Bruselas propone un fondo para operaciones militares en el exterior
El nuevo instrumento busca financiar misiones de seguridad de la UE y de terceros países
Europa aspira a ganar liderazgo militar en un mundo agitado. La alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, ha propuesto este martes crear un fondo para misiones de defensa en países terceros. La jefa de la diplomacia europea ha querido aprovechar la primera reunión formal de los países que participan de la coordinación militar de la UE para plantear la iniciativa. Se trata de un nuevo instrumento financiero, ajeno al presupuesto comunitario, destinado a operaciones de seguridad.
La Unión Europea nació como un proyecto de paz y carece de vías rápidas para desarrollar instrumentos defensivos. Pero la consolidación de la Unión de la defensa a finales de 2017, con 25 de los 28 Estados miembros implicados, abre la vía para fortalecer ese flanco. Más allá de ratificar los 17 proyectos concretos de cooperación que esos países perfilarán a lo largo del año, Mogherini trasladó a los ministros de Defensa una propuesta ligada al bolsillo. Bajo el cándido nombre de Instrumento Europeo de Paz, la alta representante confía en recaudar aportaciones financieras de manera estable —previsiblemente, de los Estados miembros— para sostener misiones de defensa y seguridad exterior.
Aunque los detalles se concretarán en los próximos meses, Mogherini aseguró a la prensa que la acogida inicial de los ministros había sido favorable. “Nos daría la posibilidad de financiar iniciativas de construcción de capacidades militares, prestar asistencia a otros socios y aportar dinero a misiones de mantenimiento de la paz”, esbozó genéricamente Mogherini. La UE ya dispone de un fondo ligado a operaciones en el África subsahariana. Pero tiene muchas limitaciones, entre ellas que las iniciativas tienen que pactarse con la Unión Africana. “Queremos ampliar el ámbito de actuación y actuar de manera autónoma”, precisó la jefa de la diplomacia.
La ambición de este fondo se medirá por su capacidad para reunir aportaciones. La iniciativa africana que existe desde 2004 ha movilizado casi 2.000 millones de euros. Pero los conflictos exteriores se multiplican y no solamente en África. Por eso Bruselas propone un fondo ajeno al presupuesto comunitario, que limita mucho la actuación en materia militar, para expandir sus actividades. Esa partida también podría destinarse a las misiones civiles y militares de la UE en el exterior.
Recelo estadounidense
Esa hiperactividad europea en un ámbito que nunca consideró propio genera resquemor en Estados Unidos. Washington ha exigido hasta la saciedad que Europa se involucre más en su propia defensa, pero observa con recelo proyectos que pueden restarle influencia —y en última instancia mercado— en el ámbito de la seguridad. Los representantes estadounidenses han llegado a considerar proteccionista la mayor coordinación de la UE en defensa por los perjuicios que pueda ocasionarle. Mogherini rechazó categóricamente esa etiqueta y dejó entrever su escepticismo respecto a la máxima de incremento del gasto militar —en la línea del 2% del PIB en 2024— que enarbola la OTAN.
“Se puede incrementar el gasto, pero si se hace en áreas que no son productivas, no creo que sea muy interesante para la Alianza Atlántica. No se trata de ver cuánto gastamos; eso es decisión de los Estados miembros”, argumentó la jefa de la diplomacia, que se distancia así del discurso aliado. Para limar aristas y mantener viva la cooperación que desarrollan desde 2016 ambos bloques, la secretaria general adjunta de la OTAN, Rose Gottemoeller, acudió a una sesión del encuentro de ministros. Casi todos los titulares de Defensa intervinieron para reafirmar que el proyecto militar de la UE es complementario —no alternativo— al aliado, según las fuentes consultadas. Pero el debate no está zanjado.
La última incógnita por despejar
El núcleo duro de la defensa europea retrasa el último —y relevante— detalle por conocer respecto a su funcionamiento. Se trata de la cooperación con terceros Estados, un apartado que interesa enormemente a Reino Unido, que no forma parte del proyecto militar pero aspira a poder coordinarse con sus exsocios comunitarios en el futuro.
Con un Brexit aún muy difuso, los Estados miembros de la PESCO (nombre del proyecto de coordinación militar, por sus siglas en inglés) dejan para final de año los detalles. También le interesa este capítulo a Estados Unidos, que hace años solicitó, sin resultados, colaborar con la Agencia Europea de Defensa. Bruselas advierte de que la participación en la PESCO de Estados ajenos a la UE será excepcional.
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