto influye en la atmósfera de toda la región en su conjunto”, dijo el experto.
“Ante Rusia se plantea una difícil cuestión. Responder a la acción de fuerza de modo análogo, equivale a ir a una escalada a ciencia cierta con consecuencias imprevisibles”. “Para Rusia es necesario realizar una revisión de sus objetivos y posibilidades reales en Siria. En la situación actual, esta no es una cuestión de responder inmediatamente, sino la elaboración de una estrategia, incluida la salida del conflicto. La vulnerabilidad aumentará”, dijo.
Recientemente, en Teherán, Lukianov había dicho que la transformación de EE UU de “un observador malintencionado en un activo atacante de Rusia e Irán, empuja a los dos países a colaborar en campos específicos” y señaló que Teherán y Moscú debían participar en la construcción de un nuevo sistema mundial, lo que resulta “inevitable, porque el otro está hecho girones”.
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